Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Cómo Vivir la Vida Cristiana.

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es . . .":17

Estudiaremos la ley de Dios. 

Queremos ver qué papel desempeñó la ley para hacernos cristianos y cómo Cristo hizo posible para nosotros el cumplir las justas demandas de la ley. 

Aprenderemos a vivir la vida cristiana. Empecemos por pensar en la ley de Dios.

LA LEY DE DIOS

¿Qué queremos decir cuando hablamos de "la ley de Dios"? Queremos decir los mandamientos de Dios.

¿De dónde vino la ley? 

La ley vino de Dios. 

En el Monte Sinaí Dios le dio a Moisés los Diez Mandamientos. 

Dios escribió estos mandamientos en tablas de piedra con Su propio dedo.

EN LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Dios dijo: 

Debes amarme y adorarme sumamente y no permitir que nada tome lugar antes que Yo; 
no debes hacer imágenes ni inclinarte ante ellas; 
no debes tomar mi Nombre en vano; 
guarda el día de reposo para santificarlo; 
debes honrar a tus padres; 
no debes matar; 
no debes cometer adulterio, 
no debes robar; 
no debes mentir y 
no debes codiciar o desear algo que pertenece a otra persona.

Sin embargo la ley de Dios incluye más que simplemente los Diez Mandamientos. 

Hay otros muchos mandamientos de Dios en la Biblia que también están incluidos en Su santa Ley.

La ley de Dios es la expresión de Su voluntad; nos dice qué cosas son correctas y cuáles no lo son ante Dios. 

La Biblia dice:

Y haz lo recto y bueno ante los ojos de Jehová, para que te vaya bien . . . (Deuteronomio 6:18).

Cuando quebrantamos la ley de Dios, cometemos pecado y sabemos que el resultado del pecado es la muerte. La Biblia dice:

. . . el pecado es infracción de la ley (1 Juan 3:4).

La paga del pecado es muerte . . . (Romanos 6:23).

¿HAN GUARDADO LOS HOMBRES LA LEY DE DIOS?

No, no lo han hecho. 

Ninguno, excepto el Señor Jesucristo, jamás ha guardado perfectamente la ley de Dios. 

La Biblia dice:

ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él (Romanos 3:20).

LO QUE LA LEY NO PUDO HACER

La ley de Dios es buena, santa y justa, pero hay tres cosas que no podía hacer:

1 La ley no podía perdonar el pecado.
2 La ley no podía dar vida eterna.
3 La ley no podía hacer buenos a los hombres.

La ley decía a los hombres lo que debían hacer, pero no podía darles el poder de hacerlo.

¿QUÉ HIZO LA LEY?

Si la ley no podía salvar a los hombres ni podía hacerles buenos, ¿que, pues, hizo la ley? 

La ley hizo tres cosas:

1 La ley enseñaba a los hombres lo que es el pecado.
2 La ley condenaba al pecador.
3 La ley enseñaba a los hombres que ellos necesitaban un Salvador.

Consideremos ahora el caso de un hombre en el Antiguo Testamento y veamos cómo la ley dio estas tres llaves para abrir la puerta de las dudas:

ANTES QUE FUERA DADA LA LEY, un hombre que robaba algo podría decir que no sabía que eso era pecado. Pero después que la ley fue dada, cuando alguien tomaba algo que pertenencia a otra persona, sabía que había pecado. 

La ley le enseñó que era pecador. 

La Biblia dice:

. . . porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado (Romanos 3:20).

La ley de Dios no sólo enseñó al hombre que era pecador, sino que hizo algo más: Le condenó a muerte. 

La Biblia dice:

El alma que pecare, esa morirá (Ezequiel 18:20a).

¿Qué sucedió cuando el hombre comprendió que era pecador y que estaba condenado a muerte? ¡Se dio cuenta de que necesitaba un Salvador!

¿Qué hizo?

Por fe llevaba un cordero y lo ofrecía como sacrificio por sus pecados. 

¿Le quitaba los pecados el sacrificio de ese cordero? 

No, pero, cuando lo ofrecía, esperaba la venida del Señor Jesús, el Cordero de Dios, y Dios aceptaba su sacrificio.

¿Qué había hecho la ley por este hombre? 

La ley le había enseñado que era un pecador y que necesitaba un Salvador.

¿QUE HACE LA LEY POR NOSOTROS?

Actualmente la ley hace por nosotros las mismas tres cosas que hacía por los hombres del Antiguo Testamento:

1 La ley nos enseña lo que es el pecado.
2 La ley nos condena.
3 La ley nos enseña que necesitamos a Cristo como nuestro Salvador.

Ahora bien, hemos visto el propósito de la ley. 

¿Cuál es? 

El propósito de la ley es llevarnos a Cristo para que seamos justificados por la fe. 

La Biblia dice:

De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe (Gálatas 3:24).

CRISTO ES NUESTRO SALVADOR
Hemos visto que la ley nos lleva a Cristo. 

Ahora veamos lo que Cristo hizo por nosotros cuando Él nos salvó:

1 Cristo nos redimió de la maldición de la ley.
2 Cristo nos libró del dominio de la ley.
3 Cristo regresó a vivir en nosotros.

Bien, pensemos ahora en estas otras tres llaves:

LA LEY EXIGÍA obediencia perfecta. 

Los que quebrantaban la santa ley de Dios caían bajo la maldición de la ley. 

La Biblia dice:

Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas (Gálatas 3:10b).

Debido a que habíamos quebrantado la ley de Dios, estábamos condenados a la muerte, pero Cristo nos redimió de la maldición de la ley. 

¿Cómo lo hizo? 

Mediante Su muerte por nosotros. 

Él llevó la pena de la ley quebrantada por nosotros. 

La Biblia dice:

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición . . . (Gálatas 3:13).

Cristo no solamente nos libró de la maldición de la ley, sino también nos libró del dominio de la ley. 

Es decir, nos libró de la creación antigua en Adán, donde la ley reina sobre los hombres.

¿Cómo nos libró Cristo del dominio de la ley? 

Mediante nuestra muerte con Él. 

Cuando morimos juntamente con Cristo, salimos de la creación antigua y entramos al reino del Hijo de Dios. 

Ya no somos esclavos del pecado bajo la ley, sino somos hijos de Dios bajo la gracia.

La Biblia dice:

Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia (Romanos 6:14).

Como hijos de Dios, demostramos a nuestro Padre celestial que le amamos cuando guardamos Sus mandamientos. 

¿Pero cómo podemos guardar los mandamientos? 

Jesús hizo algo para hacer esto posible: El regresó a vivir en nosotros.

¿Por qué volvió el Señor Jesús para vivir en nosotros? 

Él volvió para cumplir la justa exigencia de la ley en nosotros.

Bajo la ley yo trataba de guardar las exigencias justas de Dios, pero fallaba. Ahora el Señor Jesús ha venido a vivir en mí, y Él dice:"Cumpliré los mandamientos en ti".

Veamos cómo funciona esto. Sabemos que la ley exige que amemos a otros. 

Este mandamiento de Dios es bueno y correcto, pero yo no he podido cumplirlo.

Ahora Cristo ha venido a vivir en mí. 

¿Ama Él a otros? 

Sí, les ama. 

Él murió por ellos también. 

Cuando el amor de Cristo mora abundantemente en mi corazón, amaré aun a mis enemigos. 

Lo que la ley no pudo hacer exigiéndomelo desde afuera, Cristo lo hace en mí.

CÓMO VIVIR LA VIDA CRISTIANA
En Gálatas 2:20, el apóstol Pablo nos ha dicho cómo vivir la vida cristiana. He aquí lo que él dijo:

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2:20).

Este es un versículo clave en la vida cristiana. 

Debes memorizarlo y saber lo que significa. Bien, consideremos el versículo.

"Con Cristo estoy juntamente crucificado"

La realidad de que fuimos crucificados con Cristo es la base para la victoria sobre todo enemigo en la vida cristiana. 

Por nuestra muerte, sepultura, y resurrección con Cristo, hemos sido librados del poder del pecado, el Yo, la carne, el mundo y Satanás. 

Esta es nuestra posición en Cristo, y debemos contar con ella. Recuerda:

"Y YA NO VIVO YO, MAS CRISTO VIVE EN MÍ"
Dios tuvo un gran propósito al crucificarnos con Cristo. 

¿Cuál fue? 

Dios nos crucificó juntamente con Cristo para que nuestra vida vieja de egoísmo pudiera ser terminada para que Cristo viviera Su vida en nosotros.

La Biblia dice que Cristo es "el poder de Dios", 

Él vive en nosotros, y ha sido hecho en nosotros todo lo que necesitamos. La Biblia dice:

Mas por él (Dios) estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención (1 Corintios 1:30).

¿CÓMO PUEDO YO SER JUSTO? La respuesta es:"Cristo en mí"; Él es mi santidad. 

¿Cómo puedo vencer las tentaciones? 

La respuesta es: "Cristo en mí"; Él es el Victorioso. 

¿Cómo puedo cumplir con la justicia de la Ley? 

La respuesta es: "Cristo en mí"; Él es quien siempre hace la voluntad de Dios.

"LO QUE AHORA VIVO EN LA CARNE, LO VIVO EN LA FE, la fe en el Hijo de Dios, quien me amó, y se entregó a Sí mismo por mí".

Hemos estado hablando acerca de la vida cristiana, pero, ¿qué es ésta? 

¿Será que yo me comporte lo mejor que pueda? 

No, no es eso. 

¿Será que procure por mis propias fuerzas cumplir con la ley? 

No, no es eso. 

¿Será que Cristo me está ayudando a vivir la vida cristiana? 

No, tampoco es eso. 

La vida cristiana es Cristo viviendo Su vida en mí. El apóstol Pablo dijo:

Porque para mí el vivir es Cristo (su vida en mí) . . . (Filipenses 1:21).

Siendo así, pues, ¿cómo vivimos la vida cristiana? La vivimos por la fe. 

Esto quiere decir que la vivimos confiando en Cristo para que viva Su vida en nosotros. 

Cristo vive en nosotros, y mientras contamos con que Él vive Su vida en nosotros, Él es fiel y lo hará.

EMPIEZA HOY A RECONOCERLE, es decir, a darte cuenta de que Cristo realmente vive en ti. 

Cuando despiertes en la mañana, di a ti mismo:

"¡Cristo vive en mí!"

Recuerda esto con frecuencia durante el día. Regocíjate en todo lo que Cristo es y en todo lo que Él significa para ti. Habla con Él a menudo. 

Dile que le amas y que quieres agradarle en todo lo que haces. Cuenta con Su vida en ti. Di con el apóstol Pablo:

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13).






Follow on Facebook TBM-Missions:  https://www.facebook.com/roberto.bonillacea

Sitio Web Dedicado a Video: TBM-Missions TV 010513

Comentarios

NOVEDADES

Busca a Dios y revístete de poder

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:33) Muchas veces pasamos por momentos difíciles y nos sentimos débiles, sin fuerzas para continuar. El mundo que nos rodea puede estar lleno de desafíos, pero la Biblia nos enseña que cuando buscamos a Dios, encontramos fuerza, paz y dirección para nuestras vidas. Buscar a Dios significa ponerlo a él primero, confiar en él y buscar su presencia todos los días. Cuando oramos, leemos la Biblia y adoramos a Dios, nos conectamos con él y recibimos su poder. Este poder nos fortalece para afrontar cualquier dificultad y nos da valentía para luchar las batallas diarias. La cobertura del poder de Dios ocurre cuando permitimos que el Espíritu Santo actúe en nuestras vidas. Él nos da sabiduría, nos guía y nos ayuda a vivir según la voluntad de Dios. A menudo resolvemos las cosas por nuestra cuenta y nos sentimos cansados. Pero cuando entregamos todo a Dios, él nos renueva y nos da fuerzas para...

¡Estás rodeado!

Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano. (Salmo 139:5) Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad. (Salmo 5:12) Es común escuchar esa frase en las películas de acción durante los enfrentamientos y persecuciones policíacas.  David también vivió varias situaciones peligrosas, sitiado y teniendo que luchar o huir de enemigos mortales.  Pero, contrario a lo que vemos en esos escenarios de amenaza, peligro y tensión, la Biblia nos habla de un cerco diferente: Dios rodea con bondad y protección a los que confían. En estos salmos David declara que Dios es el escudo que rodea a sus justos. A pesar de todo el riesgo y la aflicción que puedan enfrentar, la presencia del Señor mantiene el corazón en paz y seguridad.  Así también nosotros podemos confiar que Dios nos rodea por todos los lados. Como con un abrazo protector, el Señor nos ayuda y nos envuelve constantemente con su amor fiel. 🤲 ¡Un momento! Ant...

Valoriza las pequeñas cosas

Pero ustedes, ¡manténganse firmes y no bajen la guardia, porque sus obras serán recompensadas! (2 Crónicas 15:7) Muchas veces dejamos de avanzar porque nos da la sensación de que no progresamos. Ignoramos ciertas cosas y solo les damos valor cuando las perdemos. Por eso, es importante que valoricemos los pequeños avances, que continuemos trabajando y creyendo en la Palabra de Dios. Con Dios, lo poco llega a ser mucho. No te quedes desanimado, fortalécete en Dios. Cuando no valorizamos lo poco dejamos de alcanzar grandes bendiciones. Quien es fiel en lo poco, también será fiel en lo mucho (Lucas 16:10). Piensa en eso. No tardarás en ver la recompensa de tu fe. 🤲 ¡Un momento! Antes de continuar, únete a nuestro canal y recibe una palabra de ánimo cada día. 📲 Recibe su Palabra en tu WhatsApp. Únete ahora Sé fuerte y dale valor a los detalles Si te levantaste hoy de la cama después de una buena noche de descanso, dale las gracias a Dios. Él nos cuida hasta cuando no nos damos cuenta de s...