Introducción: Las Súper-estrellas abundan en todo el mundo, en nuestra cultura presente, y en diferentes lugares. En nuestras congregaciones hay dos tipos de hombre;
Grandes y pequeños, y estos hombre y mujeres, pueden generar un exaltamiento en las multitudes. Pablo y Apolos fueron vistos como celebridades por los creyentes de la iglesia de Dios en aquellos, tiempos.
Las enseñanzas del apóstol Pablo sobre como vemos nosotros a los líderes Cristianos sitúa el tema en una perspectiva bíblica que provee apreciación mutua para aquellos que pastorean.
“Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.” Dijo Pablo (v.6). Cada persona hizo su parte: Pablo planto la semilla espiritual a través de su evangelización, y Apolos irrigo esa semilla con sus elocuentes enseñanzas bíblicas. Pero únicamente fue Dios quien hizo crecer la semilla de la vida espiritual.
Dios es, únicamente, la “Súper-estrella”. Nosotros debemos de ser cautelosos de NO poner a ningún líder Cristiano en un pedestal. En lugar de eso, apreciemos como Dios está usando esa gran variedad de líderes para Su honor y Su Gloria.
Grandes y pequeños, y estos hombre y mujeres, pueden generar un exaltamiento en las multitudes. Pablo y Apolos fueron vistos como celebridades por los creyentes de la iglesia de Dios en aquellos, tiempos.
1 Corintios 3:1-15. Colaboradores de Dios
3 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4 Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?
5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.
6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
10 Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
Hablemos de los creyentes de la iglesia de Dios, ellos tienen celebridades las cuales se mantienen de pie, sirven a Dios en diferentes ministerios, por ejemplo; Salmistas, predicadores, pastores, maestros, ministros, que glorifican, alaban, y adoran a Dios, durante un servicio, toda su vida.
Los creyentes, de la iglesia de Dios en Corinto, allá en el primer siglo, se dividieron por sus propias “Súper-estrellas espirituales”, Pablo y Apolos.
Pablo miro tal favoritismo como un reflejo de la pecaminosa naturaleza del corazón inflexible de esos creyentes. “Porque cuando uno dice: Yo soy de Pablo, y otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois simplemente hombres?, Pablo pregunto (1 Corintios 3:4)
Los creyentes, de la iglesia de Dios en Corinto, allá en el primer siglo, se dividieron por sus propias “Súper-estrellas espirituales”, Pablo y Apolos.
Pablo miro tal favoritismo como un reflejo de la pecaminosa naturaleza del corazón inflexible de esos creyentes. “Porque cuando uno dice: Yo soy de Pablo, y otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois simplemente hombres?, Pablo pregunto (1 Corintios 3:4)
Las enseñanzas del apóstol Pablo sobre como vemos nosotros a los líderes Cristianos sitúa el tema en una perspectiva bíblica que provee apreciación mutua para aquellos que pastorean.
“Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.” Dijo Pablo (v.6). Cada persona hizo su parte: Pablo planto la semilla espiritual a través de su evangelización, y Apolos irrigo esa semilla con sus elocuentes enseñanzas bíblicas. Pero únicamente fue Dios quien hizo crecer la semilla de la vida espiritual.
Dios es, únicamente, la “Súper-estrella”. Nosotros debemos de ser cautelosos de NO poner a ningún líder Cristiano en un pedestal. En lugar de eso, apreciemos como Dios está usando esa gran variedad de líderes para Su honor y Su Gloria.
Oremos así:
“Señor, otórganos sabiduría. Sabemos que es bueno seguir el ejemplo de nuestros devotos líderes, pero ayúdanos a no pensar muy en alto de ellos y a evitar que los veneremos en lugar de a Ti.”
Amen.
“Señor, otórganos sabiduría. Sabemos que es bueno seguir el ejemplo de nuestros devotos líderes, pero ayúdanos a no pensar muy en alto de ellos y a evitar que los veneremos en lugar de a Ti.”
Amen.
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