Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Este es el día, ¡alégrate!


Este es el día que hizo el Señor; regocijémonos y alegrémonos en él. (Salmo 118:24)

Hoy es un nuevo día lleno de oportunidades y bendiciones, un regalo de Dios. 

Es fácil dejarse llevar por el peso de las preocupaciones, el estrés y la ansiedad que nos impone la vida moderna. 

Sin embargo, este versículo nos exhorta a hacer lo contrario: regocijarnos y alegrarnos.

Cada mañana que amanece es una oportunidad para empezar de nuevo, para renovar nuestra fe y nuestra esperanza. 

El ayer ya pasó, el mañana aún no ha llegado, así que vivamos plenamente el presente. 

Seamos agradecidos por cada rayo de sol, por cada sonrisa que compartimos, por cada desafío que nos moldea y fortalece.

Recordar que hoy es un regalo divino nos ayuda a superar los obstáculos con alegría en el corazón, sabiendo que Dios está con nosotros en todo momento. 

Por tanto, no permitamos que las preocupaciones nos roben la alegría. 

Cultivemos la gratitud, la alabanza y la fe en cada circunstancia.

Elijamos vivir el día de hoy con propósito, difundiendo amor y ayudando a los demás. 

Celebremos la vida que el Señor nos ha dado y, sobre todo, celebremos el amor infinito que él nos ofrece cada día. 

Recordemos que, independientemente de las circunstancias, el día es hoy, y en él encontramos motivos para ser felices.

El día es hoy.

Cultiva la gratitud diaria, recordando las bendiciones que recibes y reconociendo el regalo de Dios en tu vida.

Enfrenta los desafíos con fe y esperanza, confiando en que Dios está presente en todas las circunstancias.

Comparte con amor y ayuda con los demás, viviendo con propósito y difundiendo la alegría que hoy ofrece.

Comenzar el día hablando con el Señor, conscientes de su presencia y de su amor, hace la diferencia. 

Pasar tiempo con el Señor a primera hora de la mañana trae ánimo y paz al corazón. Las siguientes oraciones pueden servirte de inspiración.

Oración de gratitud por el nuevo día

Gracias, Padre Dios, por este nuevo día que me permites comenzar. Gracias por tu cuidado durante la noche y por la salud que me concedes. Señor, gracias, porque hoy puedo abrir mis ojos y ver la luz del sol. Gracias porque puedo escuchar a los pájaros y la voz de aquellos que amo. Gracias porque tengo algo para desayunar y un lugar donde vivir. Gracias por la brisa refrescante que me fortalece y me anima. Te agradezco por mi familia y mis amigos, por mi trabajo y por tu cuidado constante.

Te doy gracias, mi Señor, por la luz de este nuevo amanecer. ¡Cuántas cosas lindas me rodean! Quiero estar atento a la belleza que está a mi alrededor en lugar de enfocarme en lo negativo. Ayúdame en este día a llenar mi corazón de gratitud con el gozo que viene de ti. Quiero tomar decisiones que alegren tu corazón. ¡Quiero vivir dentro de tu voluntad! Ayúdame a agradarte en todo, Padre amado.

Por favor, mi Señor, te ruego que cuides y protejas a todos los que amo. Que tu mano poderosa esté sobre cada uno de nosotros en este día, guardándonos de todo mal. Gracias porque somos tuyos por la eternidad. Te alabo, mi Señor. 


Para orar:

Señor, te doy gracias por este día que has preparado. Lléname de gratitud por cada bendición y por la oportunidad de estar vivo. Guíame, fortaléceme y que mi vida sea un testimonio constante de tu gracia.

En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...