DISCIPULADO
BÁSICO
Centro Misionero
De Cristo
Para las naciones
CRISTO TOMA POSESIÓN
DE MI VIDA
** Versículo para memorizar 1 Corintios 6:20 **
“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
PROPÓSITOS:
· Que el alumno se
dé cuenta que hoy su vida le pertenece a Dios.
· Que el alumno reconozca que se deben hacer cambios en su forma de vivir, sabiendo que su vida ya no le pertenece, sino que le pertenece a Dios.
INTRODUCCIÓN: La Biblia nos enseña que antes de conocer a Jesús nos encontrábamos perdidos, sin dirección, y que nos encontrábamos prisioneros en nuestros delitos y pecados. En otras palabras, estábamos siendo controlados por el pecado y estábamos muertos espiritualmente; sin embargo, Dios en su gracia nos libertó a través del sacrificio de Cristo y rompió esas cadenas en la cruz, nos libertó (compró) con su sangre y ahora nuestra vida le pertenece a Él.
1. CRISTO ES MI DUEÑO:
a. Pertenecemos a Él por siempre, 1ª. Corintios 6:20; Hechos 20:28.
b. Esto es verdadero porque Jesús murió por nosotros y nos compró con Su sangre.
c. Jesús es nuestro dueño. Si hemos creído en Cristo como nuestro Salvador, somos de su propiedad y Él es nuestro Señor Soberano.
Hay un señorío especial sobre nosotros, Él ha llegado a ser nuestro dueño al morir y resucitar por nosotros, Él nos liberó de todo castigo. Él nos ha hecho libres de todo poder del pecado.
Por su resurrección Él ha establecido una relación continua con nosotros hasta que nos llame a su presencia, Romanos 14:8-9. Pertenecemos a Jesús, sea que vivamos o que muramos, ya que la sangre
preciosa de Jesús nos redimió, no hay parte de nosotros que no haya sido comprada por Él.
2. DECIR QUE JESÚS POSESIONA MI VIDA IMPLICA:
a. Un nuevo modo de vida (2ª. Corintios 5:17; Gálatas 2:20).
b. Ya no sigo siendo el dueño de mí mismo, Cristo es dueño de todo mi ser (Colosenses 3:10).
Mi mente: para meditar en su Palabra, Romanos 12:2.
Mis ojos: para ver el mundo como Él lo ve.
Mis manos: para tocar, sentir y hacer su voluntad a través del servicio.
c. Implica obediencia a su Palabra.
CONCLUSIÓN: Conociendo que soy posesión de Cristo, aún después de la muerte, eso le da sentido a mi vida, me da seguridad y al mismo tiempo me desafía a vivir de acuerdo a esa verdad. Esforcémonos, pues, para que de ahora en adelante le entreguemos a Él el control de nuestra vida.
PARA REFLEXIONAR: ¿Considera usted que hay áreas de su vida que necesitan ser sometidas bajo el control de Dios?
PREGUNTAS PARA DISCUSIÓN EN GRUPO:
1. ¿Cómo se siente al saber que Jesús, el dueño de todo cuanto existe, es ahora también el dueño de su vida?
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2. ¿Está usted dispuesto (a) a dejar que Jesús controle su vida?
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