Padre, muéstrate a los hombres de hoy tal como eres:
el Dios omnipotente que crea y gobierna todas las cosas,
el Dios de la gracia que salva,
el Dios misericordioso que perdona.
Has enviado a Jesús, tu Hijo unigénito para que revelara los secretos de tu nombre: sigue enviando testigos y profetas para que el mundo de hoy reciba el anuncio de que eres Padre y cuidas de todos tus hijos.
Libra a nuestra sociedad del orgullo, del materialismo y de la violencia.
Destruye todos nuestros ídolos.
Abre los corazones de todos a la fe, la esperanza y la caridad.
Inspira en el corazón de los jóvenes la nostalgia de ti, haz que experimenten la alegría de ser tus hijos y sientan la urgencia de darlo a conocer a todos.
Danos a tus hijos entrañas de misericordia ante toda miseria humana.
Inspíranos el gesto y la palabra oportuna ante el hermano solo y desamparado.
Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado, desorientado o deprimido.
Que tu Iglesia, Padre, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando, en nombre de Jesús oramos...Amén.
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