Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Su Palabra es nuestro refugio

La palabra “refugio” evoca la idea de un lugar sereno, donde encontramos paz, tranquilidad y sosiego. 

Es el albergue seguro que nos protege de las amenazas que la vida puede traer. 

Sin embargo, el verdadero significado de esta palabra nos dirige a Jesús, que se revela como nuestro refugio supremo en los momentos de angustia. 

En él encontramos protección, paz y un amor sublime que sobrepasa cualquier comprensión humana.

En medio de los desafíos y tribulaciones que enfrentamos, nuestra ancla es Jesucristo. 

A través del Espíritu Santo, él nos ofrece la paz que va más allá del entendimiento y la seguridad que solo se puede encontrar en él. 

Es al confiar en Dios y en el refugio que él nos da, que descubrimos la fuerza para enfrentar las tormentas de la vida.

La Biblia, su Palabra inspirada, es el mapa que nos lleva a ese refugio. 

En ella encontramos guía, promesas y la presencia constante de Dios. 

Cuando nos refugiamos en su Palabra, somos fortalecidos y guiados por su sabiduría y su amor inquebrantable.

Por muy tumultuoso que parezca el mundo, recordemos que en Dios encontramos nuestro verdadero refugio. 

En él, descansamos en su protección, experimentamos su paz y somos envueltos por su amor eterno. 

Confiar en Dios y refugiarse en él, es la clave para afrontar las adversidades de la vida con fe y valentía.

Encuentra refugio en la Palabra de Dios.

Dedica un tiempo cada día para leer la Biblia, absorber sus mensajes y encontrar guía para tu vida.

Reflexiona sobre los pasajes bíblicos y mira cómo aplicarlos a tus circunstancias, permitiendo que la Palabra de Dios moldee tu pensamiento y tus acciones.

Recuerda que la oración es un diálogo con Dios, a través del cual puedes pedirle comprensión y fortaleza para vivir según su Palabra, buscando su dirección constante.


Para orar:

Señor, clamo por tu protección. 

Cúbreme con tu gracia y protégeme, alejándome de todo mal. 

Sé mi refugio seguro, mantenme en tu amor eterno. 

En el nombre de Cristo, mi Señor, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...