Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Alabo a Dios porque su gloria atraviesa aun hoy la oscuridad.

 Aportacion de: Benjamin Ayala Lopez
Lo vi por primera vez cuando vivia en California, EEUU. 
 
Una fría noche de otoño, lejos de las luces de la ciudad, iba en una carretera con mis pensamientos fijados en obtener un buen descanso despues de mis labores, cuando el cielo se iluminó de colores en el horizonte. 
 
Quedé fascinado !
 
Desde entonces, me ha cautivado el fenómeno llamado "aurora boreal", conocido también como "luces del norte". 
 
Suele verse más al norte de donde yo vivia, pero, a veces, se observa más al sur. 
 
Tras haberla visto una vez, anhelo verla de nuevo. Tal vez algun dia, cuando las condiciones sean favorables, y me digo a mi mismo: Muy pronto, Dios mediante....«Tal vez sea esta noche…»!
~~~~~
~
En las Escrituras, la luz y la gloria se usan para describir la venida del Señor. 
 
Un día, el sol y la luna serán innecesarios (Isaías 60:19). 
 
También, el apóstol Juan describe así a Dios en su trono: «Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda» (Apocalipsis 4:3).

Un círculo color esmeralda es una descripción apropiada de las luces del norte. 
 
Por eso, cuando veo (ya sea en persona o en un cuadro) esa luz gloriosa que aparece en el cielo, la considero un anticipo de lo que vendrá, y alabo a Dios porque su gloria atraviesa aun hoy la oscuridad.
 
Oremos: "Señor, gracias porque la oscuridad un día terminará".
~~~~~
~
Jesús vino para iluminar a un mundo en tinieblas.

~~~
~
 

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...