A veces tenemos la sensación de que en la vida todo se queda en el mismo lugar, no avanzamos y hasta puede parecer que retrocedemos. Pero, ¿en qué medida estamos contribuyendo a esta situación? ¿Las cosas no avanzan o somos nosotros los que estamos parados? Quien vigila al viento no siembra; quien contempla las nubes no cosecha. (Eclesiastés 11:4) La Biblia es categórica: para salir de nuestro estado de inercia debemos reaccionar, movernos. ¿Cuántas personas fueron tras Jesús, lo persiguieron y fueron sanadas? Si ya conocemos nuestros objetivos, no basta con ver, ¡hay que moverse! Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14) Deja a un lado el cansancio y el desánimo, aliméntate de la Palabra y da el primer paso. Dios quiere ver tu det
Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio para contar todas sus obras. (Salmo 73:28) Nuestro Dios está vivo y quiere relacionarse con nosotros. Él desea oír nuestra voz, que lo adoremos y amemos. De la misma forma, Dios quiere bendecirnos con un futuro próspero. Relacionarse es un camino de dos vías: amar y ser amado. Es necesario que tomemos la iniciativa, pues Dios ya nos dio prueba de su amor. Confiar totalmente en el poder de Dios es una señal de intimidad. Cuando creemos de verdad no tenemos temor de compartir nuestros sentimientos con él. Acercarnos a Dios nos da seguridad aun cuando nos encontremos en días de tempestad. La intimidad viene con la confianza y trae como resultado más fe y obras. Toma la iniciativa Busca a Dios de todo corazón (Jeremías 29:13). Pon el Evangelio en práctica. Busca la presencia del Señor en oración. Pide la respuesta de Dios a tus anhelos. Aprende a discernir (Job 34:4). Mantente atento a las pequeñas señales. Dedi