Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Pensamientos que nos elevan y calman


En el ajetreo de la vida cotidiana, a menudo nos encontramos rodeados de pensamientos y preocupaciones negativos que nos roban la paz. Sin embargo, la Biblia nos invita a dirigir nuestra mente hacia las cosas buenas, alimentando nuestros pensamientos con sabiduría divina.

El apóstol Pablo, en Filipenses 4:8, nos guía: Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. (Filipenses 4:8)

Este versículo nos anima a cultivar pensamientos positivos, centrándonos en las virtudes que reflejan la naturaleza de Dios.

Al meditar en las Escrituras, encontramos promesas y principios que nos inspiran a pensar de manera edificante. Jesús nos asegura en Mateo 11:28:

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso.(Mateo 11:28)

Esta promesa nos invita a poner nuestras preocupaciones a los pies de Cristo, confiando en que él será nuestro refugio seguro.

Por eso, cuando enfrentemos desafíos, busquemos inspiración en la Palabra de Dios, llenando nuestra mente con pensamientos de esperanza, amor y confianza. Cuando nuestra atención se centra en lo que es verdadero y virtuoso, experimentamos una paz que sobrepasa todo entendimiento.

Renovemos cada día nuestra mente con la luz de la Palabra de Dios, encontrando gozo y consuelo en el pensamiento de que somos amados por un Dios que se preocupa por nosotros.

Dirige tu mente hacia cosas buenas

Cultiva el hábito de dedicar tiempo cada día a la lectura de la Biblia. Esto nutre tu mente con enseñanzas positivas y fortalecerá tu fe.

Concéntrate en las bendiciones y el amor de Dios. Guía tu mente hacia la gratitud, pues así cultivarás pensamientos positivos y alejarás las preocupaciones.

Compartir las experiencias, alabanzas y desafíos con otros cristianos fortalece el espíritu, guiando la mente hacia una perspectiva de esperanza y aliento.

Para orar:

Señor, hoy alzo mi voz a ti. Guíame por tu camino, dirige mi mente hacia el bien y aleja las sombras. Lléname de tu luz, para que mi vida esté impregnada de amor, compasión y sabiduría. Que en cada paso pueda reflejar tu gracia. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...