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La Palabra de Dios!




Aprendimos cómo llegar a ser hijos de Dios al recibir a Jesucristo como nuestro Salvador. Aprendimos muchas cosas acerca de Dios y acerca de los enemigos del cristiano y cómo tener la victoria sobre ellos.

¿Cómo aprendimos todas estas cosas? Por la

Palabra de Dios—la Biblia.

¿Qué es la Biblia?

¿Cómo es que la tenemos? ¿De qué trata? ¿Cómo podemos comprenderla?

Estas son preguntas muy importantes, y encontraremos las respuestas en esta lección.

¿Qué es la Biblia? La Biblia es la Santa Palabra de Dios. Es el mensaje de Dios para nosotros y es el Libro más importante del mundo.

La primera parte de la Biblia se llama el Antiguo Testamento y fue escrito antes de que Cristo viniera al mundo.

La segunda parte de la Biblia se llama el Nuevo Testamento y fue escrito después de que Cristo regresó al cielo.

La Biblia tiene 66 libros—treinta y nueve en el Antiguo Testamento y veintisiete en el Nuevo Testamento.

¿Cómo es que tenemos la Biblia?

¿Quién la escribió?

Dios mismo es el verdadero Autor de la Biblia, aunque utilizó a muchos hombres para escribirla. Dios les dijo a esos hombres qué debían escribir, incluso les dijo qué palabras debían usar. La Biblia dice:

“Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21).

Hace mucho tiempo Dios utilizó un hombre llamado Jeremías para que escribiera parte de la Biblia. Dios le dijo:

“Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado” (Jeremías 30:2).

Jeremías obedeció a Dios y escribió el libro de Jeremías. El Espíritu Santo le dijo a Jeremías exactamente lo que debía escribir, y él escribió las palabras. Esto es lo que queremos decir cuando decimos que la Biblia es “inspirada por Dios”. Cada libro en la Biblia fue escrito de esta manera. La Biblia dice:

“Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16).

Así fue escrita la Palabra de Dios y se ha conservado de generación en generación.

¿Se escribió algún otro libro de la misma manera?

No, la Biblia es el único Libro que fue inspirado por Dios. Cuando el último Libro de la Biblia fue escrito, quedó completa la Palabra de Dios. La Biblia advierte que nadie debe agregarle o quitarle cosa alguna a la Palabra de Dios (vea Apocalipsis 22:18-19).
¿De qué trata la Biblia?

La Biblia nos dice cómo el hombre dejó a Dios y escogió el pecado y cómo Dios dio a Su Hijo para morir por nuestros pecados. Nos dice que Dios nos amó tanto que desea que lleguemos a ser Sus hijos al recibir a Cristo como nuestro Salvador.

La Biblia es el Libro más importante en el mundo porque nos dice cómo ser salvos y recibir la vida eterna. El apóstol Pablo le escribió al joven Timoteo:

“Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15).

Dios nos dio este maravilloso Libro para que podamos conocer la verdad.

La Biblia nos dice la verdad en cuanto a nosotros mismos, el pecado,

Satanás, la salvación y Dios.

¿Cómo podemos comprender la Biblia?

Hay muchas cosas en la Biblia que son difíciles de comprender. ¿No sería maravilloso si tuviéramos un maestro que supiera todo en cuanto a Dios y Su Palabra?

¡Pues existe ese Maestro! Él es el Espíritu Santo. Dios nos ha dado al Espíritu Santo para enseñarnos la Biblia. Desde el momento en que recibimos a Cristo como nuestro Salvador, el Espíritu Santo viene a vivir en nosotros. Él vive en cada creyente. El Espíritu Santo nos enseña las cosas de Dios. El Señor Jesús dijo:

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas” (Juan 14:26).

Sin el Espíritu Santo no podríamos comprender la Palabra de Dios. ¡Debemos estar muy agradecidos que Dios nos ha dado al Espíritu Santo! Cada vez que leemos la Biblia, debemos depender del Espíritu Santo para enseñarnos Su Palabra. A esto se refería David cuando oró:

“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18).

¿Qué quiere Dios que hagamos con la Biblia?

Vamos a hablar de cuatro cosas que Dios quiere que hagamos con la Biblia: (1) leer la todos los días, (2) creer lo que dice, (3) memorizar versículos y (4) obedecerla. Pensemos en cada una de estas cosas.

¿Por qué debemos leer la Biblia diariamente? Debemos leerla porque es la manera en que Dios nos habla y nos dice lo que quiere que sepamos y lo que quiere que hagamos.

Leer la Biblia es tan importante para nuestra vida espiritual como comer alimento es importante para nuestra vida física. No podemos vivir la vida cristiana sin la Palabra de Dios. El Señor Jesús dijo:

“No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios” (Lucas 4:4).

No podemos agradar a Dios sin fe. La Biblia dice: “Sin fe es imposible agradar a Dios”(Hebreos 11:6).

¿Qué es la fe? La fe es creer lo que Dios dice. La fe es creer lo que la Biblia dice.

Si otros quieren dudar de la Biblia, déjelos, pero decida usted en su mente que la Biblia es la Santa Palabra de Dios. La Biblia dice:

“Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (Salmo 119:89).

Una vez, un gran predicador llamado D. L. Moody quería tener más fe. Él oró mucho pidiéndole a Dios que le diera una fe muy grande, pero no parecía que tenía más fe. Luego, un día, leyó este versículo en la Biblia:

“Así que la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17).

¡El hermano Moody entendió la verdad! Entendi que la fe viene por la Palabra de Dios. Empezó a leer y estudiar la Palabra de Dios. Y al hacerlo, creyó lo que leía. Su fe creció más y más.

¿Le gustaría tener más fe? Entonces lea la Palabra de Dios, crea lo que dice y obedézcala.

La Biblia es la Espada del Espíritu. Esto significa que es nuestra arma para usar contra Satanás.

Cuando el Señor Jesús fue tentado por Satanás en el desierto, Jesús utilizó la Palabra de Dios. Jesús había memorizado las Escrituras y las utilizó para derrotar a Satanás. Cada vez que Satanás lo tentó, el Señor Jesús dijo: “Escrito está” y repitió una cita de las Escrituras. ¡Satanás fue derrotado!

Si queremos tener victoria sobre las tentaciones de Satanás, debemos memorizar la Palabra de Dios. Esto es “guardar la Palabra de Dios en el corazón”.

“En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11).

Memorizar la Palabra de Dios también le ayudará a ser un buen testigo para Cristo. Si usa sus propias palabras al hablar con otros, quizás digan: “Esa es su opinión” o “¿Quién le ha dado autoridad de decirme a mí lo que yo debo hacer?” Pero si usted cita lo que la Biblia dice, sus palabras tendrán poder, porque serán Palabra de Dios.

La Biblia contiene verdades que debemos creer, promesas que debemos apropiar y mandamientos que debemos obedecer. El Señor desea que le obedezcamos. Jesús dijo:

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).

Cuando Dios le dice en Su Palabra que usted debe hacer algo, entonces hágalo. Dios bendice a los que obedecen Su Palabra. El Señor Jesús dijo:

“Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan [obedecen]” (Lucas 11:28).
Empiece ahora

Empiece a leer la Palabra de Dios todos los días. Consiga una Biblia con letra fácil de leer. Escoja un horario fijo para leer su Biblia y orar cada día. Para la mayoría de los cristianos, es mejor leerla a primera hora por la mañana.

Empiece con el Evangelio de Juan. Al leerlo, note las palabras “creer, creyere, cree” y subraye estas palabras en su Biblia. El Evangelio de Juan fue escrito para ayudarnos a creer en Jesucristo como el Hijo de Dios y como nuestro Señor y Salvador. Juan escribió:

“Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:31).

Después de leer el Evangelio de Juan varias veces, usted querrá leer todo el Nuevo Testamento y después toda la Biblia.

Cuando usted encuentre un versículo que le guste mucho, memorícelo. Dios promete bendiciones especiales a los que aman Su Palabra y piensan en ella de día y de noche. Cuando usted aprenda una verdad hermosa en la Palabra de Dios, compártala con otra persona.

Recuerde, la razón más importante para estudiar la Biblia es para conocer mejor al Señor Jesucristo y llegar a ser más como Él.
Usted puede estar seguro que tiene vida eterna.

Antes de terminar esta lección, vamos a leer tres hermosos versículos de la Palabra de Dios. Estos son los primeros dos:

“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:11-12).

¿Qué quieren decir estos versículos? Nos dicen que la Biblia es el testimonio de lo que Dios ha dicho. En la Biblia, Dios dice que nos ha dado vida eterna y que esta vida está en Su Hijo. Si usted ha recibido a Cristo como su Salvador, tiene vida eterna; si no lo ha recibido, no tiene vida eterna. Eso es fácil de entender, ¿verdad?

El tercer versículo nos dice algo que Dios quiere que todos los creyentes sepan:

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13).

¿Qué quiere Dios que usted sepa? Él quiere que usted sepa que tiene vida eterna. Un verdadero creyente no tiene por qué decir: “Espero que sea salvo” o “Pienso que tal vez tengo vida eterna”. Usted puede decir con confianza: “Sé que soy salvo y tengo vida eterna porque Dios lo dice en Su Palabra”. ¡Debemos estar muy agradecidos por la Palabra de Dios!

LA LECTURA BÍBLICA ES COMUNIÓN CON DIOS
A continuación hay algunas ideas que le ayudarán en su comunión con Dios al leer la Biblia.

¿Por qué debemos leer la Biblia?

En primer lugar, leemos la Biblia para tener comunión con Dios. La Biblia es la Palabra de Dios para nosotros. No nos habla en voz alta; pero sí nos habla en el corazón a través de Su Palabra escrita. Si deseamos oír lo que Dios nos quiere decir en nuestros corazones, debemos leer la Biblia.
¿Cómo se lee la Biblia?

Léala en voz alta. Esto le ayudará a mantener su mente enfocada.

Tome tiempo para meditar en lo que está leyendo. No lea a prisa.

Hable con Dios. Hable con Él en cuanto a lo que está leyendo. Si no comprende algo, dígale y pídale que le ayude a comprender. Cuando usted lee algo que le es de ayuda, dígaselo a Dios y déle las gracias. Cuando lea algo maravilloso en cuanto a Dios, dígale en ese momento que es maravilloso.

Espere en Dios. Esto significa estar quieto y en silencio delante de Dios con su mente puesta en Él y en Su Palabra que acaba de leer.

¿Qué debe hacer después de leer?

Marque su Biblia. Cuando Dios le hable de manera especial, subraye esas palabras en su Biblia. Es Palabra de Dios para usted, es personal. La mejor manera de marcar su Biblia es con un lápiz de color. (Los bolígrafos, lapiceros, plumones y rotuladores suelen traspasar la hoja en la mayoría de las Biblias.)

Obedézcala. Haga lo que Dios le dice que debe hacer. Algunas veces Él nos muestra un pecado que necesitamos confesar. Otras veces nos enseña algo que debemos arreglar con otra persona. Obedezca pronto.

Comparta lo que lee. Comparta con otros las bendiciones que Dios le da al leer Su Palabra. Esto ayudará a los demás, y le ayudará también a usted.

Recuerde lo que lee. A lo largo del día, medite en la Palabra de Dios. Hable con Dios en su corazón. Esto es tener comunión con Dios.

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