Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

No todos podemos hablar abiertamente de Cristo....

La historia de un amigo que me impactó.

Hace poco, fui a la tienda de una costurera para que me reparara algunas prendas de vestir. 

Cuando entré, me animó ver algunas cosas colgadas en la pared. Un cartel decía: 

«Nosotros podemos reparar ropa, pero solo Dios puede reparar tu corazón»

Cerca, había un cuadro de María Magdalena llorando angustiada cuando el Cristo resucitado estaba por revelársele. 

Otro cartel preguntaba: «¿Necesita oración? Oraremos por usted».

La dueña me dijo que tenía la tienda desde hacía quince años. 

«Estamos sorprendidos de cómo el Señor ha obrado mediante estas expresiones de fe que hemos colocado. 

Hace un tiempo, una persona aceptó a Cristo aquí mismo. 

Nos maravilla ver obrar a Dios». 

Le dije que yo también era creyente y la felicité por hablarles de Cristo a otros en su lugar de trabajo.

No todos podemos hablar abiertamente de Cristo donde trabajamos, pero sí podemos encontrar formas creativas y prácticas de mostrar a otros el amor, la paciencia y la bondad inesperada. 

Desde que salí de esa tienda, he estado pensado en diversas maneras de poner en práctica la declaración del Señor: 

«Vosotros sois la luz del mundo» (Mateo 5:14).

Oremos:
"Señor, ayúdame a descubrir maneras prácticas de reflejar tu luz en mi vida para alumbrar espiritualmente los lugares que frecuento, Amen"

Dios derrama su amor en nuestro corazón 
para que fluya hacia los demás.

Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

Conectado con Dios

En el mundo acelerado en el que vivimos, es fácil quedar atrapado en las redes sociales, los juegos, la música y todas las distracciones que nos ofrece la vida moderna.  Pero como cristianos, es esencial que recordemos este versículo: Clama a mí y te responderé; te daré a conocer cosas grandes e inaccesibles que tú no sabes. (Jeremías 33:3) La tecnología nos permite estar conectados con el mundo, pero a veces nos olvidamos de conectarnos con Dios. Él siempre está dispuesto a escuchar nuestras oraciones, responder nuestras preguntas y revelarnos maravillas que van más allá del entendimiento humano. La oración es nuestra conexión directa con Dios. Conectarnos con Dios no significa abandonar nuestra vida cotidiana, sino que lo incluimos en todos los aspectos de la misma. Al comenzar el día con oración, dar gracias por sus bendiciones, buscar su guía en tiempos de duda y compartir su mensaje de amor y esperanza con los demás, estamos verdaderamente conectados con Dios. A medida que bus...