Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación. (Romanos 14:19) Todo siervo de Dios tiene la responsabilidad de llevar el Evangelio. ¡Cristo nos dio esa misión! Jesús es la fuente de la verdadera paz y nos corresponde a nosotros proclamar esa verdad. Todo cristiano es un canal de la Palabra de Dios. Otra de las responsabilidades del cristiano es la de edificar la vida de su prójimo. Crecemos mutuamente cuando nos dedicamos a edificar la vida de nuestro hermano. Vivimos en verdadera comunión cuando ayudamos y recibimos ayuda. Ser siervo de Dios exige esfuerzo, pero Dios recompensa toda esa dedicación. No escatimes esfuerzos en tu servicio al Reino de Dios. Él no escatimó esfuerzos para salvarte. Edifica y recibe edificación Siempre que vayas a auxiliar a alguien ayuda de una forma constructiva. Edifica la vida de tu hermano como si estuvieras edificando tu propia vida. Eso es amor. Usa la Palabra de Dios para fortalecer, no para destru...
Sin embargo, como está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman». Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios. -- 1 Corintios 2:9-10 ¿Alguna vez te has sentido maravillado por algo que viste o escuchaste? Hay melodías preciosas que han sido eternizadas en la historia, como por ejemplo, el Réquiem de Mozart u otros clásicos. Pinturas, paisajes de lugares tan asombrosos que nos dejan sin respiración. También podemos ver actitudes o escuchar mensajes que nos llenan el corazón de satisfacción. Hay momentos especiales en la vida que nos marcan y quedan grabados en nuestra memoria: oír el 1er "te amo", las primeras palabras de los hijos, ver la ecografía del nuevo bebé, la realización de un sueño esperado... A pesar de todas las cosas impresionantes que hay en el mundo y de todas las cosas maravillosas ...