Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

¿Qué perfume se siente cuando un creyente entra en una habitación?


¿Cuál de los cinco sentidos te trae 
más rápidamente cosas a la memoria? 

Para mí, es indudablemente el olfato. Una determinada clase de bronceador me lleva de inmediato a una playa. El olor a alimento para pollos me recuerda mi niñez y las gallinas que criaba mi madre y en su tiempo, mi abuela. El aroma del pino susurra «Navidad» y los viajes con mi familia a las montañas, y cierto tipo de loción me trae a la mente cuando yo era joven.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Pablo les recordó a los corintios que ellos eran la fragancia de Cristo: «Porque para Dios somos grato olor de Cristo» (2 Corintios 2:15). 

Tal vez se refería a los desfiles de victoria romanos, ya que estos quemaban incienso en los altares de la ciudad para asegurarse de que todos supieran que habían triunfado. 

Para los vencedores, el aroma era agradable; para los prisioneros, significaba esclavitud o muerte. 

Como creyentes, nosotros somos soldados victoriosos, 
y cuando predicamos el evangelio de Cristo, 
somos un aroma agradable para Dios.

¿Qué perfume se siente cuando un creyente entra en una habitación? 

No es algo que pueda comprarse en un frasco. 

Si pasamos mucho tiempo con alguien, empezamos a pensar y a actuar como esa persona. 

Pasar tiempo con Jesús nos ayudará a propagar un aroma agradable a quienes nos rodean.

Oremos:
"Señor, que mis acciones 
reflejen que he estado contigo.
Amen"
~~~~~
~~~
~

Comentarios

NOVEDADES

Caminando con Cristo

Muchas veces, en nuestro caminar con Dios, podemos sentir que todavía estamos lejos de ser perfectos. Nos enfrentamos a luchas, fracasos y momentos en los que pensamos que no estamos progresando como nos gustaría.  Pero el apóstol Pablo nos recuerda en Filipenses 3:12-14 que no importa cuán imperfectos seamos o cuántos errores hayamos cometido en el pasado, Dios nos llama a seguir adelante. No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:12-14) No necesitamos quedarnos estancados en el pasado. En Cristo, tenemos una nueva oportunidad cada día. Lo más importante es seguir avanzando, manteniendo siempre la mirada fija en el objetivo, que es n...

Dios puede animar tu día

Hoy compartimos una verdad transformadora: el poder de Dios es capaz de animar tu vida diaria. En medio de la adversidad, es reconfortante saber que tenemos un Dios que está siempre a nuestro lado, dispuesto a fortalecernos y animarnos. La Palabra de Dios asegura en Isaías 41:10: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (Isaías 41:10) Es una promesa fortalecedora que muestra que Dios no solo está con nosotros, sino que también nos permite vencer los desafíos. Cuando el día se sienta pesado, recuerda Filipenses 4:13: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". No nos enfrentamos solos a los desafíos: el Señor nos acompaña y nos capacita para superar cualquier situación. Además, cada mañana la misericordia de Dios es nueva (Lamentaciones 3:22-23), brindándonos un nuevo día lleno de oportunidades para experimentar el amor y el aliento divinos. Por tanto, deja tu día en ...

¡Exalta al Señor con tus alabanzas!

Alaben al SEÑOR, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia! (Salmo 136:1) En la lucha o en la alegría, nuestro llamado es el mismo: exaltar al Señor con nuestras alabanzas. La alabanza es más que una canción. Es una expresión viva de nuestra fe, una declaración de que Dios es soberano, sin importar las circunstancias. Cuando alabamos a Dios, algo poderoso sucede en nosotros. El desánimo se desvanece, las dudas se disipan y la presencia de Dios se hace más real. La alabanza nos recuerda quién es Dios: fiel, justo, amoroso, poderoso. Él es digno de todo nuestro reconocimiento, no solo cuando todo va bien, sino también cuando enfrentamos el valle de sombra de muerte. Exaltar al Señor con toda alabanza es un acto de entrega y confianza. Es decir con el corazón: «Señor, te adoro no por lo que haces, sino por quién eres». En medio del dolor, alaba. En un buen día, alaba. En cada etapa de tu vida, alza la voz y glorifica a aquel que nunca falla. La alabanza transforma el entorn...