Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Cuenta tus bendiciones

Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre.

Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.

(Salmo 103:1-2)

¡Qué invitación más buena a adorar y ser agradecidos! 

En este salmo, David exhorta a su alma a alabar a Dios y a no olvidar ninguna de sus bendiciones. 

Según pasan los versículos, el salmista ofrece una enorme lista con varios motivos por los que Dios merece ser adorado. 

Ese parece ser un precioso ejercicio que nos enseña a ser agradecidos con el Señor siempre, por quien él es y por lo que ha hecho por nosotros.

Ya lo decía la letra de un bello himno antiguo: «¡Bendiciones, cuántas tienes ya! Bendiciones, Dios te manda más». 

Si intentáramos enumerarlas, nos sorprenderíamos grandemente al ver todo lo que Dios ya ha hecho en nuestras vidas. 

Otra invitación nos insta a contar y testificar sobre la obra de Dios a nuestro favor. 

Debemos esforzarnos para no olvidar todas sus bendiciones en nuestra vida. 

Y lo mejor para esto es hablar, escribir o testificar sobre aquello que el Señor ha hecho. 

El solo hecho de poder respirar ahora mismo ya es una gran dádiva. ¡Muestra tu gratitud a Dios!

¡Cuenta hoy tus bendiciones!

¡Hazte una exhortación! Despierta tu corazón para que adore y dé gracias a Dios.

Haz una lista con 10, 50, 100 bendiciones (¡todas las que recuerdes!) de Dios en tu vida. 

No te olvides de nada, enumera todos los beneficios constantes que Dios te concede.

Ora agradeciendo a Dios por todo lo que es y por lo que ha hecho por ti.

Adora, exalta al Señor con gratitud y alabanza. 

Dile o escribe palabras de agradecimiento; canta alabanzas a Dios.

Finalmente, cuenta (dile a otros), da testimonio de todo el bien que el Señor ha hecho en tu vida.


Para orar:

Señor Dios, tú eres digno de toda gloria y loor. 

Que mi corazón nunca olvide todo lo que ya has hecho, y lo que harás en mi vida. 

Te alabo por tu amor por mí, por rescatarme enviando a Jesús para salvarnos. 

Gracias porque juntamente con Cristo también me concediste muchas bendiciones espirituales y materiales. 

No permitas que yo olvide todo lo que ya has hecho por mí. 

Ayúdame a recordar y a testificar sobre lo que nos puede dar esperanza. 

En el nombre de Jesús, te doy gracias, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...