En la vida, muchas veces nos enfrentamos a desafíos, logros y momentos de gran alegría. En medio de todo esto, es importante recordar que la gloria no es nuestra, sino de Dios. Él es el autor de todas las cosas y merece todo el honor y la alabanza. Cuando logramos el éxito en nuestros planes, no debemos enorgullecernos como si fuera únicamente mérito nuestro. Es Dios quien nos fortalece, nos guía y nos da oportunidades. Es él quien nos sostiene en los momentos difíciles y nos bendice abundantemente. La Palabra de Dios nos enseña que debemos glorificar al Señor en todo lo que hacemos. En 1 Corintios 10:31 dice: «En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios». Esto significa que nuestras vidas deben reflejar la grandeza y la bondad de nuestro Creador en todos los ámbitos. Cuando reconocemos que la gloria es de Dios, nuestra humildad aumenta y nuestra gratitud florece. Siempre debemos buscar vivir según la voluntad del Señor y ser...
La Palabra de Dios es la luz que disipa las tinieblas de la duda y el miedo, guiándonos hacia la esperanza y la seguridad. El Salmo 119:105 dice: Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero. (Salmo 119:105) Cuando confiamos en la Palabra de Dios, construimos un fundamento inquebrantable. Las promesas de Dios son anclas para nuestra alma, afirmándonos en la certeza de que Dios es fiel en cumplir lo que prometió. Al meditar diariamente en su Palabra, nuestra fe se fortalece y la confianza se convierte en una respuesta natural al amor incomparable de nuestro Padre celestial. Que nuestra confianza esté arraigada en la roca eterna de la Palabra de Dios, porque en ella encontramos la promesa de vida abundante y seguridad eterna en su amor infinito. Gana confianza al acercarte a Dios Dedica tiempo diariamente a meditar en la Palabra de Dios. La meditación constante fomenta la confianza en Dios. La aplicación práctica de la Palabra de Dios fortalece nuestra confianza y da te...