Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Es mejor dar que recibir


Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”. (Hechos 20:35)

La vida cristiana se nutre de la generosidad, la gracia y el amor. Esta es una lógica diferente a la que estamos habituados a ver en el mundo donde la ambición por las ganancias dicta las reglas en las relaciones, dejando a muchos cegados por el poder, las riquezas y el deseo de obtener beneficios. Pero en la Biblia entendemos que:

es PERDIENDO (las cosas pasajeras de la vida) que se GANA a Cristo (la eternidad con Dios) - Lucas 17:33.
debemos AMAR a nuestros enemigos y ORAR por los que nos maltratan - Mateo 5:44.
es necesario PERDONAR aquellos que cometan errores de forma recurrente contra nosotros - Mateo 18:22.
es mejor DAR que RECIBIR - Hechos 20:35.
¡Hay más dicha en dar que en recibir!
Se llama a los cristianos a ejercer este estilo de vida y ser más parecidos a Cristo. Él, lleno de gracia, dio todo por nosotros. Contrario al mundo, haz como él. Da amor, perdón, humildad y generosidad. Siguiendo los pasos del Señor, da e invierte en los demás.
Recuerda que en el reino de Dios ya hemos recibido el BIEN más precioso en Cristo. Cuanto más damos de aquello que él nos da, más recibimos de vuelta. El Señor recompensa a los generosos (Proverbios 19:17).

Para orar:
Señor, ayúdame a ser generoso sin reservas, invirtiendo siempre en tu reino. Tal como tú nos diste todo, enséñame a dar con amor y liberalidad a los que tienen necesidades. Que el Señor crezca y que yo mengüe, Padre. Transforma mi carácter y despierta en mí un mayor deseo para dar de lo que recibo. En el nombre de Jesús, amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...