Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

¡Alégrense con el Dios de la alegría!


... Allí, en presencia del Señor tu Dios, tú y tu familia comerán y se regocijarán. (Deuteronomio 14:26b)

Muchas veces, cuando pensamos en Dios, pensamos que es serio y hasta triste. Es bueno tener reverencia, pero debemos recordar que nuestro Dios es fuente de amor y alegría.

Cuando el apóstol Pablo habla sobre los frutos del Espíritu, él cita la alegría como uno de esos elementos importantes:

"En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas." -- Gálatas 5:22-23

Se engaña quien piensa que Dios es serio. La alegría forma parte de la esencia de Dios. Sin alegría no hay un corazón agradecido. Y sin gratitud no reconocemos el poder de Dios. Dios no quiere que le identifiquemos con el miedo: ese sentimiento es fruto del yugo del pecado. Cuando Adán y Eva pecaron tuvieron miedo y se alejaron de la presencia de Dios.

Nosotros nos alegramos cuando nos alejamos del pecado y nos acercamos a Dios. La alegría es consecuencia de buscar a Dios en espíritu y en verdad. No se puede evitar sonreír cuando sabemos que Dios nos salvó de la muerte eterna y nos invitó a vivir en la luz de su gloria.

Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! (Filipenses 4:4)

¡Alégrate porque estás en Cristo!

🤲 ¡Un momento! Antes de continuar, únete a nuestro canal y recibe una palabra de ánimo cada día.

📲 Recibe su Palabra en tu WhatsApp. Únete ahora

Motivos para alegrarte en Dios:

Recuerda lo que te trajo esperanza. El sacrificio que Jesús hizo por nosotros es motivo de mucha alegría y gratitud.

Cuando reconocemos lo que Dios ha hecho por nosotros, le damos la oportunidad a Dios para que haga aún más.

Cultiva la intimidad con Dios. Ora, lee la Palabra. Descubrirás nuevos motivos para sonreír.

Para orar:

Señor Jesús, tú eres el motivo de mi alegría. Aun en medio de las dificultades, yo sé que tú estás conmigo. Alivia mi corazón con tu Espíritu. Quiero sonreír y engrandecer tu nombre con mi vida. Amén.

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...