Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

"¿Qué dice la Biblia sobre la posesión demoníaca? ¿Es eso posible aún en la actualidad?"

Respuesta: La Biblia da varios ejemplos de personas que fueron poseídas o influenciadas por demonios. 

De estos relatos, podemos conocer algunos síntomas de influencia demoníaca, así como adquirir conocimiento de cómo un demonio posee a alguien. 


En algunos de estos pasajes, la posesión demoníaca causaba problemas físicos, tales como inhabilidad para hablar, síntomas de epilepsia, ceguera, etc. 

En otros casos causaba que el individuo actuara con maldad; Judas sería el mejor ejemplo. 

En Hechos 16:16-18, un espíritu aparentemente daba a la joven esclava la habilidad de saber cosas más allá de su propio entendimiento.

En el caso del endemoniado gadareno que estaba poseído por una multitud de demonios, tenía una fuerza sobrehumana, andaba desnudo y vivía entre los sepulcros. 

Dios permitió que el rey Saúl, después de haberse rebelado contra Él, fuera atormentado por un espíritu maligno (1 Samuel 16:14-15: 18:10-11; 19:9-10) con el efecto aparente de un estado de ánimo depresivo y un creciente deseo y disposición de matar a David.

Por consiguiente, hay una amplia variedad de posibles síntomas de una posesión demoníaca, tales como un deterioro físico que no pueda ser atribuido a la presencia de un problema psicológico - cambios de personalidad tales como una fuerte depresión o una inusual agresividad, fuerza sobrenatural, una indiferencia por el pudor o una interacción social “normal”, y quizá la habilidad de compartir información de la que no hay manera natural de conocer.

Es importante notar que casi todas, si no todas estas características, pueden tener otras explicaciones, así que es importante no etiquetar a cada persona deprimida, o individuo epiléptico como poseídos por demonios. 

Por otro lado, pienso que en nuestra cultura, probablemente no tomamos muy en serio la actividad satánica en las vidas de la gente.

Adicionalmente a estas características físicas o emocionales, uno también puede ver actitudes espirituales que muestran influencia demoníaca. 

Estas pueden incluir una resistencia a perdonar (2 Corintios 2:10-11) y la creencia y propagación de falsa doctrina, especialmente concerniente a Jesucristo y Su obra redentora (2 Corintios 11:3-4, 13-15; 1 Timoteo 4:1-5; 1 Juan 4:1-3).

En lo concerniente a la implicación de demonios en las vidas de cristianos, el apóstol Pedro es una ilustración del hecho de que un creyente puede ser INFLUENCIADO por un demonio (Mateo 16:23). 

Algunos se refieren a cristianos que están bajo una FUERTE influencia demoníaca como “endemoniados”, pero no existe ningún ejemplo en la Escritura de un creyente en Cristo que haya sido POSEÍDO por un demonio, y casi todos los teólogos creen que un cristiano NO PUEDE ser poseído, porque tiene al Espíritu Santo morando dentro de él (2 Corintios 1:22; 5:5; 1 Corintios 6:19).

No se nos dice exactamente cómo se expone uno mismo a ser poseído. Si el caso de Judas es representativo, él abrió su corazón al mal (en su caso por su avaricia – Juan 12:6). 

Así es posible que si uno permite que su corazón sea gobernado por algún pecado habitual... se convierta en una invitación para que un demonio entre.

De acuerdo a la experiencia misionera, las posesiones demoníacas también parecen estar relacionadas con la adoración de ídolos paganos y la posesión de objetos del ocultismo. 

La Escritura repetidamente relaciona la adoración de ídolos con la adoración a los mismos demonios (Levíticos 17:7; Deuteronomio 32:17; Salmo 106:37; 1 Corintios 10:20), así que no sería sorprendente que el involucrarse con esas religiones y prácticas asociadas con esos cultos pueda conducir a la posesión demoníaca.

Por todo esto, es mi opinión, que basándome tanto en los anteriores pasajes de la Escritura como en algunas de las experiencias de misionero, que mucha gente abre sus vidas a la invasión demoníaca, al abrazar algún pecado o a través de involucrarse en una secta (ya sea consciente o inconscientemente). 

Los ejemplos pueden incluir inmoralidad; abuso de drogas y/o alcohol, al alterar éstos el estado de conciencia; rebelión; amargura; meditación trascendental, etc. 

En nuestra cultura, podemos ver un incremento en la enseñanza de religiones bajo la apariencia del movimiento de la “nueva era.”

Hay algo que no debe ser olvidado. Satanás y sus huestes del mal no pueden hacer nada a nadie, a menos que tengan el permiso de Dios (Job 1, 2). 

Y siendo este el caso, aunque Satanás crea que está alcanzando sus propios propósitos, realmente está cumpliendo los buenos propósitos de Dios.... aún en el caso de la traición de Judas. 

Algunas personas desarrollan una insana fascinación por el ocultismo y la actividad demoníaca. 

Esto es poco inteligente y antibíblico. 

Si nosotros seguimos a Dios con nuestras vidas; nos vestimos con Su armadura y dependemos de Su fuerza (no la nuestra) (Efesios 6:10-18), no tenemos nada que temer de las fuerzas del mal, porque 

¡Dios gobierna sobre todas ellas!






Follow on Facebook TBM-Missions:  https://www.facebook.com/roberto.bonillacea
Sitio Web Dedicado a Video: TBM-Missions TV 201012

Comentarios

NOVEDADES

"¿Debe o no, una iglesia dar el diez por ciento de las ofrendas que recibe?"

"¿Qué dice la Biblia acerca del diezmo?" Diezmar / ofrendar debe ser un gozo, una bendición.  Tristemente, casi nunca es ese el caso en la iglesia de hoy. Diezmar es un asunto con el que muchos cristianos luchan dia a dia. En muchas iglesias locales ponen demasiado énfasis en diezmar. Al mismo tiempo, muchos cristianos rehúsan someterse a la exhortación bíblica tocante a ofrendar al Señor. Diezmar es un concepto del Antiguo Testamento. El diezmo era un requisito de la ley en la cual todos los Israelitas ofrendaban al tabernáculo / templo el 10% de todo lo que ganaban y hacían crecer ( Levítico 27:30; Números 18:26; Deuteronomio 14:23; 2 Crónicas 31:5 ).  El Nuevo Testamento en ninguna parte ordena, o aún recomienda que los cristianos se sometan a un sistema legalista de diezmar.  Pablo declara que los creyentes deberían apartar una porción de sus ingresos a fin de dar soporte a la iglesia ( 1 Corintios 16:1-2 ). El Nuevo Testamento en ningún lugar señala un cierto porcent...

El Señor nos oye en el día de angustia

Que el Señor te oiga en momentos de angustia; que te defienda el Nombre, el Dios de Jacob. (Salmo 20:1) Cuando todo parece desmoronarse y nuestras almas están abatidas, hay una promesa que brilla como la luz en la oscuridad: el Señor nos escucha en el día de la angustia. Este breve, pero profundo versículo, revela el corazón de un Dios que no es indiferente a nuestro sufrimiento. Él no se limita a observar desde lejos, sino que inclina sus oídos al clamor sincero de quienes lo buscan. El salmista habla con certeza: «Que el Señor te oiga…». Nos reconforta saber que no estamos solos cuando el miedo llama a la puerta, cuando los planes fallan o cuando se nos acaban las fuerzas. La oración, en este contexto, no es un acto religioso vacío, sino un encuentro con el Dios vivo, que nos ayuda, nos protege y nos fortalece. Y todavía hay más: «que te defienda el Nombre, el Dios de Jacob». El nombre de Dios no es solo un título. Es una expresión de su carácter, su fidelidad, su pacto. El ...

Eres un canal de bendición para tu prójimo

Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16) ¿Alguna vez te has parado a pensar en el impacto que tu vida tiene en las personas que te rodean? A menudo creemos que para marcar la diferencia necesitamos hacer grandes cosas, pero la verdad es que cada acto de amor y generosidad cuenta. Una sonrisa, una palabra de aliento o un simple gesto de ayuda pueden transformar el día de alguien. Dios nos ha llamado a ser canales de bendiciones. Él nos da talentos, recursos y oportunidades para compartir con los demás. Cuando tendemos la mano a los necesitados, reflejamos el amor de Cristo y difundimos esperanza. Nuestra vida adquiere un propósito mayor cuando dejamos de mirar solo nuestras propias necesidades y empezamos a ver a los demás con compasión. Incluso en tiempos difíciles, puedes ser un instrumento de Dios. Tal vez una palabra reconfortante tuya sea justo lo que alguien necesita escuchar. Ayudar no es solo dar algo material...