Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Prospera con sabiduría

 

Los proyectos del diligente resultarán en abundancia, pero todo apresurado va a parar en la escasez. (Proverbios 21:5)

Este versículo nos recuerda la importancia de planificar y ser pacientes en nuestras finanzas y en nuestra vida espiritual. Hoy en día es común querer resultados rápidos, pero la Biblia nos advierte sobre los peligros de esta actitud. Las prisas pueden llevar a malas decisiones, lo que deriva en problemas económicos y una vida llena de estrés.

Dios nos pide que seamos diligentes y sabios. Planificar bien significa fijar objetivos claros, crear un presupuesto, ahorrar e invertir con cuidado. Esto no solo promueve la estabilidad financiera, sino que también muestra disciplina y responsabilidad, cualidades valoradas por Dios.

Confiar en Dios y buscar su guía en nuestra planificación es esencial. Orar por sabiduría nos ayuda a tomar decisiones alineadas con los propósitos de Dios. Saber que Dios es nuestro proveedor nos trae paz, incluso cuando los resultados no son inmediatos.

Para lograr la prosperidad abundante mencionada en Proverbios 21:5, debemos pensar a largo plazo. Esto implica paciencia y confianza en el proceso, sabiendo que el trabajo diligente y la planificación cuidadosa darán sus frutos a su debido tiempo. La verdadera prosperidad proviene del esfuerzo constante y de la bendición de Dios.


Por tanto, sigamos el consejo de Proverbios 21:5: valoremos la planificación y evitemos las prisas. Así, construiremos una vida de abundancia y bendiciones, basada en la sabiduría y provisión de Dios.

Planificación sabia

Establece objetivos claros: ten objetivos financieros específicos y alcanzables que guíen tus decisiones.

Prepara y sigue un presupuesto: organiza tus finanzas, controla y revisa tus gastos con regularidad.

Ahorra e invierte con cuidado: Ahorra periódicamente e invierte en opciones seguras y prudentes.

Para orar:

Querido Dios, ayúdame a planificar sabiamente evitando tomar decisiones con prisa. Dame paciencia y discernimiento en mis decisiones financieras. Ayúdame a confiar en tu provisión y a buscar la verdadera prosperidad que proviene de ti. Guía mis pasos para que yo pueda vivir con integridad y responsabilidad. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...