Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

El amor de Dios calma el corazón

Cuando la vida se pone difícil y tu corazón se agita, es bueno saber que el amor de Dios está siempre con nosotros. Es como si él fuera un abrazo de bienvenida que calma todo lo que hay en nuestro interior. En la Biblia encontramos mensajes que son como medicina para nuestra alma.

El amor y la verdad de Dios estarán siempre con nosotros, como dice Proverbios: "Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en la tabla de tu corazón." (Proverbios 3:3). Esto es algo sorprendente porque nos recuerda que no estamos solos. Jesús también dijo algo especial: "Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar." (Mateo 11:28).

Cuando leemos la Biblia, nos damos cuenta de que cada parte de ella es como un mensaje de amor que calma nuestro corazón. La oración, que es hablar con Dios, se convierte en un momento de tranquilidad. Saber que somos amados de una manera única nos da una confianza especial.

Incluso cuando las cosas se ponen difíciles, podemos descansar sabiendo que el amor de Dios es un refugio seguro. La Biblia es como un ancla que sostiene nuestro corazón, invitándonos a experimentar la paz que solo Dios puede dar. Cuando nos entregamos a su amor, encontramos una paz verdadera que es difícil de explicar, pero que nos hace sentir bien por dentro.

Sumérgete en el amor de Dios

Aparta tiempo todos los días para leer la Palabra de Dios. Encuentra consuelo y guía en las Escrituras.

Cultiva una vida de oración, hablando con Dios sobre tus sentimientos, dándole gracias y presentándole tus desafíos. Esta práctica fortalece la confianza y aporta serenidad al corazón.

Muestra el amor de Dios a los demás a través de acciones amables y palabras de aliento.

Para orar:

Señor, calma mi corazón. Que tu paz que sobrepasa todo entendimiento, me envuelva. Fortalece mi fe, recordándome tu amor inquebrantable. Guíame en tranquilidad, sabiendo que tú tienes el control. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...