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La búsqueda de la perfección

En la temporada navideña, la búsqueda de la perfección se intensifica: imaginamos una celebración perfecta y nos esforzamos al máximo para lograrla, compramos los regalos perfectos, organizamos la comida familiar perfecta y elegimos la tarjeta de Navidad perfecta.

Sin embargo, nuestros esfuerzos nos dejan desanimados y decepcionados cuando no podemos concretar lo imaginado: dar un desganado «gracias» por el regalo escogido, parte de la comida que se quema, un error tipográfico en las tarjetas que enviamos, niños que se pelean por los juguetes y adultos que reviven antiguas discusiones.

No obstante, estas desilusiones deberían hacernos recordar el verdadero sentido y la gran importancia de la Navidad: el nacimiento de Jesús, el perfecto Hijo de Dios y Salvador, el único en quien podemos ser perfeccionados y justificados (Romanos 3:22).


La Navidad es necesaria porque, sin ella, nadie es ni puede ser todo lo que desea; ni siquiera por un mes, una semana o un día.

Si este año, tu celebración de Navidad está lejos de lo ideal, no te preocupes; deja que se convierta en un recordatorio de que la única manera de poder ser hechos «perfectos para siempre» (Hebreos 10:14) es vivir por fe en la justicia de Cristo.

¿Qué esperas de esta Navidad?

Concéntrate en el Señor Jesús !

Vivir por fe en la justicia de Cristo.

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NOVEDADES

¿Que significa Esfuerzate y se valiente, no temas ni desmayes?

Respuesta: Muchas veces a lo largo de nuestras vidas, cuando estamos mas cerca de la bendición que Dios tiene para nosotros, somos victimas del desanimo y olvidamos que Dios prometió no desampararnos nunca.  A propósito, las únicas personas que se desaniman son aquellas que luchan por algo grande.  El desanimo rara vez toca al corazón de la gente sin visión y sin metas, siendo el arma del enemigo para aquellos que saben lo que quieren. “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes.  Porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” Josué 1:7 Dios ha prometido estar contigo todos los dias de tu vida. En el libro de Josue, cuando el pueblo de Israel se preparaba para la conquista de Canaan, y entrar en la tierra prometida,  Dios le promete a Josuè que nunca lo desamparará y requiere de él de dos virtudes indispensables, el esfuerzo y la valentía.  Dios no ha cambiado hoy y requiere que sus hijos nos mantengamos en pie ...

No le des la espalda a Dios, por tu propio bien!

No te expongas al peligro, por tu propia voluntad Muchos sabemos lo que es estar en una situación difícil, cuesta arriba  o en una pendiente muy inclinada y resbaladiza, ya sea por agua, lodo,  hielo o cascajo suelto. Hace años atrás, hablaba con un amigo y hermano en cristo, acerca de las entonces dificultades y obstáculos que un cristiano suele enfrentar en su diario vivir. Cuando alguien usa estas palabras  «estoy en una situación difícil y no quiero fallarle a Dios»  para tratar de evitar un paso en falso, aunque sea pequeño, en una dirección peligrosa, entendemos muy bien la advertencia. Sentimos ansiedad por una decisión que, de pronto, podría colocarnos en un terreno perjudicial (peligroso). Muchos también sabemos que la Biblia describe los caminos resbaladizos en los que terminamos cuando deliberadamente le damos la espalda a Dios. El profeta Jeremías se refiere a aquellos que voluntariamente ignoran el peligro real, la palabra d...

¿Qué significa “pero yo y mi casa serviremos al Señor” en Josué 24:15?

La afirmación "Pero yo y mi casa serviremos al Señor" suele estar impresa en placas con las que se adornan los hogares de los cristianos de hoy.  Es una afirmación del compromiso de la familia de servir al Señor.  Esa lealtad familiar no es una aplicación incorrecta del texto, aunque tenía connotaciones ligeramente diferentes en la época de Josué. Por primera vez, Dios hizo un pacto con Israel en el Sinaí. Explicó lo que requería, y el pueblo dijo que lo haría.  Este tipo de pactos era común entre los vasallos y los soberanos de la época. El soberano se comprometía a proteger y mantener a los vasallos, y los vasallos se comportarían de manera que reflejaran un buen comportamiento hacia el soberano. Si los vasallos se rebelaban, el soberano se volvía contra ellos y los castigaba.  En el Sinaí, el soberano no es un rey humano, sino Dios mismo. Dios le dijo a Israel lo que esperaba de ellos (Éxodo 20-23), y luego el pueblo se comprometió a hacerlo (Éxodo 24). Por supues...