Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Que el débil diga: ¡soy fuerte!

Forjen espadas con los azadones y hagan lanzas con las hoces.

Que diga el cobarde: «¡Soy un valiente!»

-- Joel 3:10


Desánimo, tristeza y depresión parecen ser palabras de moda en estos días. 

Aun cuando se consideran respuestas naturales de nuestro cuerpo a las dificultades, el aislamiento y los problemas que enfrentamos actualmente, nadie desea permanecer en esa situación por mucho tiempo. 

Vivir momentos difíciles y pasar por sufrimientos son caminos válidos para la madurez del creyente en Jesús. 

A pesar de nuestra fragilidad y de las aflicciones que enfrentamos, podemos tener la certeza de la fidelidad de Dios.


Este versículo se encuentra dentro de un texto que habla sobre promesas de Dios. 

El libro del profeta Joel anuncia el juicio venidero y la promesa de restauración de su pueblo. 

El Señor triunfará sobre todo el mal y hará prevalecer la justicia en su Reino. 

Es por su poder que somos hechos fuertes guerreros, habilitados para enfrentar las batallas de la vida por fe. 

No se trata de una estrategia mental de pensamiento positivo ni de usar el "poder de las palabras". ¡No! Nuestra fuerza viene de Dios (Salmos 28:7-8). 

Él es quien nos fortalece (Filipenses 4:13). 

Es gracias a Jesús y su poder que venceremos y que podemos decir: ¡soy fuerte en Cristo!


Fortalécete en Dios

Busca la fuerza más grande de todo el universo: ¡Jesucristo!

Ora y clama al Señor por fuerzas y nuevo ánimo. La potente mano de Dios te puede sustentar.

Tu fuerza aumentará cuando admitas que eres débil y que necesitas recibir la fortaleza que viene de Dios.

Cree que el poder de Dios puede hacer cesar el caos por el que estás pasando.

Busca fuerzas en la Palabra de Dios. 

Lee la Biblia diariamente (Medita en 1 Crónicas 16:11; Salmo 18:32, Isaías 40:29).

Agradécele a Dios por la fuerza que él te da y por todo lo que tienes (Deuteronomio 8:18).

Fortalece y anima a las personas desanimadas que te rodean.


Para orar:

Señor Dios todopoderoso, creo que tú eres fiel y que cumples todas tus promesas. 

Ayúdame y fortaléceme pues soy débil, Padre amado... ¡Te necesito! 

Por mí mismo no logro vencer los desafíos de esta vida. 

Hazme fuerte de acuerdo con tu Palabra y ayúdame a animar y a fortalecer las vidas de los que se sienten débiles por causa de los sufrimientos de este mundo. 

En el nombre de Jesús te lo pido y te doy gracias, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

Con Cristo, todo el año es un año nuevo

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) El final del año es por lo general un momento de conmemoración, aunque no para todos. Para algunas personas pensar en el próximo año puede causar desánimo: "da igual, todos los años son iguales". No todos actúan de la misma manera ante la expectativa de un año nuevo. La mejor manera de romper con el desánimo es ser sincero con Dios. No hay nada mejor que abrir el corazón y exponer tus expectativas antes del "cambio de año". Dios es misericordioso, él nos oye, y es eso lo que desea que hagamos. Solo el Espíritu Santo es capaz de calmarnos y de confortarnos. ¡Permítele que lo haga! Sé sincero contigo y reconoce todo lo que Dios ha hecho en tu vida. Desarrollar un corazón agradeci...