Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

RUT, Estudio Bíblico

INTRODUCCIÓN

El libro de Rut (=Rt) es una obra maestra del arte narrativo y una especie de oasis o remanso en el clima de violencia característico de la época de los “caudillos” (véase Rt 1.1-2 nota a ). 

La figura central del libro es una joven de Moab, viuda de un israelita, que se manifiesta extraordinariamente leal a su suegra y adopta como suyos al pueblo y al Dios de Israel (1.16-17). 

El encanto y audacia de Rut atraen la atención de un pariente cercano llamado Booz, que se casa con ella conforme a las leyes y costumbres vigentes en aquel tiempo y en aquel medio social. 

El primer hijo nacido de ese matrimonio lleva el nombre de familia del marido difunto, y así queda asegurada la supervivencia de la familia y del nombre familiar (4.10; cf. 1.11-13).

La fisonomía de los tres principales personajes del relato presenta rasgos bien definidos. 

Noemí es la mujer lúcida y generosa (cf. 1.8-9) que sabe dar el consejo adecuado en el momento oportuno (cf. 3.1-4), y que alcanza a ver cumplidos sus deseos después de haber bebido la copa de amargura que fue la muerte de su esposo y de sus dos hijos (cf. 1.20). 

Booz, el propietario del campo, es bondadoso con sus servidores, lleno de afecto con la joven moabita y leal y decidido cuando llega el momento de cumplir con su deber y de hacer valer sus derechos (cf. 3.10-13; 4.3-4). 

Rut, la heroína del relato, reúne en su persona las más hermosas cualidades: cariñosa y amable, activa y emprendedora, audaz hasta poner en peligro su honor con tal de perpetuar el nombre de su difunto esposo (cf. 3.10) y, por último, madre feliz de un niño que legalmente debía ser considerado hijo de Noemí (4.17).

Además, la parte final del libro (4.18-22) incluye una lista genealógica que menciona a Booz entre los antepasados del rey David. 

Es decir que Rut, la moabita, por su matrimonio con Booz llegó a ser bisabuela de David, y quedó así integrada en una genealogía que culmina con el nacimiento de Jesús (cf. Mt 1.5). 

De este modo, la aparición de una mujer extranjera en tan ilustre genealogía muestra que Dios no hace distinción de personas cuando se tiene fe en él y se cumple su voluntad.

La historia de Rut tiene como escenario principal una pequeña aldea, y los episodios relatados en el libro no sobrepasan el cuadro de los sencillos hechos cotidianos. 

Sin embargo, la atmósfera que en él se respira se impone a toda forma de racismo o de nacionalismo estrecho. 

Ya la vinculación de la historia de Rut y Booz con la genealogía de David confiere al relato una dimensión y un interés nacionales. 

Pero, más profundamente todavía, la incorporación de una moabita al pueblo del Señor (cf. Dt 23.3-6) refleja un espíritu universalista que solamente sería superado con la aparición del Nuevo Testamento (cf. Mt 28.16-20;Hch 1.8).

En la versión griega de los Setenta (LXX), el libro de Rut viene después del libro de los Jueces, sin duda a causa de la indicación cronológica que figura al comienzo de la narración (Rt 1.1-2). 

Pero la Biblia hebrea lo incluye entre los Escritos, es decir, en la tercera y última parte del canon. 

Esta ubicación, y otros indicios diseminados a lo largo del libro (véase, por ejemplo, 4.7 n.), parecen indicar que el relato recibió su forma definitiva en una época más bien tardía, después del exilio babilónico. 

Por tanto, en él se percibe una velada protesta contra las medidas excesivamente rigoristas en lo relativo al matrimonio de judíos con mujeres extranjeras (cf. Esd 9–10; Neh 13.23-27).

El siguiente esquema ofrece una visión sinóptica del contenido del libro:

La familia de Elimélec en Moab (1.1-5)

Noemí y Rut van a Belén (1.6-22)

Rut en el campo de Booz (2)

La bondad de Booz (3)

Boda de Rut y Booz (4.1-17)

Los antepasados de David (4.18-22)






Follow on Facebook TBM-Missions:  https://www.facebook.com/roberto.bonillacea

Sitio Web Dedicado a Video: TBM-Missions TV

Comentarios

NOVEDADES

Valoriza las pequeñas cosas

Pero ustedes, ¡manténganse firmes y no bajen la guardia, porque sus obras serán recompensadas! (2 Crónicas 15:7) Muchas veces dejamos de avanzar porque nos da la sensación de que no progresamos. Ignoramos ciertas cosas y solo les damos valor cuando las perdemos. Por eso, es importante que valoricemos los pequeños avances, que continuemos trabajando y creyendo en la Palabra de Dios. Con Dios, lo poco llega a ser mucho. No te quedes desanimado, fortalécete en Dios. Cuando no valorizamos lo poco dejamos de alcanzar grandes bendiciones. Quien es fiel en lo poco, también será fiel en lo mucho (Lucas 16:10). Piensa en eso. No tardarás en ver la recompensa de tu fe. 🤲 ¡Un momento! Antes de continuar, únete a nuestro canal y recibe una palabra de ánimo cada día. 📲 Recibe su Palabra en tu WhatsApp. Únete ahora Sé fuerte y dale valor a los detalles Si te levantaste hoy de la cama después de una buena noche de descanso, dale las gracias a Dios. Él nos cuida hasta cuando no nos damos cuenta de s...

¿Siervo o Señor?

Porque, ¿quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre ustedes como uno que sirve. (Lucas 22:27)  El más importante entre ustedes será siervo de los demás. (Mateo 23:11)  ¿Qué prefieres: servir o ser servido? Probablemente, muchos contestaríamos que nos gustaría ser servidos. Tal vez estemos cansados de las muchas tareas diarias y deseosos de tener un momento de relax en el que otra persona nos sirva mientras descansamos. Sí, está bien recibir cosas buenas, pero no es bueno que nos enfoquemos en eso. El problema real reside en que lleguemos a considerar a Dios como un recadero que debe estar siempre listo para traer lo que solicitamos...  Alguien dijo una vez que «quien no vive para servir no sirve para vivir». El hecho es que servir es un acto de dar. Con las actividades diarias, durante nuestro trabajo, con actitudes de gentileza y con buenas acciones, servimos y somos servidos.  ...

Eres heredero del Rey de reyes

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. (Romanos 8:16-17) ¿Te has parado alguna vez a pensar en lo que significa ser heredero del Rey de reyes? No hablamos de una herencia terrenal, compuesta por posesiones que se desgastan con el tiempo. Hablamos de una herencia eterna e incorruptible, reservada en el cielo para quienes han sido hechos hijos de Dios por medio de Jesucristo. Al aceptar a Cristo como tu Señor y Salvador, no solo has recibido el perdón de tus pecados, sino que también has sido adoptado en la familia real de Dios. Esto significa que tu identidad ha cambiado: ahora eres hijo del Altísimo y, como hijo, también eres heredero de las promesas del Padre. Esta herencia no se limita al futuro. Ahora mismo, puedes vivir como heredero del Rey. Esto significa vivir con autoridad espir...