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Tránslate / Traducción

La Palabra del Señor es verdadera


La palabra del Señor es justa; fieles son todas sus obras. (Salmo 33:4)

¡No hay palabra tan verdadera como la Palabra de Dios! 

Es palabra viva que nos edifica y nos transforma. 

En ella encontramos la fuente necesaria para nuestra vida y a través de ella podemos proseguir dando fruto y creciendo en gracia.

En un mundo repleto de falsas verdades, fake news y contiendas, la Biblia es nuestro puerto seguro. A pesar de que fue escrita hace siglos, en ella encontramos las verdaderas buenas nuevas. 

A través de la Palabra podemos avanzar en fe en este mundo oscuro tan lleno de engaños. La fidelidad de Dios nos trae seguridad y con esa cobertura podemos seguir adelante sin temer el mal.

De la misma manera en la que un piloto de avión en medio de una tempestad se guía por instrumentos y logra aterrizar con seguridad, así debemos usar la Biblia como nuestro instrumento de navegación espiritual. Sus palabras nos orientan y nos traen luz en medio de la oscuridad. Aun sin saber lo que sucederá - ya que el mañana le pertenece a Dios - debemos guiarnos por la Palabra y avanzar en fe. ¡Cree, Dios es fiel en todo lo que hace! Él nos ama y todo lo que acontece coopera para el bien de los que aman a Dios.

Andando en la verdad:

Haz un plan de lectura bíblica.

Crea el hábito de leer la Palabra de Dios diariamente. El cuerpo necesita alimentarse y el espíritu también.

Pon en práctica lo que lees en la Palabra. Ejercita tu fe conforme a lo que hayas meditado. Ser cristiano es poner la fe en acción.

Para orar:

Señor, tu Palabra edifica mi vida. En ella encuentro la fuente necesaria para vivir. Tu Palabra es verdad y yo quiero caminar en tu verdad. Aunque a veces me sienta perdido, encuentro la dirección que necesito en tu Palabra. Muchas gracias por tu amor. En el nombre de Jesús, amén.

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NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

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Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...