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"¿Como crear una enseñanza o doctrina determinada sin textualizar?"


Homilética, Estudio Bíblico


III Sermones Temáticos

Sermón temático es la exposición de un asunto o tema bíblico, sin seguir las líneas de un texto determinado, sino el conjunto de enseñanza o doctrina que se encuentra en la Biblia sobre dicho tema.

Una vez determinado el asunto sobre el cual el predicador desea hablar, escogerá una porción bíblica adecuada al mensaje, y es preferible si tiene también su texto, desde el cual procederá al desarrollo del sermón; pero dicho texto formará la base, no el esqueleto del sermón, como en los anteriores ejemplos.

Supongamos que el predicador desea hablar de la necesidad de evangelizar y formula el sugestivo tema de: "Por qué predicamos el Evangelio".

Podrá tomar como texto Marcos 16:16, o Romanos 1:16, pero no se ceñirá a dichos versículos, aunque usará uno de ellos como texto y lo citará más de una vez en apoyo de su tesis; pero podrá formular el bosquejo tópico en esta forma:

¿POR QUÉ PREDICAMOS EL EVANGELIO?

I. Porque Cristo lo mandó. Es, pues, un deber de todo cristiano agradecido.

II. Es el beneficio mayor que se puede hacer a individuos y naciones. (Pueden citarse aquí muchos ejemplos como prueba e ilustración.)

III. Es el único medio para lograr la salvación eterna de las almas.

Al explicar el punto segundo el predicador no versado en Homilética corre mucho peligro de adelantarse al desarrollo de su tema diciendo que el mayor beneficio que recibe toda persona por la predicación es la salvación eterna de su alma.

Pero debe evitar cuidadosamente entrar en este terreno en el segundo punto, en el cual debe explicar tan sólo los beneficios materiales que las personas reciben al aceptar a Cristo; de otro modo, no sabría qué decir al llegar al tercer punto o tendría que incurrir en repeticiones fastidiosas.

El asunto de la salvación del alma es el más importante y el más adecuado para el llamamiento final: déjese, pues, para el fin del sermón.

SERMÓN TEMÁTICO DOCTRINAL

Es el que toma una idea o doctrina bíblica y la sintetiza o resume, aportando en su apoyo diversos textos bíblicos, pero no todos los textos que hablan sobre tal asunto, ni un número excesivo de ellos.

Hay sermones que apenas son otra cosa que una serie de textos bíblicos relacionados entre si engarzados. 

A la gente le gusta ver que los pensamientos del predicador están bien fundados en la Palabra de Dios. 

Puede observarse cómo el apóstol San Pablo cita una vez y otra las Escrituras del Antiguo

estamento; por ejemplo, en apoyo de la tesis sobre la salvación por la fe, que desarrolla en las cartas a los Romanos y a los Calatas, pero hay allí pensamientos originales que forman la carne de la disertación. 

Alguien ha dicho que antes que escuchar sermones que son meros esqueletos de textos preferirán los oyentes com­prarse un diccionario bíblico de paralelos, evitando a un predicador que no se toma la molestia de pensar y fía su discurso en la memorización de textos bíblicos.

En ningún discurso, ya sea simplemente tópico como el anterior, o de estudio bíblico como el que sigue, deben emplearse más de dos o tres textos bíblicos, como máximo, en apoyo de cada una de las partes. 

Puede usarse más de un texto para cada parte o división cuando el segundo y el tercero contienen alguna idea nueva que completa la idea de los otros, pero en la mayoría de los casos un solo texto bien escogido será suficiente.

ejemplo 1º.

EL PROMETIDO MESÍAS

Introducción. — La promesa de un Redentor fue hecha a nuestros primeros padres desde el momento de la caída; la Biblia va definiendo el carácter de este enviado sin igual que vendría a efectuar la libe­ración espiritual de la Humanidad.

Desarrollo. — Notemos sus características:

I.Sería simiente de la mujer, lo que parece predecir su nacimiento virginal: Génesis 3:15.

II.Sería un descendiente de Abraham: Géne­sis 22:18.

III.Sería un descendiente de David: 2.° Samuel 7:13.

IV.Nacería en Belem Miqueas 5:2.

V.Horadarían sus manos y sus pies: Salmo 22:16.

VI.Sería contado entre malhechores: Isaías 53:9.

VI.Pero enterrado en rica tumba: Isaías 53:9.

VII.No quedaría en el sepulcro: Salmo 16:10.

Conclusión. — Cristo ha demostrado ser el Mesías prometido y como tal debe ser aceptado.

Como advertimos ya, el predicador encontrará muchos pasajes en que se declara que el Mesías sería hijo de Abraham o de David, pero uno solo escogido y explicado es mejor que muchos mal explicados.

En un sentido general todos los sermones tópicos son sintéticos porque sintetizan o resumen alguna verdad o doctrina que se halla distribuida en toda la Biblia, pero en el ejemplo 

"Por qué predicamos el Evangelio" la síntesis de pasajes bíblicos no aparece tan clara como en éste del Mesías, por esto lo con­sideramos simplemente tópico, o de desarrollo de un tema. 

Mientras que llamamos al segundo sermón, doctrinal, o de síntesis bíblica, porque desarrolla, no una idea, motivo, apelación o exhortación, sino una doctrina, la del Mesías. 

Algunos llaman a los sermones sintéticos sobre alguna enseñanza o doctrina es­piritual, simplemente: Estudio Bíblico.

Con la ayuda de un buen diccionario de paralelos, o aun con la mera ayuda de las notas marginales de la Biblia, es fácil componer buenos mensajes tópicos, de síntesis doctrinal.

Otras veces el bosquejo sigue una serie de consi­deraciones acerca de un tema, algunas apoyadas con texto y otras sacadas de la experiencia.

Véase:

ejemplo 2º.

LA ORACIÓN QUE DIOS ESCUCHA

Proverbios 15:29

I. Dios no escucha las oraciones de:

1.° Los que miran la iniquidad en sus corazo­nes: Salmo 66:18.

2.° Los altivos y orgullosos: Lucas 18:11.

3.° Los faltos de caridad: Proverbios 21:13. 4.° Los que no atienden a la Palabra de Dios: Proverbios 28:9. 5.° Los egoístas: Santiago 4:3.

II. Dios escucha las oraciones de:

1° Los humildes: Lucas 18:13-14.

2.° Los rectos: Santiago 5:16.

3.° Los que permanecen en comunión con El: Juan 15:7.

4.° Los desamparados: Salmo 102:17.

5.° Los afligidos: Santiago 5:13.

6.° Los que buscan la Ciencia Divina: Santiago 1:15.

(Adaptado de Paul E. Holdcraft.)

He aquí otro ejemplo de bosquejo para sermón doctrinal basado en enseñanzas de la Biblia y de la experiencia conjuntamente.

ejemplo 3.°

Tema: EL PECADO

I. Qué es el pecado.

1.Es trasgresión de la ley divina: 1.a Juan 3:4.

2.Es obediencia al enemigo de Dios y nuestro: Romanos 6:17, 18.

3.Es una prueba de ingratitud y desafecto al que merece todo amor y obediencia: Romanos 1:21.

4.Es una tendencia natural por herencia: Sal­mo 51:5.

II. Cómo se produce.

1. En el pensamiento. Cuando es:

1.° Consentido: Deuteronomio 12:19.

2.° Acariciado: Proverbios 16:30.

3.° Buscado: Génesis 6:5.

2. De palabra:

1.° Contra Dios; blasfemias: Levítico 24:15.

2.° Insultos contra los semejantes: Mateo 5:22.

3.° Mentiras (sobre todo en perjuicio del prójimo): Jueces 12:22.

4.° Chismes y murmuraciones: Lev. 19:16.

3. De obra. Es todo acto prohibido por la ley divina, y las acciones conducentes a los mismos:

1.° Crimen y otras relaciones favorables al al mismo: Éxodo 20:13.

2.° Adulterio y actos de lascivia: Éxodo 20:14.

3.° Violencia de obra: Isaías 3:12.

III. Trágicas consecuencias del pecado.

1.Desasosiego en el alma; turbación de la paz interior: Isaías 48:22.

2.Aumenta las dificultades de la propia vida, ya bastante difícil a causa del pecado reinante. 
A veces con la esperanza de mejorarlas (Ej.: el ladrón, timador, etc.): Proverbios 4:19.

3.Lleva el pecador a una pendiente peligrosa (la bola de nieve).

4.Induce a otros a pecar: 2.° Samuel 12:14.

5.Aparta el favor de Dios: Isaías 51:2.

6.Conduce al apartamiento definitivo, o sea, al infierno: Salmo 9:17.

IV. El remedio para el pecado.

1.Remedios ineficaces. Todos los que proce­den de nosotros mismos o de invención hu­mana:

a)Arrepentimiento sin fe en el Redentor.

b)Sacrificios y penitencias.

c)Dinero y ofrendas: Hebreos 8:20.

2.El remedio eficaz: LA OBRA DE CRISTO. Por ser infinito su Autor y el mismo Hijo de Dios.

3.Aplicación del remedio:

a)Por la fe: Efesios 2:8.

b)Con arrepentimiento: Hechos 3:19.

c)En novedad de vida: 2.a Corintios 5:17.

Este bosquejo es excesivamente largo, lo que obliga a tratar sus partes muy someramente. 

Cuando esto ocurre en temas tales como el referido u otros, por ejemplo: la fe, el arrepentimiento, el amor de Dios, la salvación, etc., conviene definir el título del sermón un poco más y ceñirnos al mismo para evitar que el público desorientado llegue a olvidar al final del discurso lo que se ha dicho al principio.

Podemos tratar el tema del pecado de un modo menos completo pero más expresivo y fácil de recordar a los oyentes, tomando como texto Hebreos 3:13. De este modo, asociando la idea de "engaño" a la de "pecado", diremos:

ejemplo 4º.

EL ENGAÑO DEL PECADO

I.El pecado engaña en cuanto a su verdadera culpa. Pretende que Dios no le da importancia.

II.El pecado engaña acerca de las ventajas que por él se han de recoger.

III.El pecado engaña acerca de los malos resulta­dos de nuestros hechos.

IV.El pecado engaña en cuanto a las posibilidades de ser librados de él cuando nos plazca.

V.El pecado engaña en cuanto a su desastroso fin.

Búsquense textos bíblicos y, si es posible, alguna anécdota que ilustren estas afirmaciones y se obtendrá un sermón breve y sugestivo que todos los oyen­tes podrán recordar con facilidad.

Asimismo, en lugar de tratar en un solo discurso de «la fe» en todos los aspectos, sería mejor tratar un día de: «La fe como único medio de salvación», o concretándolo en un tema más breve, 

"Salvación por la fe", y en otro discurso "Es poder de la fe", refiriéndonos, no al acto de fe por el cual recibimos a Cristo como Salvador, sino a la fe constante que obtiene el cumplimiento de las promesas de Dios por medio de la oración.

Como quiera que nuestros públicos son generalmente mixtos, de personas inconversas y de creyentes, es permitido al predicador, en un discurso sobre la salvación por la fe, referirse al final del sermón a la constancia de la fe que nos permite vivir una vida victoriosa como creyentes, hasta el día que entramos en posesión de la promesa de salvación. Pero esto de un modo breve, sin extenderse en aquellas consideraciones que no son el objeto principal del sermón. 

Asimismo, en un discurso para creyentes, refiriéndonos a la fe que obtiene victorias por la oración, nos es permitido poner, quizá como primer punto de la disertación, que la primera bendición de Dios que alcanzamos por medio de la fe es la salvación del alma, lo que nos permitirá dirigir una llamada a algún oyente no convertido que pudiera hallarse entre la concurrencia, pasando inmediatamente a referirnos a las otras bendiciones de la vida de fe, con más detalle y extensión.

Nunca hay que olvidar el propósito principal del sermón, que es, en el primer caso, atraer a los inconversos a una fe definida en la obra redentora de Cristo, y en el segundo, alentar a los creyentes a una vida de fe.

Un sermón que abarque completamente los dos aspectos de la fe es imposible, pues todos los sermones deben tener un propósito principal. 

Tratar de cazar muchos pájaros de un solo tiro es seguro método para no alcanzar ninguno. 

Asimismo, un sermón que se extiende por igual en dos propósitos diversos no alcanzará ninguno; siempre debe tener un propósito principal, aunque contenga alguna exhortación incidental de otro carácter, la cual debe procurarse relacionar del mejor modo posible con el propósito principal.

SERMÓN TEXTUAL-TEMÁTICO

Uniendo lo que hemos aprendido acerca de los sermones textuales y los temáticos, encontraremos que algunos textos se prestan para la construcción de sermones temáticos con la ayuda de otros textos de la Biblia, pero siguiendo un desarrollo muy similar al sermón textual.

En los sermones de esta clase hay por lo general una palabra clave que viene a constituir el tema del discurso. Otros textos bíblicos en los cuales ocurre la misma palabra o idea, son preciosos auxiliares para ilustrar las subdivisiones de tal discurso, aunque otras partes pueden ser ilustradas también con ejemplos o circunstancias de la experiencia huma­na, y no por un texto bíblico.

Debe evitarse cuidadosamente el uso de textos ilustrativos con profusión excesiva. 

Nunca deben tomarse textos por la simple razón de que la palabra o idea clave concurre en ellos. 

Un sermón no es una concordancia de analogías bíblicas. 

De acuerdo con este principio, jamás deben formularse subdivisiones para poder encajar textos favoritos en un sermón, sino que los textos deben buscarse después de haber formulado las subdivisiones, con el exclusivo objeto de ilustrar el pensamiento que tenemos en mente.

Obsérvense estas instrucciones en el siguiente

ejemplo 5º.

BUSCANDO AL SEÑOR

Isaías 55:6

I. Qué significa buscar al Señor.

1.° Es buscar el conocimiento de El: Juan 1:18, 2.a Corintios 4:6, Juan 17:25-26 y Mateo 11:27.

2.° Es buscar su favor: Efesios 2:3 y 1:6.

3.° Es buscar su imagen: Génesis 1:27, Efe­sios 4:22-24.

4.° Es buscar su comunión: Colosenses 1:21, 2.a Corintios 6:16 y Juan 14:23.

5.° Es buscar su presencia y goce por la eter­nidad: Mateo 5:8, 1.a Juan 3:2, Apocalipsis 21:3-7 y 22:3-4.

II. Cómo debe buscarse al Señor.

1° Conscientes de nuestra absoluta necesidad de El y de los privilegios arriba mencio­nados.

2.° Con sinceros deseos de tenerle: Salmo 42:1, 43:1 e Isaías 26:8-9.

3.° Por medio de la oración: Mateo 7:7 y 6:6.

4.° Con una búsqueda perseverante.

III. Cuándo debemos buscar al Señor. 1° Mientras vivimos. 2." Mientras gozamos de salud.

3.° En nuestra juventud.

4.° Mientras dura el día de la gracia.

I.Su generosa oferta.

1° Tendrá misericordia.

2.° Dará abundante perdón: Isaías 55:7.

3.° Nos renovará: Vers. 10 y 11.

(Adaptado de Charles Simeón.)

Obsérvese que algunas de las subdivisiones tienen textos ilustrativos y otras no. 

El mensaje es tan evangélico que fácilmente podrían hallarse textos para cada una de sus subdivisiones, pero los puntos III y IV son tan sencillos que no necesitan textos para su ilustración, y el aplicarlos a cada subdivisión haría el discurso demasiado largo y pesado. 

Hay casi demasiados en la primera parte.

Quizá podrían suprimirse textos en las primeras secciones y poner otros en las últimas. 

Como un ejercicio práctico para el estudiante, vamos a poner citas bíblicas adecuadas a estas últimas secciones, pero en desorden, para que el estudiante las coloque en el lugar que a su juicio corresponden: Isaías 55:7. Eclesiastés 12:1. Isaías 65:6. Job 7:4-6. Eclesiastés 7:2. Salmo 111:2. Lucas 11:9.

Notemos que cuando se citan varios textos para un mismo punto, éstos no están puestos en cualquier orden, sino que hay entre ellos un desarrollo de pen­samiento. 

Por ejemplo, en la subdivisión 1.a "Es buscar el conocimiento de El", podemos empezar diciendo, de acuerdo con Juan 1:18, que la búsqueda del Desconocido Invisible ha sido la gran incógnita de la Humanidad; pero no es tanto porque Dios se haya ocultado como porque el diablo ha cegado las mentes de los hombres para no ver a Dios en sus obras. Aquellos que reciben a Cristo son empero los que verdaderamente descubren a Dios según Juan 17:25-26, ya que Dios tiene que ser buscado más con el corazón que con la mente. 

Por esto son las personas más sencillas y sinceras, y no los sabios de este mundo, quienes le encuentran más fácilmente (Mateo 11:27). Quien busque este supremo conocimiento lo hallará, por muy humilde e ignorante que sea.

Relacionando estos textos auxiliares, el oyente se siente suavemente introducido en ellos por la argumentación lógica del predicador. 

Nada hay peor que tratar de ilustrar un sermón con una retahíla de textos bíblicos sin conexión. 

Es necesario desarrollar el tema de modo que los textos caigan a propósito, como llaves que se aplican a sus cerraduras.

Por otro lado, hay que tener gran cuidado en no caer en el peligro de desarrollar los textos ilustrativos demasiado extensamente, de modo que resulten nuevos sermones. 

Al desarrollar el subtítulo antes referido con cuatro textos ilustrativos, no debe olvidar el predicador que el tema del sermón es "BUSCANDO AL SEÑOR" y que "Elconocimiento de Dios" es sólo un punto subsidiario del argumento principal, que es: la necesidad y conveniencia de buscar a Dios, y que para este punto subsidiario no debe emplear el predicador más que unos breves minutos. 

Por consiguiente, las frases con las cuales una estos cuatro textos deben ser concisas e incisivas.

Cuando al estudiar una subdivisión le ocurran al predicador una superabundancia de pensamientos, hará bien en anotarlos para otro sermón, que en este caso podría ser sobre el tema "EL MAYOR DESCUBRIMIENTO DE TODOS", o bien "UN CONOCIMIENTO FELIZ", pero de ningún modo debe tratar de hacer de cada subtítulo un nuevo sermón, hasta hacerse cansado al auditorio.

Con el ejemplo del punto primero el estudiante podrá ver fácilmente la relación que existe entre los textos de los subtítulos 3.°, 4.° y 5.°.

Los subtítulos del punto 3.°, por ser tan breves y simples, convendría ilustrarlos con alguna anécdota, lo que daría variedad al sermón.

Véase ese otro bosquejo de sermón textual sin­tético tomado de un famoso predicador, sin textos ilustrativos, lo que requerirá mayor número de anécdotas.

ejemplo 6.°

EL ARREPENTIMIENTO

Isaías 55:7

I. «Necesidad de la conversión».

Algunas personas dudan de tal necesidad, pero ésta resulta evidente teniendo en cuenta:

1.° La naturaleza de Dios. — ¿Cómo puede un Dios Santo consentir el pecado o perdonar a pecadores que continúen en su iniquidad?

2.° La naturaleza del Evangelio. — Las Buenas Nuevas no son una proclamación de tolerancia del pecado, sino una liberación de él.

3.° Los antecedentes del Evangelio. — Tenemos muchos ejemplos de perdón en la Sagrada Escritura otorgado a personas que cambiaron de vida, pero ninguno de perdón concedido a quienes persistieron en el mal camino.

4.° El propio beneficio del pecador requiere que abandone el pecado, ya que de otro modo éste dejaría sentir sus efectos.

II. «La naturaleza de la conversión».

1.° Tiene que abandonar su "camino". Esto significa:

a) Su camino natural, en el cual corre de por sí, según su propia tendencia.

b) Su camino habitual, al cual está acostumbrado.

c) Su camino preferido, en el cual encuentra los placeres del pecado.

d) El camino ancho por donde van muchos.

2.° Debe dejar o abandonar tal camino. Pues no basta:

a) Reconocer que es malo.

b) Lamentarse de seguirlo.

c) Resolverse a dejarlo alguna vez.

d) Andar con más cuidado en él.

3.° El pecador debe dejar también "sus pensamientos".

Esto significa sus opiniones y nociones pro­pias antiescriturales:

a) Con respecto a Dios; su ley; su Evangelio; su pueblo.

b) Respecto al pecado; al castigo; a la persona de Cristo; o a su propia persona.

c) Respecto a su propio orgullo, negligencia, desobediencia y desconfianza.

III. El Evangelio de la conversión.

1.° Una promesa segura: "Tendrá de él misericordia".

2.° Un perdón completo: "Será amplio en perdodonar".

Esta amplitud proviene del Calvario, donde todo el pecado fue expiado. En virtud de tal obra Dios puede ser extraordinariamente generoso para con el pecador de conciencia despierta, sin faltar a su justicia.

Conclusión. — Oh, que el pecador considere la necesidad de un cambio total de pensamiento en lo interior, y de conducta exterior. 

Si no es completo y radical sería vano. 

Total y terrible ruina será la consecuencia de seguir en el mal. 

Que sea ésta la hora crucial de tu vida. Dios dice "vuélvete". 

¿Qué te impide hacerlo?



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