Respuesta: Nuestra relación con Dios es similar a nuestra relación con otros, en que todas las relaciones requieren de fe. Nosotros nunca podremos conocer totalmente a ninguna otra persona. No podemos experimentar todo lo que ellos experimentan ni entrar en sus mentes para conocer lo que son sus pensamientos y emociones. Proverbios 14:10 dice, “El corazón conoce la amargura de su alma; y extraño no entremeterá en su gloria.” Somos incapaces de conocer totalmente aún nuestros propios corazones. Jeremías 17:9 dice que, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas y perverso; ¿quién lo conocerá?” En otras palabras, el corazón humano es tal, que busca esconder lo profundo de su maldad, engañando aún a su dueño. Hacemos esto al echarles la culpa a otros, al justificar nuestra mala conducta, minimizar nuestros pecados, etc. Porque somos incapaces de conocer plenamente a los demás, hasta cierto punto la fe es un ingrediente integral en todas las relaciones. Por ejemplo,
On Line... Proclamar, enseñar, evangelizar, discipular, ganar y capacitar. Sin almas ganadas, no hay nadie para enseñar.