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LA HISTORIA DE LOS PATRIARCAS (12–25) Primera Parte.

Dios llama a Abram

Genesis 12 1 Un día el Señor dijo a Abram:a “Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré.b 2 Con tus descendientes formaré una gran nación; te bendeciré y te haré famoso, y serás una bendición para otros.c 3 Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciréd a todas las familias del mundo.”

4 Abram salió de Harán, tal como el Señor se lo había ordenado. Tenía setenta y cinco años cuando salió de allí para ir a la tierra de Canaán. 5 Con él se llevó a su esposa Sarai y a su sobrino Lot, y también todas las cosas que tenían y los esclavos que habían adquirido en Harán. Cuando llegaron a Canaán, 6 Abram atravesó toda la región hasta llegar a Siquem, donde está la encina sagrada de Moré. Los cananeos vivían entonces en aquella región.f 7 Allí el Señor se le apareció y le dijo: “Esta tierra se la voy a dar a tu descendencia.

”Entonces Abram construyó un altar en honor del Señor, porque allí se le había aparecido. 8 Luego se fue a la región montañosa que está al este de la ciudad de Betel,h y allí montó su campamento. Betel quedaba al oeste de donde él había acampado, y la ciudad de Ai al este. En aquel lugar construyó Abram otro altar, e invocó el nombre del Señor. 9 Después siguió su camino poco a poco,i hacia la región del Négueb.


Abram en Egiptok

10 Por aquel entonces hubo una gran escasez de alimentosl en toda aquella región, y Abram se fue a vivir a Egiptom durante algún tiempo, pues no había nada de comer en el lugar donde vivía. 11 Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abram dijo a su esposa Sarai: “Mira, yo sé bien que eres una mujer hermosa; 12 y cuando los egipcios te vean, van a decir: ‘Esta mujer es la esposa de ese hombre.’ Entonces a mí me matarán, y a ti te dejarán con vida para quedarse contigo. 13 Por eso, para que me vaya bien y no me maten por causa tuya, diles, por favor, que eres mi hermana.

”14 Cuando Abram llegó a Egipto, los egipcios vieron que Sarai era muy hermosa. 15 También la vieron los funcionarios del faraón, el rey de Egipto,ñ y le fueron a decir que aquella mujer era muy hermosa. Entonces la llevaron al palacio del faraón.

16 A causa de Sarai, el faraón trató muy bien a Abram. Le regaló ovejas, vacas, esclavos, esclavas, asnos y camellos. 17 Pero también por causa de Sarai, el Señor castigó al faraón y a su familia con grandes plagas. 18 Por eso, el faraón mandó llamar a Abram y le dijo: “¿Por qué me has hecho esto? ¿Por qué no me dijiste que esta mujer es tu esposa?o 19 Dijiste que era tu hermana y con ello me diste ocasión de tomarla por esposa. Ahora, aquí la tienes. ¡Tómala y vete!” 20 Entonces el faraón ordenó a sus hombres que hicieran salir de Egipto a Abram, junto con su esposa y con todo lo que tenía.


        Abram y Lot se separan            

13. 1 Cuando Abram salió de Egipto, con su esposa y con todo lo que tenía, regresó a la región del Négueb. Su sobrino Lot se fue con ellos. 2 Abram era muy rico, pues tenía oro, plata y muchos animales. 3 Del Négueb regresó, poco a poco, hasta llegar al pueblo de Betel, y de ahí se fue al lugar donde había acampado primero, entre Betel y Ai. 4 Ese era el lugar donde antes había construido un altar, y allí invocó el nombre del Señor.

5 Lot también era muy rico, pues, al igual que su tío Abram, tenía muchas ovejas y vacas, y gente que acampaba con él; 6 pero el lugar donde estaban no bastaba para alimentar a tantos animales. Ya no podían vivir juntos, 7 pues los que cuidaban el ganado de Abram se peleaban con los que cuidaban el ganado de Lot.

Además, en aquel tiempo, los cananeos y ferezeos todavía vivían allí. 8 Así que un día Abram dijo a Lot: “Tú y yo somos parientes, y no está bien que haya disgustos entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos. 9 Ahí tienes toda la tierra, para que escojas. Por favor, sepárate de mí. Si tú vas al norte, yo me iré al sur; y si tú vas al sur, yo me iré al norte.”

10 Lot miró por todo el valle del río Jordán y vio que, hasta el pueblecito de Sóar, el valle tenía bastante agua y era como un gran jardín.b Se parecía a Egipto. (Esto era así antes de que el Señor destruyera las ciudades de Sodoma y Gomorra.) 11 Entonces Lot escogió todo el valle del Jordán, y se fue al oriente del lugar donde estaban. De esta manera, Abram y Lot se separaron. 12 Abram se quedó en Canaán, y Lot se fue a vivir a las ciudades del valle, cerca de la ciudad de Sodoma, 13 donde toda la gente era mala y cometía horribles pecados contra el Señor.

14 Después de irse Lot, el Señor dijo a Abram: “Desde el lugar donde estás, mira bien al norte y al sur, al este y al oeste; 15 yo te daré toda la tierra que ves, y para siempre será tuya y de tus descendientes. 16 Yo haré que estos sean tantos como el polvo de la tierra. Así como no es posible contar los granitos de polvo, tampoco será posible contar tus descendientes. 17 ¡Levántate, recorre esta tierra a lo largo y a lo ancho, porque yo te la voy a dar!”d

18 Así pues, Abram levantó su campamento y se fue a vivir al bosque de encinas de un hombre llamado Mamré, cerca de la ciudad de Hebrón.e Allí construyó un altar en honor del Señor.

Liberación de Lot

14 1 En aquel tiempo, Amrafel era rey de Sinar, Arioc era rey de Elasar, Quedorlaómer era rey de Elam, y Tidal era rey de Goím.a 2 Estos hicieron guerra contra Bera, rey de Sodoma, contra Birsá,b rey de Gomorra, contra Sinab, rey de Admá, contra Seméber, rey de Seboím, y contra el rey de Bela, pueblo que también se llama Sóar.c 3 Estos cinco últimos juntaron sus ejércitos en el valle de Sidim, donde está el Mar Muerto.

4 El rey Quedorlaómer los había dominado durante doce años, pero a los trece años los cinco reyes decidieron luchar contra él. 5 Al año siguiente, Quedorlaómer y los reyes que estaban de su parte fueron a la región de Astarot Carnaim, y allí derrotaron a los refaítas; luego derrotaron a los zuzitas en Ham, a los emitas los derrotaron en Savé-quiriataim,e 6 y a los horeos los derrotaron en los montes de Seír y los persiguieron hasta El-parán, que está junto al desierto. 7 Al regresar Quedorlaómer y los que estaban con él, llegaron a En-mispat,g que también se llama Cadés. Y destruyeron todo lo que encontraron a su paso en la región de los amalecitas, y también hicieron lo mismo con los amorreos, que vivían en la región de Hasesón-tamar.h

8-9 Entonces los reyes de Sodoma, Gomorra, Admá, Seboím y Bela fueron al valle de Sidim. Allí aquellos cinco reyes pelearon contra Quedorlaómer, Tidal, Amrafel y Arioc, que eran los cuatro reyes de Elam, Goím, Sinar y Elasar. 10 En todo el valle de Sidimi había muchos pozos de asfalto natural, y cuando los reyes de Sodoma y Gomorra quisieron escapar de la batalla, fueron a caer en los pozos. Los otros reyes escaparon a los montes.

11 Los vencedores se llevaron entonces todos los alimentos y objetos de valor que había en Sodoma y Gomorra, y se fueron de allí. 12 Como en Sodoma vivía Lot, el sobrino de Abram,j también se lo llevaron prisionero junto con todo lo que tenía. 13 Pero un hombre que había escapado con vidak vino a contarle todo esto a Abram el hebreo,l que vivía en el encinar de Mamrém el amorreo.n Mamré era hermano de Escol y de Aner,ñ los cuales estaban de parte de Abram.

14 Cuando Abram supo que su sobrino había sido hecho prisionero, juntó a los criados de confianza que habían nacido en su casa, que eran trescientos dieciocho hombres en total, y salió con ellos a perseguir a los reyeso hasta el pueblo de Dan.p 15 Por la noche, Abram y su gente atacaron por sorpresa a los reyes, los persiguieron hasta Hobá, que está al norte de la ciudad de Damasco, 16 y les quitaron todo lo que se habían llevado. Así liberó Abram a su sobrino Lot, y recobró todas las pertenencias de su sobrino. También liberó a las mujeres y demás gente.

Abram y Melquisedec

17 Cuando Abram regresó, después de haber derrotado a Quedorlaómer y a los reyes que estaban de su parte, el rey de Sodoma salió a recibirlo al valle de Savé, que es el valle del Rey.q 18 También Melquisedec,r que era rey de Salems y sacerdotet del Dios altísimo,u sacó pan y vinov 19 y bendijo a Abram con estas palabras:

“Que te bendiga el Dios altísimo,

creador del cielo y de la tierra;

20 y alabado sea el Dios altísimo,

que te hizo vencer a tus enemigos.”

Entonces Abram dio a Melquisedec la décima parte de lo que había recobrado.w

21 Luego el rey de Sodoma dijo a Abram:

–Dame las personas y quédate con las cosas.

22 Pero Abram le contestó:

–He jurado al Señor, al Dios altísimo que hizo el cielo y la tierra, 23 no tomar nada de lo que es tuyo: ni siquiera un hilo o una correa para mis sandalias, para que nunca digas que tú fuiste quien me hizo rico. 24 Yo no quiero nada para mí, excepto lo que ya comieron los criados. En cuanto a los hombres que me acompañaron, es decir, Aner, Escol y Mamré, ellos tomarán su parte.x

El pacto de Dios con Abram 15.1 Después de esto, el Señor habló a Abram en una visión y le dijo:
–No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector.a Tu recompensa va a ser muy grande.

2-3 Pero Abram le contestó: –Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si, como tú bien sabes, no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados.b

4 El Señor le contestó: –Tu heredero va a ser tu propio hijo, y no un extraño.

5 Entonces el Señor llevó fuera a Abram y le dijo: –Mira bien el cielo y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. Pues así será el número de tus descendientes.

6 Abram creyó al Señor, y por eso el Señor le aceptó como justod 7 y le dijo:–Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia. 8 –Pero, Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de heredar esta tierra? –contestó Abram.

9 Y Dios le dijo: –Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón. 

10 Abram trajo todos estos animales a Dios, los partió por la mitad y puso cada mitad frente a la otra; pero no partió las aves. 11 Y los buitres bajaban sobre los cuerpos de los animales muertos, pero Abram los espantaba. 12 Cuando empezaba a anochecer, Abram se quedó profundamente dormido.f De pronto le rodeó una gran oscuridad y sintió mucho miedo. 13 Entonces el Señor le dijo:

–Debes saber que tus descendientes vivirán en un país extranjero, y que allí serán esclavos, y que serán maltratados durante cuatrocientos años.g 14 Pero yo también castigaré a la nación que ha de hacerlos esclavos, y después tus descendientes saldrán libres y dueños de grandes riquezas.h 15 Por lo que a ti toca, morirás en paz cuando ya seas muy anciano, y así te reunirás con tus antepasados. 16 Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a este lugar, porque todavía no ha llegado al colmo la maldad de los amorreos.i

17 Cuando ya era de noche y todo estaba oscuro, apareció un horno que echaba humo y una antorcha encendida que pasaba por en medio de los animales partidos.j 18 Aquel mismo día el Señor hizo un pacto con Abram, diciéndole:

–Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates.k 19 Es decir, la tierra de los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.


Agar e Ismael

16 1 Sarai no podía dar hijos a su esposo Abram, pero tenía una esclava egipcia que se llamaba Agar. 2 Y un día dijo Sarai a Abram:

–Mira, el Señor no me ha permitido tener hijos, pero te ruego que te unas a mi esclava Agar, pues tal vez tendré hijos por medio de ella.

Abram aceptó lo que Sarai le decía,a 3 y entonces ella tomó a Agar la egipcia y se la dio como mujer a Abram, cuando ya hacía diez años que estaban viviendo en Canaán. 4 Abram se unió a Agar, que quedó embarazada, y que cuando se dio cuenta de su estado comenzó a mirar con desprecio a su señora.b 5 Entonces Sarai dijo a Abram:

–¡Tú tienes la culpa de que Agar me desprecie! Yo misma te la di por mujer, y ahora que va a tener un hijo se cree más que yo. Que el Señor diga quién tiene la culpa, si tú o yo.

6 Abram le contestó:

–Mira, tu esclava está en tus manos; haz con ella lo que mejor te parezca.

Entonces Sarai comenzó a maltratarla, tanto, que Agar huyó.

7 Pero un ángel del Señorc la encontró en el desierto, junto al manantial que está en el camino de Sur,d 8 y le preguntó:

–Agar, esclava de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?

–Estoy huyendo de mi señora Sarai –contestó ella.

9 Entonces el ángel del Señor le dijo:

–Regresa al lado de tu señora y obedécela en todo. 

10 Además el ángel del Señor le dijo: “Aumentaré tanto tus descendientes, que nadie los podrá contar. 11 Estás encinta y tendrás un hijo, y le pondrás por nombre Ismael, porque el Señor escuchó tu aflicción. 12 Será arisco como un potro salvaje; luchará contra todos, y todos contra él; pero él afirmará su casa aunque sus hermanos se opongan.”

13 Como Agar había hablado con el Señor, le llamó “el Dios que ve”, pues se decía: “Dios me ha visto, y todavía estoy viva.”g 14 Por eso, el pozo se llama: “Pozo del que vive y me ve”. Este pozo está entre Cadés y Béred.

15 Y Agar le dio un hijo a Abram,h y él lo llamó Ismael. 16 Abram tenía ochenta y seis años cuando nació Ismael.

La circuncisión, señal del pacto
17 1 Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo:

–Yo soy el Dios todopoderoso.a Vive una vida sin tacha delante de mí, 2 y yo haré un pactob contigo: haré que tengas muchísimos descendientes.

3 Entonces Abram se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, mientras Dios seguía diciéndole:

4 –Este es el pacto que hago contigo: Tú serás el padre de muchas naciones, 5 y ya no te llamarásc Abram. Desde ahora te llamarás Abraham, porque te voy a hacer padre de muchas naciones. 6 Haré que tus descendientes sean muy numerosos; de ti saldrán reyes y naciones.d 7 El pacto que hago contigo, y que haré con todos tus descendientes en el futuro, es que yo seré siempre tu Dios y el Dios de ellos. 8 A ti y a ellos os daré toda la tierra de Canaán, donde ahora vives, como herencia permanente;e y yo seré su Dios.

9 Además, Dios dijo a Abraham:

–Pero tú, cumple con mi pacto; tú y todos tus descendientes. 10 Este es el pacto que hago con vosotros y que deberán cumplir también todos tus descendientes: todos los hombres entre vosotros serán circuncidados.f 11 Cortaréis la carne de vuestro prepucio, y eso servirá como señal del pacto que hay entre vosotros y yo. 12 De hoy en adelante, todo varón entre
vosotros será circuncidado a los ocho días de nacido, lo mismo el niño que nazca en casa que el esclavo comprado por dinero a cualquier extranjero. 13 Tanto el uno como el otro será circuncidado sin falta. Así mi pacto quedará señalado en vuestra carne como un pacto para toda la vida. 14 Pero el que no sea circuncidado, será eliminado de entre vosotros por no haber respetado mi pacto.

15 También dijo Dios a Abraham:

–Tu esposa Sarai ya no se llamará así. De ahora en adelante se llamará Sara.g 16 La bendeciré, y te daré un hijo por medio de ella. Sí, yo la bendeciré. Y será la madre de muchas naciones, y sus descendientes serán reyes de pueblos.

17 Abraham se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y se rió, mientras pensaba: “¿Acaso un hombre de cien años puede ser padre? ¿Y acaso Sara va a tener un hijo a los noventa años?” 18 Entonces dijo a Dios:

–¡Ojalá Ismael pueda vivir con tu bendición!

19 Y Dios le contestó:

–Lo que yo he dicho es que tu esposa Sara te dará un hijo, y tú le pondrás por nombre Isaac.h Con él confirmaré mi pacto, el cual mantendré para siempre con sus descendientes. 20 En cuanto a Ismael, también te he oído, y voy a bendecirle; haré que tenga muchos hijos y que aumente su descendencia. Ismael será el padre de doce jefes importantes, y haré de él una nación muy grande. 21 Pero mi pacto lo mantendré con Isaac, el hijo que Sara te dará dentro de un año, por estos días.

22 Cuando Dios terminó de hablar con Abraham, se fue de allí. 23 Aquel mismo día Abraham circuncidó a su hijo Ismael, y circuncidó también a todos los siervos nacidos en su casa y a los que había comprado con su dinero. Todos los hombres que vivían en su casa y le servían fueron circuncidados, tal como Dios se lo había ordenado. 24-25 Abraham tenía noventa y nueve años, y su hijo Ismael trece, cuando se les circuncidó la carne del prepucio. 26 Abraham y su hijo Ismael recibieron el rito de la circuncisión aquel mismo día, 27 junto con todos los hombres de su casa, lo mismo los siervos nacidos en su casa que los que habían sido comprados por dinero a los extranjeros.

Dios promete un hijo a Abraham

18 1 El Señor se apareció a Abraham en el encinar de Mamré,a mientras Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda de campaña, como a mediodía. 2 Abraham alzó la mirada y vio a tres hombresb que estaban de pie frente a él. Al verlos, se levantó rápidamente a recibirlos, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente 3 y dijo:

–Mi señor, por favor te suplico que no te vayas en seguida. 4 Si te parece bien, haré traer un poco de agua para que os lavéis los pies, y luego descansad un rato bajo la sombra del árbol. 5 Ya que habéis pasado por donde vive este servidor vuestro, os traeré algo de comer para que repongáis vuestras fuerzas antes de seguir vuestro camino.

–Bueno, está bien –contestaron ellos. 6 Abraham entró en su tienda de campaña y dijo a Sara: –¡Date prisa! Toma unos veinte kilos de la mejor harina y haz unos panes.

7 Luego Abraham corrió a donde estaba el ganado, escogió el mejor de los becerros y se lo dio a uno de sus sirvientes, quien lo preparó inmediatamente para la comida. 8 Además del becerro, Abraham les ofreció cuajada y leche, y estuvo atento a servirles mientras ellos comían debajo del árbol.c

9 Al terminar de comer, los visitantes preguntaron a Abraham:

–¿Dónde está tu esposa Sara? –Allí, en la tienda de campaña –respondió. 10 Entonces uno de ellos dijo: –El año próximod volveré a visitarte, y para entonces tu esposa Sara tendrá un hijo.

Mientras tanto, Sara estaba escuchando toda la conversación a espaldas de Abraham, a la entrada de la tienda. 11 Abraham y Sara ya eran muy ancianos, y Sara había dejado de tener sus periodos de menstruación. 12 Por eso Sara no pudo contener la risa, y pensó: “¿Cómo voy a tener ese gusto, ahora que mi esposoe y yo somos tan viejos?” 13 Pero el Señor dijo a Abraham:

–¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que puede tener un hijo a pesar de su edad? 14 ¿Hay acaso algo tan difícil que el Señor no pueda hacerlo? El año próximo volveré a visitarte, y para entonces Sara tendrá un hijo.f

15 Al escuchar esto, Sara tuvo miedo y quiso negar. Por eso dijo: –Yo no me estaba riendo. Pero el Señor le contestó: 

–Yo sé que te reíste. 

Abraham intercede por Sodoma

16 Después los visitantes se levantaron y echaron a andar hacia la ciudad de Sodoma. Abraham los acompañaba, para despedirse de ellos. 17 Entonces el Señor pensó: “Debo decirle a Abraham lo que voy a hacer, 18 ya que él va a ser el padre de una nación grande y fuerte. Le he prometido bendecir por medio de él a todas las naciones del mundo. 19 Yo le he escogido para que mande a sus hijos y descendientes que obedezcan mis enseñanzas y hagan todo lo que es bueno y correcto, para que yo cumpla todo lo que le he prometido.”

20 Así que el Señor le dijo:

–La gente de Sodoma y Gomorra tiene tan mala fama, y su pecado es tan grave,i 21 que ahora voy allá para ver si en verdad su maldad es tan grande como se me ha dicho. Así lo sabré.j

22 Dos de los visitantes se fueron de allí a Sodoma, pero Abraham se quedó todavía ante el Señor. 23 Se acercó un poco más a él y le preguntó:

–¿Vas a destruir a los inocentes junto con los culpables? 24 Tal vez haya cincuenta personas inocentes en la ciudad. Y siendo así, ¿destruirás la ciudad, y no la perdonarás por esos cincuenta? 25 ¡No es posible que hagas morir al inocente junto con el culpable, como si ambos hubieran cometido los mismos pecados! ¡No hagas eso! Tú, que eres el Juez supremo de todo el mundo, ¿no harás justicia?k

26 Entonces el Señor le contestó: –Si encuentro cincuenta inocentes en la ciudad de Sodoma, por ellos perdonaré a todos los que viven allí.

27 Pero Abraham volvió a decirle: –Perdona que sea tan atrevido al hablarte así, pues tú eres Dios y yo sólo soy un simple hombre; 28 pero tal vez falten cinco inocentes para completar los cincuenta. ¿Sólo por faltar esos cinco vas a destruir toda la ciudad?

Y el Señor contestó: –Si encuentro cuarenta y cinco inocentes, no la destruiré. 29 –Tal vez haya solo cuarenta inocentes... –insistió Abraham.–Por esos cuarenta, no destruiré la ciudad –dijo el Señor.

30 Pero Abraham volvió a suplicar: –Te ruego que no te enojes conmigo por insistir tanto en lo mismo, pero tal vez encuentres solamente treinta.

El Señor volvió a decirle: –Aun por esos treinta, perdonaré a la ciudad.

31 Abraham siguió insistiendo: –Mi Señor, he sido muy atrevido al hablarte así, pero, ¿qué pasará si encuentras solamente veinte inocentes?

Y el Señor respondió: –Por esos veinte, no destruiré la ciudad.

32 Todavía insistió Abraham:

–Por favor, mi Señor, no te enojes conmigo: hablaré tan sólo esta vez y no volveré a molestarte: ¿qué harás, en caso de encontrar únicamente diez?

El Señor le dijo:

–Incluso por esos diez, no destruiré la ciudad.

33 Cuando el Señor terminó de hablar con Abraham, se fue de allí; y Abraham regresó a su tienda de campaña.

Destrucción de Sodoma y Gomorra
19 1 Empezaba a anochecer cuando los dos ángelesa llegaron a Sodoma.b Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad, que era el lugar donde se reunía la gente. Cuando los vio, se levantó a recibirlos, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente 2 y les dijo:

–Señores, por favor os ruego que aceptéis pasar la noche en la casa de vuestro servidor. Allí podréis lavaros los pies, y mañana temprano seguiréis vuestro camino.

Pero ellos dijeron:

–No, gracias. Pasaremos la noche en la calle.

3 Sin embargo, Lot insistió mucho, y al fin ellos aceptaron ir con él a su casa. Cuando llegaron, Lot les preparó una buena cena e hizo panes sin levadura, y los visitantes comieron.c

4 Todavía no se habían acostado, cuando todos los hombres de la ciudad de Sodoma rodearon la casa y, desde el más joven hasta el más viejo, 5 empezaron a gritarle a Lot:

–¿Dónde están los hombres que vinieron a tu casa esta noche? ¡Sácalos! ¡Queremos acostarnos con ellos!d

6 Entonces Lot salió a hablarles, y cerrando bien la puerta detrás de él 7 les dijo:

–Por favor, amigos míos, no vayáis a hacer una cosa tan perversa. 8 Yo tengo dos hijas que todavía no han estado con ningún hombre; voy a sacarlas para que hagáis con ellas lo que queráis, pero no les hagáis nada a estos hombres, porque son mis invitados.e

9 Pero ellos le contestaron:

–¡Hazte a un lado! Solo faltaba que un extranjero como tú quisiera mandar sobre nosotros. ¡Pues ahora vamos a tratarte peor que a ellos!

En seguida comenzaron a maltratar a Lot, y se acercaron a la puerta para echarla abajo; 10 pero los visitantes de Lot alargaron la mano y lo metieron dentro de la casa; luego cerraron la puerta 11 e hicieron que se quedasen ciegos los hombres que estaban fuera. Todos, desde el más joven hasta el más viejo, quedaron ciegos. Y se cansaban de andar buscando la puerta.f 12 Entonces los visitantes dijeron a Lot:

–¿Tienes más familiares aquí? Toma a tus hijos, hijas y yernos, y todo lo que tengas en esta ciudad; sácalos y llévatelos lejos de aquí, 13 porque vamos a destruir este lugar. Ya son muchas las quejas que el Señor ha tenido contra la gente de esta ciudad, y por eso nos ha enviado a destruirla.

14 Entonces Lot fue a ver a sus yernos, o sea, a los prometidos de sus hijas, y les dijo:

–¡Levantaos y marchaos de aquí, porque el Señor va a destruir esta ciudad!

Pero sus yernos no tomaron en serio lo que Lot les decía. 15 Como ya estaba amaneciendo, los ángeles dijeron a Lot:

–¡De prisa! Levántate y llévate de aquí a tu esposa y a tus dos hijas, si no quieres morir cuando castiguemos a la ciudad.

16 Pero como Lot se retrasaba, los ángeles le tomaron de la mano, porque el Señor tuvo compasión de él. También tomaron a su esposa y a sus hijas, y los sacaron de la ciudad para ponerlos a salvo.g 17 Cuando ya estaban fuera de la ciudad, uno de los ángeles dijo:

–¡Corre, ponte a salvo! No mires atrás ni te detengas para nada en el valle. Vete a las montañas, si quieres salvar tu vida.

18 Pero Lot les dijo:

–¡No, señores míos, por favor! 19 Vosotros me habéis hecho ya muchos favores y habéis sido muy buenos conmigo al salvarme la vida, pero yo no puedo ir a las montañas, porque la destrucción puede alcanzarme en el camino y entonces moriré. 20 Cerca de aquí hay una ciudad pequeña, a la que puedo huir. ¡Dejadme ir allá para salvar mi vida, pues realmente es una ciudad muy pequeña!

21 Entonces uno de ellos dijo:

–Te he escuchado, y voy a hacer lo que me has pedido. No destruiré la ciudad de que me has hablado, 22 pero ¡anda!, vete allá de una vez, porque no puedo hacer nada mientras no llegues a ese lugar.

Por eso aquella ciudad fue llamada Sóar.h

23 Cuando ya había amanecido y Lot había llegado a Sóar, 24 el Señor hizo llover fuego y azufrei sobre Sodoma y Gomorra; 25 las destruyó junto con todos los que vivían en ellas, y acabó con todo lo que crecía en aquel valle.j 26 Pero la mujer de Lot, que venía siguiéndole, miró atrás, y allí mismo quedó convertida en una estatua de sal.k

27 Al día siguiente por la mañana, Abraham fue al lugar donde había estado hablando con el Señor; 28 miró hacia Sodoma y Gomorra, y por todo el valle, y vio que de toda la región subía humo, como si fuera un horno. 29 Así fue como Dios destruyó las ciudades del valle donde Lot vivía; pero, acordándose de Abraham, sacó a Lot del lugar de la destrucción.

Origen de los moabitas y amonitas 30 Después Lot tuvo miedo de quedarse en Sóar, y se fue con sus dos hijas a la región montañosa, donde los tres se quedaron a vivir en una cueva. 31 Un día, la hija mayor dijo a la menor:

–Nuestro padre ya es viejo, y no hay en toda esta región ningún hombre que se case con nosotras, como es lo acostumbrado; 32 así que vamos a emborracharle y a acostarnos con él para tener hijos suyos.l

33 Aquella misma noche dieron vino a su padre, y la mayor se acostó con él; pero su padre no se dio cuenta ni cuando ella se acostó ni cuando se levantó. 34 Al día siguiente, la mayor dijo a la menor:

–Mira, anoche me acosté con nuestro padre, así que esta noche también le emborracharemos, para que tú te acuestes con él; así las dos tendremos hijos suyos.

35 Aquella noche volvieron a dar vino a su padre, y la menor se acostó con él; pero Lot tampoco se dio cuenta ni cuando ella se acostó ni cuando se levantó. 36 Así, las dos hijas de Lot quedaron embarazadas de su padre. 37 La mayor tuvo un hijo, al que llamó Moab,m que fue el padre de los actuales moabitas. 38 También la menor tuvo un hijo, al que llamó Ben-amí,n que fue el padre de los actuales amonitas.ñ

20 Abraham y Abimélec

1 Abraham salió del lugar en donde estaba y se fue a la región del Négueb, y se quedó a vivir en la ciudad de Guerar,b entre Cadés y Sur. 2 Estando allí, decía que Sara, su esposa, era su hermana. Entonces Abimélec, el rey de Guerar, mandó traer a Sara para hacerla su mujer; 3 pero aquella noche Abimélec tuvo un sueño, en el que Dios le dijo: “Vas a morir, porque la mujer que has tomado es casada.”

4 Pero como él no la había tocado, contestó: “Mi Señor, ¿acaso piensas matar a quien no ha hecho nada malo? 5 Abraham mismo me dijo que la mujer es su hermana, y ella también afirmó que él es su hermano, así que yo hice todo esto de buena fe. No he hecho nada malo.”

6 Dios le contestó en el sueño: “Yo sé muy bien que lo hiciste de buena fe. Por eso no te dejé tocarla, para que no pecaras contra mí.c 7 Pero ahora, devuélvele su esposa a ese hombre, porque él es profeta y rogará por ti para que vivas;d pero si no se la devuelves, tú y los tuyos ciertamente moriréis.”

8 Al día siguiente por la mañana, Abimélec se levantó y llamó a sus siervos, y les contó todo lo que había soñado. Al oirlo, tuvieron mucho miedo. 9 Después Abimélec llamó a Abraham y le dijo:

–¡Mira lo que nos has hecho! ¿En qué te he ofendido, para que hayas traído un pecado tan grande sobre mí y sobre mi gente? ¡Cosas así no deben hacerse! 10 ¿Qué estabas pensando cuando hiciste todo esto?

Así habló Abimélec a Abraham, 11 y Abraham contestó:

–Yo pensé que en este lugar no se tenía ningún respeto a Dios, y que me matarían por causa de mi esposa. 12 Sin embargo, es cierto que ella es mi hermana: es hija de mi padre, aunque no de mi madre; por eso pude casarme con ella.e 13 Cuando Dios me ordenó salir de la casa de mi padre, le pedí a ella que, en cada lugar a donde llegáramos, dijera que yo soy su hermano.

14 Entonces Abimélec le devolvió a Abraham su esposa Sara. Además le regaló ovejas, vacas, esclavos y esclavas, 15 y le dijo:–Mira, ahí tienes mi país; escoge el lugar que más te guste para vivir.

16 A Sara le dijo:

–Lo que le he dado a tu hermano vale mil monedas de plata, y eso va a servir para defender tu buena fama delante de todos los que están contigo. Nadie podrá hablar mal de ti.f

17 Entonces Abraham oró a Dios, y Dios devolvió la salud a Abimélec y a su esposa. También sanó a sus siervas, para que pudieran tener hijos, 18 pues, por causa de Sara, el Señor había hecho que ninguna mujer de la casa de Abimélec pudiera tener hijos.

Nacimiento de Isaac

21 1 De acuerdo con su promesa, el Señor prestó atención a Sara y cumplió lo que le había dicho, 2 así que Sara quedó embarazada, y dio un hijo a Abraham cuando él ya era muy anciano.a El niño nació en el tiempo que Dios le había dicho. 3 Y el nombre que Abraham puso al hijo que Sara le dio, fue Isaac; 4 y lo circuncidó a los ocho días de nacido,b tal como Dios se lo había ordenado. 5 Abraham tenía cien años cuando nació Isaac. 6 Entonces Sara pensó: “Dios me ha hecho reir, y todos los que sepan que he tenido un hijo, se reirán conmigo. 7 ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que yo llegaría a darle hijos? Sin embargo, le he dado un hijo, a pesar de que él ya es viejo.”

Agar e Ismael en el desierto

8 El niño Isaac creció, y lo destetaron. El día en que fue destetado,c Abraham hizo una gran fiesta. 9 Pero Sara vio que el hijo que Agar la egipcia había dado a Abraham, se burlaba de Isaac.d 10 Entonces fue a decirle a Abraham: “¡Que se vayan esa esclava y su hijo! Mi hijo Isaac no tiene por qué compartir su herencia con el hijo de esa esclava.”e

11 Esto dolió mucho a Abraham, porque se trataba de un hijo suyo. 12 Pero Dios le dijo: “No te preocupes por el muchacho ni por tu esclava. Haz todo lo que Sara te pida, porque tu descendencia vendrá por medio de Isaac.f 13 En cuanto al hijo de la esclava, yo haré que también de él salga una gran nación, porque es hijo tuyo.”

14 Al día siguiente, muy temprano, Abraham dio a Agar pan y un odre con agua; se lo puso todo sobre la espalda, le entregó al niño Ismael y la despidió. Ella se fue, y anduvo sin rumbo por el desierto de Beerseba.g 15 Cuando se le acabó el agua que llevaba en el odre, dejó al niño debajo de un arbusto 16 y fue a sentarse a cierta distancia, pues no quería verle morir. Al sentarse ella, el niñoh comenzó a llorar.

17 Dios oyó llorar al muchacho, y desde el cielo el ángel de Dios llamó a Agar, y le dijo: “¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, porque Dios ha oído el llanto del muchacho que está ahí.i 18 Anda, ve a buscar al niño, y no lo sueltes de la mano, pues yo haré que de él salga una gran nación.”

19 Entonces Dios hizo que Agar viera un pozo de agua. Ella fue y llenó de agua el odre, y dio de beber a Ismael. 20-21 Dios ayudó al muchacho, el cual creció y vivió en el desierto de Parán, y llegó a ser un buen tirador de arco.j Más tarde, su madre lo casó con una mujer egipcia.

Alianza entre Abraham y Abiméleck

22 Más o menos por aquel tiempo, Abimélec fue a hablar con Abraham. Le acompañaba Ficol, el jefe de su ejército. Y Abimélec dijo a Abraham:

–Vemos que Dios te ayuda en todo lo que haces. 23 Por lo tanto, júrame por Dios, en este mismo lugar, que no nos harás mal ni a mí ni a mis hijos ni a mis descendientes. Júrame que me tratarás con la misma bondad con que yo te he tratado, y que harás lo mismo con la gente de este país donde ahora vives. 24 –Te lo juro –contestó Abraham.

25 Pero Abraham llamó la atención a Abimélec acerca de un pozo de agua que los siervos de este le habían quitado. 26 Y Abimélec le contestó: –Hasta hoy no he sabido nada de este asunto, pues no me lo habías dicho. No sé quién ha podido hacer eso.

27 Entonces Abraham tomó ovejas y vacas, y se las dio a Abimélec; y aquel mismo día, los dos hicieron un trato. 28 Luego Abraham apartó siete ovejas de su rebaño, 29 por lo que Abimélec le preguntó: –¿Para qué has apartado estas siete ovejas?

30 Abraham le contestó:–Para que estas siete ovejas que te entrego sirvan como prueba de que yo cavé este pozo. 31 Por esa razón, aquel lugar se llamó Beerseba, pues allí los dos hicieron un juramento.l

32 Una vez hecho el trato en Beerseba, regresaron Abimélec y Ficol al país de los filisteos. 33 Allí, en Beerseba, Abraham plantó un árbol, un tamarisco, e invocó el nombre del Señor, el Dios eterno. 34 Durante mucho tiempo, Abraham vivió en el país de los filisteos. 

22 Dios pone a prueba la fe de Abrahama 1 Después de algún tiempo, Dios puso a prueba la fe de Abraham. Lo llamó por su nombre, y él contestó: –Aquí estoy. 

2 Dios le dijo:

–Toma a Isaac, tu únicob hijo, al que tanto amas, y vete a la tierra de Moria.c Una vez allá, ofrécelo en holocausto sobre el cerro que yo te señalaré.

3 Al día siguiente, muy temprano, Abraham se levantó y ensilló su asno; cortó leña para el holocausto y se fue al lugar que Dios le había dicho, junto con su hijo Isaac y dos de sus siervos. 4 Al tercer día, Abraham alcanzó a ver el lugar desde lejos. 5 Entonces dijo a sus siervos:

–Quedaos aquí con el asno. El muchacho y yo seguiremos adelante, adoraremos a Dios, y luego regresaremos.

6 Abraham tomó la leña para el holocausto y la puso sobre los hombros de Isaac; luego tomó el cuchillo y el fuego, y se fueron los dos juntos. 7 Poco después Isaac dijo a Abraham: –¡Padre!
–¿Qué quieres, hijo? –le contestó Abraham.
–Mira –dijo Isaac–, tenemos la leña y el fuego, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?

8 –Dios nos proveerád de un cordero para el holocausto, hijito –respondió su padre.

Y siguieron caminando juntos. 9 Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abraham construyó un altar y preparó la leña; luego ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar, sobre la leña; 10 pero en el momento de tomar el cuchillo para sacrificar a su hijo, 11 el ángel del Señore le llamó desde el cielo: –¡Abraham! ¡Abraham!

–Aquí estoy –contestó él. 12 El ángel le dijo:–No hagas ningún daño al muchacho, porque ya sé que tienes temor de Dios, pues no te negaste a darme tu único hijo.


13 Abraham miró con atención y vio un carnero que estaba enredado por los cuernos entre las ramas de un arbusto; entonces fue, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.g 14 Después Abraham puso por nombre a aquel lugar: “El Señor provee de lo necesario.” Por eso todavía se dice: “En el cerro, el Señor provee de lo necesario.”

15 El ángel del Señor llamó a Abraham desde el cielo por segunda vez, 16 y le dijo:

–El Señor ha dicho: ‘Puesto que has hecho esto y no me has negado a tu único hijo, juro por mí mismo 17 que te bendeciré mucho. Haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar.h Además, ellos siempre vencerán a sus enemigos,i 18 y todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de ellos,j porque me has obedecido.’

19 Abraham regresó al lugar donde se habían quedado sus siervos. Después se fueron todos juntos a Beerseba,k donde Abraham se quedó a vivir.

Los hijos de Nahorl

20 Al cabo de algún tiempo, Abraham recibió la noticia de que Milcá también había dado hijos a su hermano Nahor. 21 Su primogénito fue Us; luego nació su hermano Buz, y luego Quemuel, que fue el padre de Aram. 22 Luego nacieron Quésed, Hazó, Pildás, Idlaf y Betuel. 23 Este Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que Milcá dio a Nahor, el hermano de Abraham.

24 Además Nahor tuvo hijos con Reumá, su concubina. Ellos fueron Teba, Gáham, Tahas y Maacá.
23 Muerte y sepultura de Sara 1 Sara vivió ciento veintisiete años, 2 y murió en Quiriat-arbá, o sea la ciudad de Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham lloró la muerte de Sara y le guardó luto. 3 Luego salió de donde estaba el cadáver de Sara y fue a decir a los hititasb de aquel lugar:

4 –Aunque soy un extranjero entre vosotros,c vendedme un sepulcro para enterrar a mi esposa. 5 Los hititas le contestaron: 

6 –¡Por favor, señor, escúchanos! Tú eres entre nosotros un escogido de Dios.e Entierra a tu esposa en el mejor de nuestros sepulcros, pues ninguno de nosotros te negará su sepulcro para eso.

7 Entonces Abraham se puso en pie, hizo una reverencia ante los hititas 8 y les dijo:

–Si de veras queréis que entierre aquí a mi esposa, por favor pedid de mi parte a Efrón, el hijo de Sóhar, 9 que me venda la cueva de Macpelá, que está en el límite de sus terrenos. Yo le pagaré el precio total de la cueva, y así seré dueño de un sepulcro en este lugar.

10 Como Efrón el hitita estaba allí, entre ellos, contestó a Abraham de manera que pudieran escucharlo sus paisanos y todos los que pasaban por la entrada de la ciudad:f

11 –¡No, señor mío, por favor! Yo te regalo el terreno y la cueva que está en el terreno. Mis paisanos son testigos de que yo te lo regalo. Entierra a tu esposa.g

12 Pero Abraham, haciendo otra reverencia a los habitantes del lugar, 13 contestó a Efrón delante de todos:

–¡Por favor, escúchame! Te ruego que aceptes el dinero por el terreno, y después enterraré allí a mi esposa.

14 Entonces Efrón le contestó: 15 –Escúchame, señor mío: el terreno vale cuatrocientas monedas de plata.h Por esa cantidad no vamos a discutir, así que entierra a tu esposa.

16 Abraham aceptó pagar la cantidad que Efrón había mencionado en presencia de los hititas, y le pagó en plata contante y sonante. 17 De esta manera, el terreno de Efrón que estaba en Macpelá, al oriente de Mamré, es decir, el terreno con la cueva y todos los árboles que había en el terreno, 18 pasaron a ser propiedad de Abraham. De ello fueron testigos los hititas y todos los que pasaban por la entrada de la ciudad.

19 Después de esto, Abraham enterró a Sara en la cueva que estaba en el terreno de Macpelá, al oriente de Mamré, lugar que también es conocido con el nombre de Hebrón, y que está en Canaán.i 20 Así quedó en posesión del terreno y de la cueva que allí había, la cual los hititas le vendieron para sepultura.

24 Abraham busca esposa para Isaaca

1 Abraham era ya muy entrado en años, y el Señor le había bendecido en todo. 2 Un día llamó al más anciano de sus siervos, el que estaba al cargo de todo lo suyo, y le dijo:

–Pon tu mano debajo de mi muslob 3 y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra,c que no dejarás que mi hijo Isaac se case con una mujer de esta tierra de Canaán en la que yo vivo, 4 sino que irás a mi tierra y escogerás una esposa para él entre las mujeres de mi familia.d

5 El siervo le contestó: –Pero si la mujer no quiere venir conmigo, ¿qué hago? ¿Debo entonces llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?
6 Abraham le dijo: –¡No, no lleves allá a mi hijo! 7 El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientese y me prometió dar esta tierra a mis descendientes,f también enviará su ángelg delante de ti para que traigas de allá una esposa para mi hijo. 8 Si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este compromiso, ¡pero de ninguna manera lleves allá a mi hijo!h

9 Entonces el siervo puso la mano bajo el muslo de su amo Abraham, y le juró que haría lo que le había pedido. 10 Después escogió regalos entre lo mejor que su amo tenía, tomó diez de sus camellos y se fue a la ciudad de Nahor, en Mesopotamia.i 11 Cuando el siervo llegó a las afueras de la ciudad, empezaba ya a oscurecer. A esa hora iban las mujeres a sacar agua. El siervo hizo descansar a los camellos junto a un pozo de agua, 12 y comenzó a orar:j “Señor y Dios de mi amo Abraham, haz que hoy me vaya bien, y muéstrate bondadoso con mi amo. 13 Voy a quedarme aquí, junto al pozo, mientras las muchachas de este lugar vienen a sacar agua. 14 Permite que la muchacha a la que yo diga: ‘Por favor, baja tu cántaro para que yo beba’, y que me conteste: ‘Bebe, y también daré agua a tus camellos’, que sea ella la que tú has escogido para tu siervo Isaac. Así podré estar seguro de que has sido bondadoso con mi amo.”k

15 Todavía no había terminado de orar, cuando vio a una muchacha que venía con su cántaro al hombro. Era Rebeca, la hija de Betuel. Betuel era hijo de Milcá y de Nahor, el hermano de Abraham.l 16 Rebeca era muy hermosa, y además era virgen; ningún hombre la había tocado. Bajó al pozo y llenó su cántaro, y ya regresaba 17 cuando el siervo corrió a alcanzarla y le dijo:

–Por favor, déjame beber un poco de agua de tu cántaro.

18 –Bebe, señor –contestó ella. Y en seguida bajó su cántaro, lo sostuvo entre las manos y le dio de beber. 19 Cuando el siervo acabó de beber, Rebeca le dijo: –También voy a sacar agua para tus camellos, para que beban toda la que quieran.

20 Rápidamente vació su cántaro en el bebedero y corrió varias veces al pozo, hasta que sacó agua para todos los camellos. 21 Mientras tanto, el siervo la miraba sin decir nada, pues quería estar seguro de que el Señor había llevado a buen fin su viaje. 22 Cuando los camellos acabaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba como seis gramos, y se lo puso a ella en la nariz.m También le dio dos brazaletes de oro que pesaban más de cien gramos, 23 y le dijo:

–Dime, por favor, de quién eres hija, y si hay lugar en la casa de tu padre donde mis hombres y yo podamos pasar la noche. 24 Ella contestó:

–Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Nahor. 25 En nuestra casa hay lugar para que pases la noche, y también suficiente paja y comida para los camellos.

26 Entonces el siervo se arrodilló y adoró al Señor, 27 diciendo: “¡Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, pues ha sido fiel y bondadoso con mi amo, y me ha dirigido en el camino a la casa de sus parientes!”

28 Rebeca fue corriendo a la casa de su madre, a contar todo lo que le había pasado. 29 Tenía ella un hermano llamado Labán, el cual corrió al pozo a buscar al hombre, 30 pues había visto el anillo y los brazaletes que su hermana llevaba en los brazos, y le había oído contar lo que el hombre le había dicho. Labán se acercó al siervo de Abraham, que todavía estaba con los camellos junto al pozo, 31 y le dijo:

–Ven, bendito del Señor. ¡Cómo vas a quedarte aquí afuera! Ya he preparado la casa y un lugar para los camellos.

32 Entonces el siervo fue a la casa. Allí Labán descargó los camellos y les dio de comer, y luego trajo agua para que el siervo y sus compañeros se lavaran los pies.n

33 Cuando le trajeron de comer, el siervo de Abraham dijo:
–Yo no podría comer antes de haber dicho lo que tengo que decir. –Habla –contestó Labán.

34 El siervo dijo: –Yo soy siervo de Abraham. 35 El Señor ha bendecido mucho a mi amo, y le ha hecho rico: le ha dado ovejas, vacas, oro y plata, siervos, siervas, camellos y asnos. 36 Además, Sara, su esposa, le dio un hijo cuando ya era muy anciana, y mi amo ha dejado a su hijo todo lo que tiene. 37 Mi amo me hizo jurar, diciéndome: ‘No dejes que mi hijo se case con una mujer de esta tierra de Canaán en la que yo vivo. 38 Antes bien, ve a la familia de mi padre y busca entre las mujeres de mi clan una esposa para él.’ 39 Y yo le dije: ‘Mi señor, ¿y si la mujer no quiere venir conmigo?’

 40 Entonces él me contestó: ‘Yo he andado por el camino del Señor, y él enviará su ángel contigo para llevar a buen fin tu viaje y para que tomes una esposa para mi hijo de entre las mujeres de mi familia, es decir, de la familia de mi padre. 41 Solo en el caso de que mis parientes no quieran darte la muchacha quedarás libre del juramento que me has hecho.’

42 “Así fue como hoy llegué al pozo, y en oración le dije al Señor, el Dios de mi amo Abraham: ‘Si de veras vas a llevar a buen término mi viaje, 43 te ruego que ahora, estando aquí, junto al pozo, suceda que la muchacha que venga por agua y a la que yo diga: Por favor, déjame beber un poco de agua de tu cántaro, 44 y que me conteste: Bebe, y también sacaré agua para tus camellos, que sea esa la mujer que tú, Señor, has escogido para el hijo de mi amo.’ 45 Todavía no había yo terminado de hacer esta oración, cuando vi que Rebeca venía con su cántaro al hombro. Bajó al pozo a sacar agua, y le dije: ‘Dame agua, por favor.’46 Ella bajó en seguida su cántaro, y me dijo: ‘Bebe, y también daré de beber a tus camellos.’ Y me dio agua, y también a mis camellos. 47 Luego le pregunté: ‘¿De quién eres hija?’, y ella me contestó: ‘Soy hija de Betuel, el hijo de Nahor y de Milcá.’ Entonces le puse un anillo en la nariz y dos brazaletes en los brazos, 48 y me arrodillé y adoré al Señor; alabé al Señor, el Dios de mi amo Abraham, por haberme traído por el buen camino para tomar la hija del pariente de mi amo para su hijo. 49 Ahora pues, decidme si vais a ser buenos y sinceros con mi amo; y si no, decídmelo también, para que yo sepa lo que debo hacer."ñ

50 Entonces Labán y Betuel le contestaron: –Todo esto viene del Señor, y nosotros no podemos decirte ni sí ni no. 51 Mira, aquí está Rebeca; tómala y vete. Que sea la esposa del hijo de tu amo, tal como el Señor lo ha dispuesto.

52 Cuando el siervo de Abraham oyó estas palabras, se arrodilló delante del Señor hasta tocar el suelo con la frente. 53 Luego sacó varios objetos de oro y plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También a su hermano y a su madre les hizo regalos. 54 Después él y sus compañeros comieron y bebieron, y pasaron allí la noche. Al día siguiente, cuando se levantaron, el siervo dijo: –Dejadme regresar a la casa de mi amo.

55 Pero el hermano y la madre de Rebeca le dijeron: –Que se quede la muchacha con nosotros todavía unos diez días, y después podrá irse contigo.

56 Pero el siervo les dijo: –No me detengáis más. Dios ha llevado mi viaje a buen término, así que dejadme regresar a la casa de mi amo.

57 Entonces ellos contestaron: –Llamemos a la muchacha, a ver qué dice. 58 Llamaron a Rebeca y le preguntaron: –¿Quieres irte con este hombre? –Sí –contestó ella.

59 Entonces dejaron ir a Rebeca y a la mujer que la había cuidado siempre, y también al siervo de Abraham y a sus compañeros. 60 Y bendijeron a Rebeca de esta manera:

“Oh, hermana nuestra, ¡que seas madre de muchos millones! ¡Que tus descendientes conquisten las ciudadeso de sus enemigos!”

61 Entonces Rebeca y sus siervas montaron en los camellos y siguieron al siervo de Abraham. Así fue como el siervo tomó a Rebeca y salió de allí.

62 Isaac había vuelto del pozo llamado “El que vive y me ve”,p pues vivía en la región del Négueb. 63 Había salido a dar un paseoq al anochecer. En esto vio que unos camellos se acercaban. 64 Por su parte, Rebeca también miró y, al ver a Isaac, se bajó del camello 65 y preguntó al siervo:

–¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros? –Es mi amo –contestó el siervo.  Entonces ella tomó su velo y se cubrió la cara.

66 El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho. 67 Luego Isaac llevó a Rebeca a la tienda de campaña de su madre Sara, y se casó con ella. Isaac amó mucho a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre.

25 Descendientes de Abraham y Queturáa (1 Cr 1.32-33

1 Abraham tuvo otra esposa, que se llamaba Queturá. 2 Los hijos que tuvo con ella fueron Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súah. 3 Jocsán fue el padre de Sebá y Dedán. Los descendientes de Dedán fueron los asureos, los letuseos y los leumeos. 4 Los hijos de Madiánb fueron Efá, Éfer, Hanoc, Abidá y Eldaá. Todos estos fueron descendientes de Queturá. 5 Isaac heredó todo lo que Abraham tenía. 6 A los hijos de sus otras mujeres, Abraham solamente les hizo regalos, y cuando todavía vivía los separó de su hijo Isaac, enviándolos a la región de oriente.c

Muerte y sepultura de Abraham

7 Abraham vivió ciento setenta y cinco años en total, 8 y murió de muerte natural, cuando ya era muy anciano. Y fue a reunirse con sus antepasados.d 9 Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpelá,e que está al oriente de Mamré, en el terreno de Efrón, el hijo de Sóhar el hitita. 10 Este terreno era el que Abraham había comprado a los hititas.f Allí fue sepultado Abraham, junto a su esposa Sara.11 Después que Abraham murió, Dios bendijo a Isaac, que se había quedado a vivir junto al pozo “El que vive y me ve”.

Los descendientes de Ismael (1 Cr 1.28-31) 12 Estos son los hijos de Ismael, el hijo de Abraham y de Agar, la esclava egipcia de Sara, 13 según el orden en que nacieron: Nebaiot, que fue su primogénito; luego Quedar, Adbeel, Mibsam, 14 Mismá, Dumá, Masá, 15 Hadar, Temá, Jetur, Nafís y Quedmá. 16 Estos son los nombres de los doce hijos de Ismael,g y con esos mismos nombres se conocieron sus propios territorios y campamentos. Cada uno era jefe de su propia gente.

17 Ismael tenía ciento treinta y siete años cuando murió y fue a reunirse con sus antepasados. 18 Sus descendientes se establecieron en la región que está entre Havilá y Sur, frente a Egipto, en la ruta de Asiria.h Allí se establecieron, a pesar de la oposición de sus hermanos.i

Nacimiento de Jacob y Esaú

19 Esta es la historia de Isaac, el hijo de Abraham. 20 Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, que era hija de Betuel y hermana de Labán, los arameos que vivían en Padán-aram.j 21 Rebeca no podía tener hijos, así que Isaac rogó al Señor por ella. Y el Señor oyó su oración, y Rebeca quedó embarazada.

22 Pero como los mellizos se peleaban dentro de su vientre,l ella pensó: “Si esto va a ser así, ¿para qué seguir viviendo?”m Entonces fue a consultar el caso al Señor,n 23 y él le contestó: “En tu vientre hay dos naciones, dos pueblos que están en lucha desde antes de nacer. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor estará sujeto al menor.”

24 Llegó al fin el día en que Rebeca tenía que dar a luz, y tuvo mellizos. 25 El primero que nació era pelirrojo, todo cubierto de vello, y le llamaron Esaú.p 26 Luego nació su hermano, agarrado al talón de Esaú con una mano, y por eso le llamaron Jacob.q Isaac tenía sesenta años cuando Rebeca los dio a luz. Esaú vende su primogenitura

27 Los niños crecieron. Esaú llegó a ser un hombre del campo y muy buen cazador; Jacob, por el contrario, era un hombre tranquilo, a quien agradaba quedarse en el campamento.  28 Isaac quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba, pero Rebeca prefería a Jacob.

29 Un día en que Jacob estaba cocinando, Esaú regresó muy cansado del campo 30 y le dijo: –Por favor, dame un poco de ese guiso rojo que tienes ahí, porque me muero de hambre. (Por eso a Esaú también se le conoce como Edom.) 

31 –Primero dame a cambio tu primogenitura –contestó Jacob. 32 Entonces Esaú dijo: –Como puedes ver, me estoy muriendo de hambre, de manera que la primogenitura no me sirve de nada.

33 –Júramelo ahora mismo –insistió Jacob. Esaú se lo juró,u y así cedió a Jacob su primogenitura. 34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. Cuando Esaú terminó de comer y beber, se levantó y se fue, sin dar importancia algunav a su primogenitura.

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¿Que significa Esfuerzate y se valiente, no temas ni desmayes?

Respuesta: Muchas veces a lo largo de nuestras vidas, cuando estamos mas cerca de la bendición que Dios tiene para nosotros, somos victimas del desanimo y olvidamos que Dios prometió no desampararnos nunca.  A propósito, las únicas personas que se desaniman son aquellas que luchan por algo grande.  El desanimo rara vez toca al corazón de la gente sin visión y sin metas, siendo el arma del enemigo para aquellos que saben lo que quieren. “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes.  Porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” Josué 1:7 Dios ha prometido estar contigo todos los dias de tu vida. En el libro de Josue, cuando el pueblo de Israel se preparaba para la conquista de Canaan, y entrar en la tierra prometida,  Dios le promete a Josuè que nunca lo desamparará y requiere de él de dos virtudes indispensables, el esfuerzo y la valentía.  Dios no ha cambiado hoy y requiere que sus hijos nos mantengamos en pie de lucha frente a las ad

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