Recuerdo el dia que prepare el Sermón que tiene como tema: La Lampara de La Verdad... en el 2014.
Recuérdales esto, exhortándolos delante del Señor a que no discutan sobre palabras, lo cual para nada aprovechan, sino que es para perdición de los oyentes.
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
En una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos son para usos honrosos, y otros para usos comunes. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor y dispuesto para toda buena obra.
Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas, porque el siervo del Señor no debe ser amigo de contiendas, a sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido.
Los baluartes (Artimañas) de Satanás nunca triunfarán. La victoria acompañará al mensaje del tercer ángel. Así como el Capitán de la hueste del Señor derribó los muros de Jericó, el pueblo que guarda los mandamientos del Señor triunfará y todos los elementos opositores serán derrotados.
No se queje nadie de los siervos de Dios que han ido a ellos con un mensaje enviado del cielo. No sigáis buscando defectos en ellos, diciendo: “Son demasiado incisivos; hablan con demasiada energía”. Quizá estén hablando con mucha fuerza; ¿acaso no es necesario hacerlo? Dios hará que retiñan los oídos de los oyentes si no escuchan su voz o su mensaje. El denunciará a los que resistan la Palabra de Dios...
La purificación y la limpieza pasarán seguramente por cada una de las iglesias de nuestro países que han tenido grandes oportunidades y privilegios, y los han despreciado. Lo que necesitan no es más evidencia. Necesitan corazones puros y santificados para reunir y retener toda la luz que Dios ha dado, y entonces andarán en esa luz.
No necesitamos decir: “Los peligros de los últimos días pronto han de venir sobre nosotros”. Ya han venido. Necesitamos ahora la espada del Señor para que corte el alma y los tuétanos de las concupiscencias, los apetitos y las pasiones carnales. Ojalá que penetre hasta partir en mucho mayor grado de lo que hasta ahora lo ha hecho...
Me dirijo al pueblo de Dios que hoy retiene firme su confianza, que no se apartará de la fe que ha sido una vez dada a los santos, que está de pie en medio de las tinieblas morales de estos días de corrupción. La palabra del Señor a vosotros es ésta: “Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo”. ¿No podemos ver aquí el amor paternal de Dios expresado hacia aquellos que se mantienen aferrados a la fe en la justicia? Existe la más estrecha relación entre Dios y su pueblo.
No solamente somos objeto de su misericordia llena de gracia, de su amor perdonador; somos más que esto. El Señor se regocija sobre su pueblo. El se deleita en sus hijos. El es su seguridad. Hermoseará con el espíritu de santidad a todos los que le sirven con corazón íntegro. Los reviste de justicia. Ama a los que hacen su voluntad, los que expresan su imagen.
Todos los que son veraces y fieles se conforman a la imagen de su Hijo. En su boca no ha sido hallado engaño, porque son sin falta delante del trono de Dios.
El Versículo Bíblico compartido; (2 de Timoteo 2:14-26)
Recuérdales esto, exhortándolos delante del Señor a que no discutan sobre palabras, lo cual para nada aprovechan, sino que es para perdición de los oyentes.
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
Pero evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad y su palabra carcomerá como gangrena. Así aconteció con Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos.
Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: «Conoce el Señor a los que son suyos» y «Apártese de maldad todo aquel que invoca el nombre de Cristo».
En una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos son para usos honrosos, y otros para usos comunes. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor y dispuesto para toda buena obra.
Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas, porque el siervo del Señor no debe ser amigo de contiendas, a sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido.
Debe corregir con mansedumbre a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
Sabemos que, el fundamento de Dios está firme.
El Señor conoce a los que son suyos... Dios mismo obrará en favor de Israel. Toda lengua mentirosa será silenciada. Manos de ángeles desbaratarán los designios engañosos que se están trazando.
El Señor conoce a los que son suyos... Dios mismo obrará en favor de Israel. Toda lengua mentirosa será silenciada. Manos de ángeles desbaratarán los designios engañosos que se están trazando.
Los baluartes (Artimañas) de Satanás nunca triunfarán. La victoria acompañará al mensaje del tercer ángel. Así como el Capitán de la hueste del Señor derribó los muros de Jericó, el pueblo que guarda los mandamientos del Señor triunfará y todos los elementos opositores serán derrotados.
No se queje nadie de los siervos de Dios que han ido a ellos con un mensaje enviado del cielo. No sigáis buscando defectos en ellos, diciendo: “Son demasiado incisivos; hablan con demasiada energía”. Quizá estén hablando con mucha fuerza; ¿acaso no es necesario hacerlo? Dios hará que retiñan los oídos de los oyentes si no escuchan su voz o su mensaje. El denunciará a los que resistan la Palabra de Dios...
La purificación y la limpieza pasarán seguramente por cada una de las iglesias de nuestro países que han tenido grandes oportunidades y privilegios, y los han despreciado. Lo que necesitan no es más evidencia. Necesitan corazones puros y santificados para reunir y retener toda la luz que Dios ha dado, y entonces andarán en esa luz.
No necesitamos decir: “Los peligros de los últimos días pronto han de venir sobre nosotros”. Ya han venido. Necesitamos ahora la espada del Señor para que corte el alma y los tuétanos de las concupiscencias, los apetitos y las pasiones carnales. Ojalá que penetre hasta partir en mucho mayor grado de lo que hasta ahora lo ha hecho...
Me dirijo al pueblo de Dios que hoy retiene firme su confianza, que no se apartará de la fe que ha sido una vez dada a los santos, que está de pie en medio de las tinieblas morales de estos días de corrupción. La palabra del Señor a vosotros es ésta: “Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo”. ¿No podemos ver aquí el amor paternal de Dios expresado hacia aquellos que se mantienen aferrados a la fe en la justicia? Existe la más estrecha relación entre Dios y su pueblo.
No solamente somos objeto de su misericordia llena de gracia, de su amor perdonador; somos más que esto. El Señor se regocija sobre su pueblo. El se deleita en sus hijos. El es su seguridad. Hermoseará con el espíritu de santidad a todos los que le sirven con corazón íntegro. Los reviste de justicia. Ama a los que hacen su voluntad, los que expresan su imagen.
Todos los que son veraces y fieles se conforman a la imagen de su Hijo. En su boca no ha sido hallado engaño, porque son sin falta delante del trono de Dios.
Centro Misionero De Cristo Para Las Naciones, El Salvador.
Ciudad de Colon, El Salvador.
El fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos. 2 Timoteo 2:19.
Ministerio TBM-TV. El Salvador Representado por su Pastor Lic. Bonilla, CMDCPLN, E.S.
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