Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Confiando en Dios en medio de las sombras

 

Pero, si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. (Romanos 8:25)

Hay períodos en la vida en los que parece que estamos esperando que Dios actúe desde el interior de una cueva oscura, sin muchos recursos, sin claridad. Ahí es cuando aprendemos el valor de esperar por las cosas que aún no podemos ver. Son momentos de poca luz en los nos parece estar caminando entre las sombras como le sucedió a José, a David, a Elías, a Pablo y hasta al mismo Señor Jesús.

Ellos y otros vivieron días grises regados de lágrimas, espera y decepciones tal como nos sucede a nosotros. Días sin sonrisas en los que no fotografiamos ni publicamos en las redes sociales. Infelizmente, nuestra cultura anima justamente a lo opuesto: al exhibicionismo de la imagen y la exageración de expresiones aunque no proyecten la realidad.

La Biblia, sin embargo, nos anima a disfrutar de la presencia de Dios aun en esas fases oscuras de la vida. Aquieta tu corazón y espere en él. Vive todos los momentos, sean buenos o malos, confiando y aguardando el mover de Dios. Él está en el control de todas las cosas y por la fe, conducirá tu vida a la victoria.

Encuentra a Dios en las sombras

Cuando pases por el «valle de sombras» confía en que Dios está presente. Él es tu sustento.

Aprovecha el período de la vida «tras bastidores» para apegarte más a Dios y fortalecer tu fe. Ora, busca al Señor y su Palabra.

No siempre entendemos el propósito de Dios en esas fases sombrías. Mantente firme en la Palabra de Cristo. Él te enseñará preciosas lecciones lejos de la vista de los otros.

Cree que la luz de Jesús disipará todo miedo e incertidumbre y te indicará el camino a seguir.

Espera en Dios con paciencia y aguarda su mover de acuerdo con su buena voluntad.

Para orar:

Oh Señor, ¡ayúdanos a confiar en ti! Amamos los milagros grandiosos y los testimonios excepcionales, pero olvidamos que en los días sin sol y sin muchas certezas, tú continúas soberano sobre todo. Tú eres mi Dios todopoderoso. Ayúdame a ver tu luz, aun cuando falle mi vista. Enséñame a confiar y a esperar con paciencia en ti y no permitas que mis fuerzas se acaben. En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...