Hace poco, leí un artículo sobre qué es una gran obra de la literatura, que decía: «Te cambia. Cuando terminas de leer, eres una persona diferente».
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Según esta definición, la Palabra de Dios siempre entrará en la categoría de las grandes obras de la literatura. - Su lectura nos desafía a ser mejores.
- Las historias de sus héroes nos estimulan a ser valientes y perseverantes.
- Los libros sapienciales y proféticos nos advierten del peligro de seguir nuestros instintos pecaminosos.
- Dios inspiró a diversos autores para que escribieran salmos transformadores para nuestro beneficio.
- Las enseñanzas de Jesús modelan nuestro carácter para parecernos más a Él.
- Los escritos de Pablo orientan nuestra mente para una vida santa. El Espíritu Santo nos recuerda la Escritura para que se convierta en un poderoso agente de cambio.
LA LECTURA BÍBLICA ES COMUNIÓN CON DIOS
A continuación hay algunas ideas que le ayudarán en su comunión con Dios al leer la Biblia.
¿Por qué debemos leer la Biblia?
En primer lugar, leemos la Biblia para tener comunión con Dios. La Biblia es la Palabra de Dios para nosotros. No nos habla en voz alta; pero sí nos habla en el corazón a través de Su Palabra escrita. Si deseamos oír lo que Dios nos quiere decir en nuestros corazones, debemos leer la Biblia.
¿Cómo se lee la Biblia?
Léala en voz alta. Esto le ayudará a mantener su mente enfocada.
Tome tiempo para meditar en lo que está leyendo. No lea a prisa.
Hable con Dios. Hable con Él en cuanto a lo que está leyendo. Si no comprende algo, dígale y pídale que le ayude a comprender. Cuando usted lee algo que le es de ayuda, dígaselo a Dios y déle las gracias. Cuando lea algo maravilloso en cuanto a Dios, dígale en ese momento que es maravilloso.
Espere en Dios. Esto significa estar quieto y en silencio delante de Dios con su mente puesta en Él y en Su Palabra que acaba de leer.
¿Qué debe hacer después de leer?
Marque su Biblia. Cuando Dios le hable de manera especial, subraye esas palabras en su Biblia. Es Palabra de Dios para usted, es personal. La mejor manera de marcar su Biblia es con un lápiz de color. (Los bolígrafos, lapiceros, plumones y rotuladores suelen traspasar la hoja en la mayoría de las Biblias.)
Obedézcala. Haga lo que Dios le dice que debe hacer. Algunas veces Él nos muestra un pecado que necesitamos confesar. Otras veces nos enseña algo que debemos arreglar con otra persona. Obedezca pronto.
Comparta lo que lee. Comparta con otros las bendiciones que Dios le da al leer Su Palabra. Esto ayudará a los demás, y le ayudará también a usted.
El escritor del Salmo 119 amaba la Palabra de Dios por la influencia transformadora en su vida. Reconocía que lo hacía más sabio y entendido que sus maestros (v. 99) y lo guardaba del mal (v. 101).
Con razón, exclamó: «¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación» y «¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca» (vv. 97, 103).
Disfrutemos de las grandes obras de la literatura; en especial, ¡la Palabra de Dios que transforma vidas!
A continuación hay algunas ideas que le ayudarán en su comunión con Dios al leer la Biblia.
¿Por qué debemos leer la Biblia?
En primer lugar, leemos la Biblia para tener comunión con Dios. La Biblia es la Palabra de Dios para nosotros. No nos habla en voz alta; pero sí nos habla en el corazón a través de Su Palabra escrita. Si deseamos oír lo que Dios nos quiere decir en nuestros corazones, debemos leer la Biblia.
¿Cómo se lee la Biblia?
Léala en voz alta. Esto le ayudará a mantener su mente enfocada.
Tome tiempo para meditar en lo que está leyendo. No lea a prisa.
Hable con Dios. Hable con Él en cuanto a lo que está leyendo. Si no comprende algo, dígale y pídale que le ayude a comprender. Cuando usted lee algo que le es de ayuda, dígaselo a Dios y déle las gracias. Cuando lea algo maravilloso en cuanto a Dios, dígale en ese momento que es maravilloso.
Espere en Dios. Esto significa estar quieto y en silencio delante de Dios con su mente puesta en Él y en Su Palabra que acaba de leer.
¿Qué debe hacer después de leer?
Marque su Biblia. Cuando Dios le hable de manera especial, subraye esas palabras en su Biblia. Es Palabra de Dios para usted, es personal. La mejor manera de marcar su Biblia es con un lápiz de color. (Los bolígrafos, lapiceros, plumones y rotuladores suelen traspasar la hoja en la mayoría de las Biblias.)
Obedézcala. Haga lo que Dios le dice que debe hacer. Algunas veces Él nos muestra un pecado que necesitamos confesar. Otras veces nos enseña algo que debemos arreglar con otra persona. Obedezca pronto.
Comparta lo que lee. Comparta con otros las bendiciones que Dios le da al leer Su Palabra. Esto ayudará a los demás, y le ayudará también a usted.
El escritor del Salmo 119 amaba la Palabra de Dios por la influencia transformadora en su vida. Reconocía que lo hacía más sabio y entendido que sus maestros (v. 99) y lo guardaba del mal (v. 101).
Con razón, exclamó: «¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación» y «¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca» (vv. 97, 103).
Disfrutemos de las grandes obras de la literatura; en especial, ¡la Palabra de Dios que transforma vidas!
Oremos:
"Señor, ayúdame a poner en práctica tu Palabra. Y que mi vida ya no sea igual"
"Señor, ayúdame a poner en práctica tu Palabra. Y que mi vida ya no sea igual"
El Espíritu de Dios
utiliza la Palabra de Dios
para transformar al pueblo de Dios.
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