Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Ten un momento especial con Dios


Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré ante ti y esperaré. (Salmo 5:3)

Dios nos invita cada día a pasar tiempo con él y escuchar su voz. Con el ajetreo de la vida, muchas veces no nos detenemos a buscar ese momento especial con el Señor. Pero, tal como necesitamos alimento para el cuerpo, nuestra alma también necesita alimento espiritual para hacer frente a las batallas diarias.

Tomar un momento para hablar con Dios es una práctica que fortalece nuestra fe. El Señor quiere que confiemos en él, aun cuando haya tormentas. Cuando nos detenemos y vamos ante su presencia, recordamos que no estamos solos y que él es poderoso para guiarnos y cuidar cada detalle.

La mejor manera de iniciar un momento con Dios es a través de una simple oración, pidiendo al Espíritu Santo que hable a nuestro corazón. Al abrir la Biblia, podemos leer un versículo o pasaje que nos ayude a reflexionar sobre él. Quizás sea algo que necesitemos escuchar para nuestras vidas en ese momento. Dios nos habla a través de su Palabra y cuando buscamos entendimiento, él nos da sabiduría.

Además de leer y orar, también podemos entregar nuestros miedos, preocupaciones y sueños a Dios. A él le interesa todo lo que pasa en nuestro corazón. Al final de ese tiempo, sentiremos paz, sabiendo que le hemos confiado todo a él.

Asume el compromiso diario de tener un momento así. Aunque sean solo unos minutos, busca ese momento con Dios. Él nos renueva, nos fortalece y nos recuerda su amor incondicional. Con Dios a nuestro lado, estamos preparados para afrontar cualquier desafío.

Un momento con Dios

Intenta reservar un tiempo fijo: elige un momento del día para estar a solas con Dios.

Lee la Biblia: medita en un texto, busca comprender y aplicar sus lecciones diariamente.

Ora sinceramente: habla con Dios, comparte con él tus alegrías y dificultades y busca su dirección.

Para orar:

Señor, gracias por este día. Te entrego mis preocupaciones y alegrías. Guía mis pasos y dame sabiduría para actuar con amor y paciencia. Que tu paz llene mi corazón y me fortalezca. Ayúdame a vivir según tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...