Respuesta: La definición del diccionario de la lujuria es:
1) un intenso o incontrolable deseo sexual,
2) un deseo o apetito irresistible.” La Biblia habla de la lujuria de varias maneras. Éxodo 20:14,17, “No cometas adulterio… No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.”
O Mateo 5:28, "Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón." Y Job 31:11-12: “Porque es maldad e iniquidad que han de castigar los jueces.”
La lujuria tiene como su enfoque agradar a sí mismo, y a menudo conduce a acciones perjudiciales para satisfacer los deseos, sin considerar las consecuencias. La lujuria tiene que ver con posesión y codicia.
O Mateo 5:28, "Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón." Y Job 31:11-12: “Porque es maldad e iniquidad que han de castigar los jueces.”
La lujuria tiene como su enfoque agradar a sí mismo, y a menudo conduce a acciones perjudiciales para satisfacer los deseos, sin considerar las consecuencias. La lujuria tiene que ver con posesión y codicia.
La fe cristiana tiene que ver con la abnegación y está marcada por una vida santa (Romanos 6:19, 12:1-2; 1 Corintios 1:2,30, 6:19-20; Efesios 1:4, 4:24; Colosenses 3:12; 1 Tesalonicenses 4:3-8, 5:23; 2 Timoteo 1:9; Hebreos 12:14; 1 Pedro 1:15-16).
El objetivo de cada persona que ha depositado su fe en Jesucristo es volverse más y más como Él cada día. Esto significa despojarse de la vieja forma de vida la cual estaba en control, y conformar los pensamientos y acciones al estándar enseñado en la Escritura. La lujuria está en oposición a este ideal.
Nadie nunca será perfecto ni tampoco alcanzará la impecabilidad (es decir, un estado sin pecado) mientras vive todavía en esta tierra, sin embargo, sigue siendo un objetivo para el cual nos esforzamos. La Biblia hace una declaración fuerte al respecto en 1 Tesalonicenses 4:7-8, “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
Nadie nunca será perfecto ni tampoco alcanzará la impecabilidad (es decir, un estado sin pecado) mientras vive todavía en esta tierra, sin embargo, sigue siendo un objetivo para el cual nos esforzamos. La Biblia hace una declaración fuerte al respecto en 1 Tesalonicenses 4:7-8, “Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.” Si la lujuria no ha tomado control aún de tu corazón y mente, prepárate mediante una vida intachable para combatir las tentaciones de la lujuria.
Si actualmente luchas con la lujuria, es hora de confesar tu pecado a Dios y pedir Su intervención en tu vida, para que la santidad pueda ser una marca de tu vida también.
Si actualmente luchas con la lujuria, es hora de confesar tu pecado a Dios y pedir Su intervención en tu vida, para que la santidad pueda ser una marca de tu vida también.
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