Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Todo es posible para el que cree

¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible. (Marcos 9:23)

Dios puede hacer lo imposible por nosotros, solo debemos creer en su poder. Todo es posible para el que cree en el poder de Dios. 

Las cosas pueden cambiar cuando depositamos nuestra fe en Dios.  Para que lo imposible pueda ser una posibilidad en nuestra vida tenemos que poner nuestra fe en acción.

La fe requiere una actitud y eso fue lo que aconteció en este relato de Marcos 9.  Un padre afligido le suplicó a Jesús por la sanidad de su hijo. 

Él le dijo a Jesús «si puedes hacer algo».  Cristo le contesta la súplica con una pregunta «¿Cómo que si puedo?». En otras palabras, 

«¿Crees que puedo hacerlo?». La respuesta del padre fue corta y eficaz: «¡Sí creo!». Y Jesús sanó a su hijo. Además de presentar el problema ante Jesús fue necesario creer de verdad. 

Habla con Dios sobre tus problemas, pero cree también en su poder.  Todo es posible para el que cree. Jesús te dice hoy: «Yo puedo transformar tu vida». 

¿Lo crees? Cree solamente.

Aliméntate de la Palabra, medita diariamente en ella. La fe viene por el oír de la Palabra de Dios (Romanos 10:17).

Pon tu fe en acción. Cree en Dios con tu actitud, no solo con tus palabras. Habla con Dios y dile cuánto confías en él. ¡Ora!

Para orar:

Señor Dios, confío en ti y en tu Palabra. Todo es pasajero mas tu Palabra permanece. Creo que nada es imposible para ti y sé que me amas. Te doy muchas gracias por amarme tanto. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...