Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Las Verdaderas Riquezas.

Hace unos dias, durante un funeral y mientras acompañabamos a una familia vecina en su pena, un amigo me indico que el tenia buenas memorias de mi padre.

«Hasta que conocí a Don Rafa, no había visto a una persona que disfrutara tanto de dar buenos consejos y ayudar a los demás». "Cuando murió tu padre, dejó un legado de amor", asi dijo mi amigo. 

En cambio, una vecina que es prestamista ( comento mi amigo ), consideraba sus posesiones como su legado, y esta pasando sus últimos años preocupada por quién protegería sus reliquias familiares y sus extensas listas de deudores en sus libros.
~ ~ ~
Con su enseñanza y su ejemplo, Jesús advirtió a sus seguidores de que no acumularan cosas, sino que dieran a los pobres y que valoraran lo que no envejecerá ni destruirá la polilla: «Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lucas 12:34).

Podemos pensar que nuestras posesiones dan sentido a nuestra vida. Sin embargo, cuando el aparato más moderno se daña o perdemos algo valioso, nos damos cuenta de que lo que satisface y perdura es nuestra relación con el Señor. 

  • El amor a los demás y nuestro interés en ellos es lo que no se marchita ni se desvanece.

Pidamos al Señor que nos ayude a ver con claridad qué valoramos, nos muestre dónde está puesto nuestro corazón y nos ayude a buscar su reino por encima de todo (12:31).

¿Qué cosas valoras? Lee la historia sobre el maná en el desierto en Éxodo 16. Piensa en cómo se relaciona esta historia con las palabras de Jesús a las multitudes en Lucas 12
.
Lo que valoramos revela el estado de nuestro corazón.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...