Respuesta: Este es un punto importante a considerar en el matrimonio y también en la vida diaria. Dios ideó el hecho de la sumisión en Génesis. En el principio, como no había pecado, el hombre no tenía una autoridad a quien obedecer, excepto la autoridad de Dios.
La sumisión bíblica está diseñada para ser
entre dos creyentes llenos del Espíritu, quienes se entregan mutuamente uno al otro y a Dios. La sumisión es una calle de dos sentidos. La sumisión es una posición de honor y plenitud.
Cuando una esposa es amada como Cristo ama a la iglesia, la sujeción no es difícil. Efesios 5:24 dice, “... como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.”
Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, el pecado entró en el mundo y entonces fue necesaria la autoridad. Por lo tanto, Dios estableció la autoridad necesaria para reforzar las leyes de la tierra y además proveernos con la protección que necesitamos.
Primero, debemos sujetarnos a Dios, lo cual es la única manera en que realmente podemos obedecerle (Santiago 1:21 y Santiago 4:7). En 1 Corintios 11:2-3, encontramos que el esposo está sujeto a Cristo, como Cristo lo estuvo a Dios. Entonces los versos dicen que la mujer debe seguir su ejemplo de sujeción a su esposo. Otro versos acerca de la sumisión de Cristo a Dios, se encuentran en Mateo 26:39 y Juan 5:30. La sumisión es la respuesta natural a un liderazgo amoroso. Cuando un esposo ama a su esposa como Cristo ama a la iglesia (Efesios 5:25-33), entonces la sumisión es una respuesta natural de la esposa hacia su esposo.
La palabra griega traducida como someterse (Hupotasso) es la forma continua del verbo. Significa que el someternos a Dios, a nuestros líderes y a nuestro esposo no es una decisión de una vez. Es una actitud continua en nuestras mentes, que llega a convertirse en un patrón de conducta. La sumisión de la que se habla en Efesios 5, no se refiere a una sujeción unilateral de un creyente para ser dominado egoístamente por la otra persona.
La sumisión bíblica está diseñada para ser
entre dos creyentes llenos del Espíritu, quienes se entregan mutuamente uno al otro y a Dios. La sumisión es una calle de dos sentidos. La sumisión es una posición de honor y plenitud.
Cuando una esposa es amada como Cristo ama a la iglesia, la sujeción no es difícil. Efesios 5:24 dice, “... como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.”
Este verso está diciendo que la esposa debe sujetarse a su esposo en todo lo que es correcto y legítimo. Por lo tanto, la esposa no está obligada a desobedecer la ley o descuidar su relación con Dios. La mujer fue formada de una costilla de Adán; no fue tomada de su cabeza para que gobierne sobre él, tampoco fue formada de sus pies para ser pisoteada por él, sino que fue tomada de su costado, para ser igual a él, bajo su brazo para ser protegida y cerca de su corazón para ser amada.
El mandato “someteos” en Efesios 5:21, es la misma palabra usada en 5:22. Los creyentes deben someterse unos a otros en reverencia a Cristo. Los versos 19-21, son todos el resultado de estar llenos del Espíritu Santo (5:18). Los creyentes llenos del Espíritu son adoradores (5:19), agradecidos (5:20), y sumisos (5:21). Pablo entonces, sigue su línea de pensamiento del vivir con la llenura del Espíritu y la aplica a los esposos y esposas en los versos 22-33.
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