Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Paz con Dios

En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
(Romanos 5:1)

Porque Cristo es nuestra paz...
(Efesios 2:14)

En medio de todo el tumulto y de todas las turbulencias que atraviesa nuestro mundo, todos a nuestro alrededor ansían la paz verdadera.

En los grandes organismos, la paz se negocia constantemente en los encuentros y acuerdos internacionales donde los grandes gobernantes de la tierra ponderan el mejor medio para que las naciones convivan en paz. 

En nuestro día a día nosotros también nos encontramos en situaciones en las que necesitamos apaciguar algún conflicto. 

Dentro de la familia lidiamos con desavenencias entre los hijos, disputas entre hermanos, crisis entre las parejas, roces entre padres e hijos, pequeñas discusiones con los vecinos, relaciones difíciles con colegas del trabajo, y la lista continúa...

Esa guerra constante que nos acarrea parece reflejar algo de la condición interna del corazón humano. 

La Biblia nos dice que los peores y mayores conflictos suceden con aquellos que mantienen una enemistad con Dios mismo. 

Cuando estamos distantes de él y le despreciamos, es como si fuéramos sus enemigos.

Felizmente, Dios nos convida a reconciliarnos con él por medio de Jesucristo, de una vez por todas y para siempre. 

Dios ofrece paz, perdón y justificación a través de la vida, la muerte y la resurrección de su Hijo Jesús. 

Esa ofrenda de paz excede nuestra comprensión (Filipenses 4:7) y puede afectar toda nuestra vida, familia y la vida de las personas que nos rodean. .

Él es nuestra paz y la paz que él ofrece no la puede ofrecer nadie más en el mundo.

Para tener paz con Dios:
Si todavía no tienes paz con Dios, ora y pídele que te perdone, que te reconcilie consigo mismo por medio de Jesucristo.

Cree que Jesucristo es el Hijo de Dios que vino al mundo para conceder una vida llena de paz, perdón para los pecados y para salvar de toda condenación.

Confía en que Dios podrá conceder paz a tu corazón en toda y cualquier situación de conflicto.

Busca conocer más a Dios y su voluntad a través de la Biblia, encontrando paz y descanso en sus palabras.

Intenta compartir con otro cristiano cuando estés en momentos difíciles y pídele oración.


Para orar:
Señor, ayúdame a recibir tu paz en este día. 

Que yo pueda disfrutar la paz que excede a todo entendimiento durante cada situación difícil que se me presente. 

Ayúdame también en todos los momentos de conflicto para que yo pueda comportarme como un pacificador.

 Gracias por la paz que puedo tener contigo y por la reconciliación que hiciste conmigo a través de Jesucristo. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...