"No se dejen engañar,
no pueden burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que nosotros sembramos." (Gálatas 6: 7)
¿Han visto alguna vez a un viejo árbol grande, y se han preguntado cuánto tiempo ha estado ahí?
Es increíble pensar que en un momento dado, ese gigantesco árbol no era más que una semilla pequeña.
De la misma manera, nuestras palabras y acciones son semillas.
Siempre vamos a recoger una cosecha de lo que sembramos.
Pensemos en los tipos de semillas que hemos sembrado.
¿Estamos sembrando ánimo, esperanza, bendición, amor?
Entonces eso es lo que vamos a cosechar en el futuro.
Pero si hemos estado sembrando el odio, la crítica, el juicio y la ira, probablemente YA estamos cosechando una mala cosecha.
Es hora de empezar a cambiar la semilla.
Hoy, animémonos a orar y pedirle a Dios que nos ayude a arrancar las semillas negativas que pudiésemos haber plantado en el pasado y comenzar a sembrar buenas semillas para nuestro futuro.
Y cuando permanezcamos obedientes a la Palabra de Dios, veremos crecer esas semillas.
Y entonces nos deleitaremos de la cosecha de bendición que Dios ha prometido.
Hermanos y Hermanas en Cristo, oremos:
"Padre, indaga en mi corazón.
Muéstrame las malas semillas
que necesitan ser arrancadas.
que necesitan ser arrancadas.
Ayúdame, por medio de tu Espíritu,
a sembrar buenas semillas para mi futuro.
a sembrar buenas semillas para mi futuro.
Utilízame para Tu gloria,
te lo suplico en el nombre sagrado de Jesús. Amén."
te lo suplico en el nombre sagrado de Jesús. Amén."
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