Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Prueben y vean que el Señor es bueno

Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian.

-- Salmo 34:8

¿Has oído hablar del trabajo de "probador"?

Es interesante e insólito ver que por ahí hay gente que se gana la vida probando todo tipo de cosas: comidas, bebidas, carros, vestimentas, colchones, juegos, ¡y hasta ataúdes!

¿A quién no le gustaría trabajar probando buenos chocolates, cafés o helados?

Es así porque, sin duda, probar día tras día cosas que sabemos que son buenas, es una experiencia muy interesante.

En este versículo se nos invita a probar a Dios y a experimentarlo personalmente para ver cuán bueno es él.

Contrario a lo que muchos imaginan, Dios no está ajeno ni indiferente a lo que nos sucede. Él nos creó con un propósito maravilloso y no nos dejó solos.

Él está disponible para que tú lo pruebes en tu vida.

Jesucristo es el Pan vivo que descendió del cielo, que tomó la iniciativa viniendo a nuestro encuentro para relacionarse con nosotros.

Por eso, ahora te toca a ti dar un paso que te acerque a él para poder experimentar lo que es tener comunión con Dios.

¡Prueba y comprueba! Dios es bueno en todo momento

Prueba la bondad y la fidelidad de Dios. Encontrarás gracia y satisfacción cuando hagas de él tu refugio personal.

No seas indiferente. Hay personas a las que "no les gusta" cierto tipo de comida aun antes de probarla.

Ten esa experiencia con Dios: pruébalo por ti mismo y comprueba que él es bueno.

Puedes experimentar a Dios conociendo mejor su Palabra y hablando con él en oración.

¡Pruébalo todos los días! Tal como dependemos del agua y de los alimentos, también necesitamos a Dios cada día.

¡Comparte ese Pan! Cuando sabemos que algo es muy bueno no debemos guardarlo solo para nosotros mismos.

Habla de la bondad y el amor de Dios, hay muchos a tu alrededor que están sedientos y hambrientos.

Para orar:

Señor Dios, quiero conocerte mejor y probar tu bondad en mi vida. Ayúdame a experimentarte todos los días y a descubrir cómo eres.

Oigo y veo tantas cosas que tú has hecho... ¡obra también en mi vida! Padre, enséñame a hablar de ti para que otros también puedan saber.

Te lo agradezco todo en el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...