Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Para Pastores ....... y los que reimos de ello, Castores!


Un pastor sin la gracia es un ciego elegido como catedrático de óptica, que filosofa acerca de la luz y la visión...

Nos reímos, de esta imagen retórica bien ilustrada, pero no con la grotesca anomalía que ella describe. Sin embargo, aún existen personas así en algunas iglesias. Vease, (Hch 20.28).

Por lo tanto, estad atentos y cuidad de toda la congregación sobre la que el Espíritu Santo os ha puesto como obispos para que cuidéis de la iglesia de Dios, la cual compró él con su propia sangre.
Del mismo modo, escribió a Timoteo: (1 Ti. 4.16).

Ten cuidado de tu conducta y de tu enseñanza.
Ten cuidado de ti mismo y de lo que enseñas a otros, y sigue firme en todo.
Si lo haces así, te salvarás tú y salvarás también a los que te escuchen.

Este orden es vital. Los pastores tenemos responsabilidades asignadas por Dios tanto hacia la congregación como hacia la doctrina que enseñamos, porque ambas nos han sido encargadas.

Sin embargo, nuestra responsabilidad primera es hacia nosotros mismos; guardar nuestro caminar personal con Dios y nuestra lealtad hacia él. Nadie puede ser un buen pastor o maestro para otros si no es en primer lugar un buen siervo de Jesucristo.

Los hábitos disciplinados de visitación y consejería pastoral por un lado, y de estudio teológico y preparación del sermón por el otro, se convierten en ejercicios infructuosos, a menos que vayan sustentados por hábitos de devoción personal, especialmente en meditación bíblica y oración.

Cada pastor sabe cuán exigente es su ministerio. Es posible que encontremos falta de comprensión e incluso oposición; ciertamente nos agotaremos en cuerpo y mente; puede que también debamos soportar la soledad y el desaliento.

Incluso las personalidades más fuertes colapsan bajo el peso de estas presiones, a menos que el poder de Dios se esté revelando en nuestra debilidad, y la vida de Jesús se revele en nuestros cuerpos mortales, de modo que por dentro nos vayamos renovando día tras día

Confianza en medio de los sufrimientos (2 Co 4.7–11 y 16).

7 Pero tenemos esta riqueza en nosotros, como en vasijas de barro, para mostrar que ese poder tan grande viene de Dios y no de nosotros. 8 Así, aunque llenos de problemas, no nos encontramos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos. 9 Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen. 10 Dondequiera que vamos llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se muestre en nosotros. 11 Pues nosotros, los que vivimos, siempre estamos expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se muestre en nuestro cuerpo mortal.

16 Por eso no nos desanimamos, pues aunque por fuera vamos envejeciendo, por dentro nos rejuvenecemos día a día.

Follow on Facebook TBM-Missions: https://www.facebook.com/roberto.bonillacea
Website Dedicated to Video: TV TBM-Missions

Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...