Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Acerquémonos más a Dios

El reino de Dios lo alcanzan los que se esfuerzan y se aferran a él (Mateo 11:12) y el primer paso es la limpieza de nuestro corazón.

Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes.

¡Pecadores, límpiense las manos! 

¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón! (Santiago 4:8)

Nuestro Dios está vivo y quiere habitar en nuestro corazón. 

Mas para que él permanezca en medio nuestro es importante que tengamos un cambio de actitud. 

Dios no puede habitar en el corazón de quien se complace en la mentira o vive en pecado. 

Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes ¡Pecadores, límpiense las manos!  ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón! (Santiago 4:8)

Por eso, es necesario que nos apartemos de las prácticas pecaminosas y que nos dediquemos en fe. 

El apóstol Santiago nos muestra la importancia de purificar nuestro corazón para acercarnos al Padre. Primero, 

Santiago dice a los pecadores que deben limpiar sus manos. 

Esto nos indica que necesitamos revisar nuestras acciones. 

Debemos volver nuestras manos hacia la práctica de las buenas obras, nuestras actitudes deben ser coherentes con lo que creemos.

Otro punto a destacar es la importancia de purificar nuestros corazones. 

Purificar el corazón es tener la fe firme en Cristo. 

Cuando meditamos y oímos la Palabra de Dios, todas las impurezas de la duda se van. 

Al fortalecer nuestra fe, nuestro corazón se enfoca solo en Cristo, ya no hay más espacio para una mente dividida.

Ese cambio de actitud propuesto por el apóstol trae buen resultado: nos acercamos a Dios y él se acerca a nosotros. 

Él nos ama y quiere estar con nosotros, pero es necesario que suceda ese cambio de actitud para que seamos llenos de su poder.

Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes:
Examínate a ti mismo, analiza tu testimonio. Identifica las áreas en las que puedes cambiar de actitud.

Busca al Señor en oración. Pide perdón a Dios por las actitudes que no vienen de él.

Lee la Biblia. 

Esta es la mejor manera de fortalecer tu fe y de purificar tu corazón.

Cuando alabamos a Dios, celebramos y reconocemos su grandeza, sus atributos, su poder y su amor. 

Podemos alabar a Dios con nuestros cánticos, con nuestras oraciones y con nuestras acciones.

¡Alaba hoy a Dios con todo tu corazón!
¡Alaben al Señor, naciones todas!
¡Pueblos todos, cántenle alabanzas!
¡Grande es su amor por nosotros!
¡La fidelidad del Señor es eterna!
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! (Salmo 117)

Para orar:
Señor, quiero acercarme más a ti. 

Moldea mi corazón, aparta las dudas de mi mente. 

Quiero andar en tus caminos y ser transformado. 

Te entrego mi corazón. Lléname con tu poder y favor. 

En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...