Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Perder para ganar

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará. ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?
(Mateo 16:25-26)

¿Alguna vez has perdido algo de valor? 

La verdad es que diariamente lidiamos con pequeñas pérdidas. 

Una que otra vez se nos pasa la hora de entrar al trabajo o a la escuela, se nos va el medio de transporte, vemos cómo pierde nuestro equipo favorito, perdemos dinero, documentos o algún objeto importante...

En fin, todos nos enfrentamos en cierta medida a diversas pérdidas durante el transcurso de nuestra vida. 

Y es bueno que aprendamos a lidiar con ellas. 

Pero, ¿qué sucede cuando perdemos algo muy valioso?

En los versículos de hoy vemos que Jesús nos alerta sobre una pérdida que es buena y necesaria: perder la vida por causa de Cristo. 

A los ojos del mundo, cuando aceptamos a Jesús estamos renunciando a toda "independencia" que teníamos sin él. 

Para muchos es una verdadera locura vivir sin auto gobernarse. 

Es como perder la vida. 

Pero, ¿de qué vale "ganar el mundo y perder el alma"? 

Nuestra alma solo estará segura al estar con Jesucristo. 

¡Entrégate a Jesús y recibe la vida plena con Dios!

Perder para ganar la vida

Perder significa entregarse totalmente a Dios y vivir conforme a la orientación que recibimos en su Palabra. 

Así es como ganaremos mucho más de lo que podamos imaginar.

Ora y entrégate al Señor Jesucristo. 

Con él tu vida tendrá sentido y un propósito.

Los placeres y las riquezas del mundo son momentáneos y superficiales. 

No cambies todo lo que puedes disfrutar con el Señor por cosas banales y sin valor para la eternidad.

Lee el Salmo 73. 

No sientas envidia de la manera en la que los mundanos (las personas sin Cristo) viven o de las cosas que ellos tienen. 

Puede parecer que son felices, pero su vida está vacía, sin esperanza real y su alegría es pasajera.

Perder lo que parece estar bajo tu control, entregando ese derecho a Cristo, es ganar la vida eterna y toda la gracia que viene junto con Jesús (Romanos 8:32).

Comparte con otros que lo mejor que podemos hacer en esta vida es usarla para conocer más a Jesucristo. 

Puede parecer que estamos perdiendo, pero esto resultará en la mayor ganancia que jamás podremos obtener.


Para orar:

Señor, a veces observo la vida de aquellos que no te conocen y parece que están avanzando más o que reciben más alegrías que tus hijos. 

¡Ayúdame a no sentir envidia de ellos! 

Sé que la realidad es que viven sin fe, sin esperanza y sin el mejor amor, que es el que procede de ti. 

Gracias por haberte entregado en la cruz, por haber recibido mi vida y por tu cuidado sobre mí. 

Quiero dejar mi vida en tus manos todos los días. 

En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...