Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Lidiando con la depresión


El ángel del Señor regreso y, tocándolo, le dijo: «Levántate y come, porque te espera un largo viaje». Elías se levantó, y comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte de Dios. - 1 Reyes 19:7-8

El Señor le ordenó: —Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí.(...) - 1 Reyes 19:11 a

Hay etapas muy difíciles en la vida y en algunas de ellas parece no haber salida ni esperanza. Eso nos pasa a todos en algún momento. Cualquiera que haya pasado o enfrentado algo así en la vida sabe cómo es encontrarse bajo una presión tan grande que se siente un enorme abatimiento en el alma. Sí, la depresión puede tocar también a nuestra puerta. Cuando eso sucede tenemos dos salidas posibles para escoger: huir o enfrentar.

El profeta Elías pasó por una grave depresión y su intención inicial fue intentar desistir. Pero Dios le mostró que todavía le quedaba un gran recorrido por delante: ¡necesitaba continuar! Elías obedeció, reconoció que el Señor estaba presente y lo sustentaba. Con toda certeza él podía confiar y depender de su Dios. ¡Así mismo sucede contigo! Levántate y busca la presencia de Dios. Cree que con Cristo lograrás lidiar con toda situación que te aflija...

Enfrenta la depresión en la presencia del Señor:

¡Cree que Dios está presente! - Pide la ayuda del Espíritu Santo para enfrentar y vencer esa fase depresiva.

Emociones por fe - Aunque no "te sientas" bien, batalla la depresión activando tu fe en Cristo.

Busca (leer y oír) la Palabra de Dios - Apártate de los libros de autoayuda. Lo que necesitas es la ayuda que viene de lo alto.

Ora, llora y ora un poco más... - Derrámate delante de Dios con lágrimas y oraciones. ¡Él te quiere oír y animar!

Busca la alegría verdadera - ¡Llena tu corazón con salmos y alabanza! Conecta el sonido, canta, alaba y danza para Dios...

Comparte tu problema con una persona madura en la fe y pídele que te ayude en oración.

¡Sé agradecido! Mira a tu alrededor y agradece a Dios por lo que ya ha hecho en tu vida y por lo que tienes.

De ser necesario busca ayuda médica o de un especialista - Hay casos crónicos de depresión en los que será importante el auxilio de un psiquiatra o de un terapeuta. Hay muchos psicólogos cristianos que podrán ayudarte en esta fase.

Recuerda que la depresión es una fase. ¡Ten ánimo! Cristo venció al mundo y por fe tú también vencerás.

Para orar:

Señor, ayúdame a enfrentar este momento de depresión con ánimo y con confianza en ti. Concédeme la fe para seguir adelante en este día, aunque haya lágrimas, pero con esperanza y con las fuerzas renovadas. En medio de esta tempestad ayúdame a depender más de ti y a creer que estás presente conmigo en todo momento. A ti oro y te agradezco, en el nombre de Jesús, amén. 

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...