Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

EVANGELIO SEGÚN JUAN, Intro


INTRODUCCIÓN

El Evangelio según Juan (=Jn), comparado con los otros tres evangelios, aparece con rasgos literarios y teológicos muy definidos. 

Desde el principio nos presenta a Jesús como la Palabra divina, el Hijo único de Dios enviado por el Padre a dar a los hombres la luz y la vida.

Esta revelación se va realizando paso a paso: comienza con el testimonio de Juan el Bautista, y se va perfeccionando en el encuentro personal con Jesús, en sus actos poderosos (que este evangelio llama “señales milagrosas”) realizados por encargo del Padre, y en sus palabras, pronunciadas ante diversos públicos, en las cuales él revela claramente su origen, su verdadero ser y su misión salvadora.

Confrontados los hombres con esta revelación, van acentuándose cada vez más dos actitudes opuestas: la de quienes aceptan a Jesús, el Hijo de Dios, y creen en él, y la de quienes le rechazan. 

A los que creen en él, Jesús les ofrece la vida eterna, dada por Dios no solo al final de los tiempos, sino aquí y ahora. 

Los que le rechazan atraen sobre sí mismos, también aquí y ahora, la pérdida de la vida eterna. 

Estos últimos aparecen personificados en los dirigentes del pueblo judío, que rechazan a Jesús como el enviado de Dios, y decretan su muerte. 

Pero para él, esta es la manera de llevar a término su misión y volver al Padre. 

Antes de su regreso, Jesús instruye especialmente a sus discípulos y les promete el envío del Espíritu Santo. 

Su muerte en la cruz es su exaltación suprema y su resurrección es el triunfo de la vida sobre la muerte. 

Jesús resucitado comunica el Espíritu a sus discípulos.

Este evangelio nos presenta la actividad pública, la pasión y la resurrección de Jesús de manera muy propia. 

Por ejemplo, hace mención de tres Pascuas (Jn 2.23; 6.4; 13.1), mientras que los sinópticos solo mencionan una (Mt 26.17 y paralelos). 

De los muchos milagros que Jesús realizó, este evangelio solo narra siete, muy significativos para el mensaje que comunica. Es notable también la diferencia que ofrecen los discursos de Jesús en el cuarto evangelio, si los comparamos con los de los sinópticos. 

El Evangelio según Juan, no pretende simplemente completar o precisar el contenido de los otros tres, sino que presenta al lector una imagen de Jesús y de su historia en la que aparece con toda claridad su profundo sentido, y trata de que el lector se sienta movido poderosamente a reafirmar su fe en Jesucristo.

Uno de los métodos utilizados por este evangelio para lograr el fin que se propone, es el simbolismo. 

Mucho más claramente que en los sinópticos, se percibe un lenguaje que, partiendo de las cosas de este mundo, lleva al lector a las realidades del ámbito divino. 

El vino que Jesús da en Caná (Jn 2.1-11) es símbolo de los bienes mesiánicos que él trae a la humanidad. 

El agua que ofrece a la samaritana (4.1-42) no es un elemento físico, sino el agua de la vida eterna, comunicada por el Espíritu. 

El pan que Jesús reparte (6.1-59) es mucho más que pan material; es Jesús mismo, el pan bajado del cielo, que da la vida al mundo. 

Si Jesús da la vista a un ciego (9.1-41), es para mostrar que él es la luz del mundo. 

Al resucitar a Lázaro (11.1-44), se revela como la resurrección y la vida. 

El ser levantado en la cruz es símbolo de su exaltación y glorificación, para salvación de todos (cf. 3.13-15; 8.28; 12.32). 

Este notable carácter simbólico del cuarto evangelio vertebra el conjunto de los relatos que incluye y de las propias palabras de Jesús.

En Juan pueden distinguirse dos grandes secciones:

I. Caps. 1–12: El Hijo de Dios viene al mundo para comunicar la vida eterna a los que creen; Jesús se revela con hechos y palabras. 

Se manifiestan dos actitudes frente a Jesús: aceptación y rechazo.

II. Caps. 13–21: Jesús da una instrucción especial a sus discípulos y regresa al Padre pasando por la muerte y la resurrección.

El cuarto evangelio menciona en varios lugares a un discípulo “al que Jesús quería mucho” (Jn 13.23; 19.26-27,35; 20.2-10; 21.20-24). 

En ninguna parte se dice su nombre. Desde el siglo II, dicho discípulo se ha venido identificando con el apóstol Juan, hijo de Zebedeo.

Más importante, sin embargo, que la identificación del discípulo cuyo nombre se calla de manera intencionada, es el mensaje que el evangelio comunica: una reflexión profunda y claramente centrada en la persona de Jesús y su relación con el Padre, lo mismo que en su obra salvadora. 

Tal reflexión plantea a toda persona la urgencia de dar una respuesta de fe a la iniciativa del amor de Dios.

Es opinión generalmente aceptada que el cuarto evangelio fue redactado después de los evangelios sinópticos, a fines del siglo I. 

Puede pensarse que Juan representa el resultado de una larga reflexión y transmisión del mensaje de salvación en comunidades que tuvieron que sostener duros enfrentamientos con grupos judíos.

El desarrollo del contenido de este evangelio ha sido tratado de diversas maneras. 

El siguiente esquema puede ayudar al lector a descubrir las principales secciones de que consta.

I. La revelación de Dios en Jesucristo (1–12)

Prólogo (1.1-18)

1. La revelación del Hijo de Dios (1.19–3.36)

2. Diversidad de actitudes frente a Jesús (4–6)

3. Jesús, rechazado por su propio pueblo (7–12)


II. Jesús regresa al Padre (13–21)

1. La última cena (13–17)

2. Pasión y muerte (18–19)

3. ¡Jesús ha resucitado! (20–21)





__________________________

Follow on Facebook TBM-Missions: https://www.facebook.com/roberto.bonillacea
Website Dedicated to Video: TV TBM-Missions

Comentarios

NOVEDADES

Regocijaos en el Señor

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Filipenses 4:4) Jesús es el motivo de mi sonrisa, porque en su presencia encuentro la verdadera alegría. No es una alegría pasajera que depende de las circunstancias, sino una paz duradera que trasciende las dificultades. En medio de las dificultades de la vida, puedo confiar en que él está a mi lado, tomándome de la mano y guiándome por el camino seguro. La sonrisa que Jesús pone en mi rostro es un reflejo de su amor inconmensurable. Cuando miro la cruz, recuerdo el sacrificio que él hizo por mí y mi corazón se llena de gratitud. Él me amó primero, incluso cuando todavía estaba perdido. Este amor incondicional me sostiene y me da fuerzas para afrontar cada nuevo día con esperanza. Las promesas de Jesús son fuentes de alegría. Él nos prometió vida abundante y en su palabra encuentro consuelo y dirección. Cuando estoy cansado, encuentro descanso en sus brazos. Cuando estoy triste, él es mi alegría. Cuando soy débil, él es mi f...

¿Qué debo hacer cuando no logro entender?

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley. (Deuteronomio 29:29) Moisés llegaba al final de su vida. Él estaba consciente de que moriría poco después sin lograr entrar a la "Tierra Prometida". En sus últimas palabras para el pueblo de Israel, él afirmó que existen cosas encubiertas para nosotros. Son cosas que no entenderemos jamás en esta vida, pues huyen a nuestra comprensión humana. Hay tres actitudes que nos pueden ayudar a lidiar con lo que no logramos entender: Confianza - Aun cuando no entendamos lo que sucede, podemos confiar en el Señor, pues sabemos que él conoce lo que es mejor para nosotros. Obediencia - No necesitamos entender para obedecer. La confianza nos lleva a obedecer aunque no entendamos todo. Humildad - Obedecer sin comprender, también exige humildad. La humildad nos ayudará a aceptar aquello que no entendemos. Confía y obede...

¿Siervo o Señor?

Porque, ¿quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como uno que sirve. (Lucas 22:27)  El más importante entre ustedes será siervo de los demás. (Mateo 23:11)  ¿Qué prefieres: servir o ser servido? Probablemente, muchos contestaríamos que nos gustaría ser servidos. Tal vez estemos cansados de las muchas tareas diarias y deseosos de tener un momento de relax en el que otra persona nos sirva mientras descansamos. Sí, está bien recibir cosas buenas, pero no es bueno que nos enfoquemos en eso. El problema real reside en que lleguemos a considerar a Dios como un recadero que debe estar siempre listo para traer lo que solicitamos...  Alguien dijo una vez que «quien no vive para servir no sirve para vivir». El hecho es que servir es un acto de dar. Con las actividades diarias, durante nuestro trabajo, con actitudes de gentileza y con buenas acciones, servimos y somos servidos.  ...