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Tránslate / Traducción

"¿Qué dice la Biblia acerca del sexo antes del matrimonio / relaciones prematrimoniales?"

Respuesta; En términos bíblicos, la inmoralidad sexual es toda relación sexual extramatrimonial (incluyendo la prematrimonial).

Dios ha hablado por medio de la ley y su norma es clara: las relaciones sexuales fuera del matrimonio están mal.

El precepto es claro:
«Que os abstengáis de… fornicación» (Hch 15:29).
«Huid de la inmoralidad sexual» (1 Co 6:18).

«Ni practiquemos la inmoralidad sexual» (1 Co 10:8).

«Pero la inmoralidad sexual y toda impureza o avaricia no se nombren más entre vosotros, como corresponde a santos» (Ef 5:3).

«Por lo tanto, haced morir lo terrenal en vuestros miembros: fornicación, impureza, bajas pasiones, malos deseos y la avaricia» (Col 3:5)

«Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que os apartéis de inmoralidad sexual» (1 Tes 4:3).

Dios ha remarcado repetidamente esta norma. 

Los habitantes de Sodoma y Gomorra fueron destruidos por su pecado «grave», que incluía la inmoralidad sexual desenfrenada.

El pecado sexual del rey David con Betsabé resultó en el juicio de Dios; David sufrió dolor y pena indecibles como resultado de su inmoralidad.

El apóstol Pablo atribuye la muerte de veintitrés mil israelitas a su «inmoralidad sexual» (1 Co 10:8).

La Biblia dice que «estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros (1 Co 10:6), para comunicar que «los preceptos de Jehová son rectos» (Sal 19:8). 

Una y otra vez Dios ha enfatizado el precepto de que os apartéis de la inmoralidad sexual» (1 Tes 4:3).

Principio; La ley de Dios que prohíbe la inmoralidad sexual no se basa en un deseo de quitarnos nuestra libertad o arruinar nuestra diversión, se basa en un principio universal y eterno; el mandamiento negativo expresa un principio positivo. 

El mandamiento bíblico, «huid de la inmoralidad sexual», se basa en por lo menos tres principios fundamentales: amor, pureza y fidelidad.

La norma bíblica del sexo es una norma de amor:

La palabra amor es como el contorno de un dibujo en un libro para colorear; no tiene contenido. 

La ley le da contenido al amor; los mandamientos completan la imagen.

Según la Biblia, el amor se evidencia cuando la felicidad, la salud y el crecimiento espiritual de otra persona importan tanto como los propios. 

La Palabra de Dios registra el mandamiento «ama a tu prójimo como a ti mismo»; no manda que amemos al prójimo más que a nosotros mismos. 

Hemos de amar a Dios más de lo que nos amamos a nosotros mismos, pero hemos de amar a nuestro prójimo o a nuestro cónyuge como nos amamos a nosotros mismos.

Pero el problema es que nuestros jóvenes están partiendo de un concepto equivocado del amor. 

Por ejemplo, el 46% de nuestros jóvenes dicen que es más probable que tengan relaciones sexuales fuera del matrimonio si están enamorados de la otra persona. 

De hecho, el 77% de nuestros jóvenes que ya han tenido relaciones sexuales 

—y el 78% de aquellos que consideran que las relaciones sexuales prematrimoniales son moralmente aceptables

— dice que el «amor» haría que fuera más probable que tuvieran relaciones sexuales.

En la mente de nuestros jóvenes, el amor hace que las relaciones sexuales estén «bien». 

Creen que el amor verdadero convierte las relaciones sexuales en algo perfectamente moral, hasta hermoso.

Creo que, en ese sentido, tienen razón; el amor es la norma bíblica para el sexo. 

El problema, como ya hemos dicho, es la norma falsa del amor de nuestros jóvenes, la que dice que el amor permite las relaciones sexuales sin límites, fuera de la definición de Dios sobre el amor.

Respuesta; 

Lado Biblia promueve la abstinencia antes del matrimonio. 

El sexo antes del matrimonio es tan malo como el adulterio y otras formas de inmoralidad sexual, porque todos ellos involucran tener sexo con alguien con quien no se está casado. 

El sexo entre un esposo y su esposa es la única forma de relación sexual que Dios aprueba (Hebreos 13:4).

El sexo antes del matrimonio se ha vuelto tan común por muchas razones. 

A menudo nos concentramos en el aspecto de “recreación” del sexo, sin reconocer el aspecto de “re-creación”. 

Sí, el sexo es agradable.

Dios lo diseñó de esa manera. 

El quiere que los hombres y las mujeres disfruten de la actividad sexual (dentro de los límites del matrimonio). 

Sin embargo, el propósito primario del sexo no es el placer, sino más bien la reproducción.

Dios no declaró ilegal el sexo fuera del matrimonio para quitarnos el placer, sino para protegernos de embarazos no deseados y de niños nacidos de padres que no los desean o no están preparados para ellos.

Imagínense cuán mejor sería nuestro mundo si fuera seguido el patrón de Dios para el sexo: menos transmisión de enfermedades sexuales, menos madres solteras, menos embarazos no deseados, menos abortos, etc.

La abstinencia es la única norma de conducta de Dios cuando se trata del sexo antes del matrimonio. 

La abstinencia salva vidas, protege a los bebés, da el valor adecuado a las relaciones sexuales, y lo más importante, honra a Dios.

¿Qué significa la unión libre?

Es una pareja que mantiene una relación en unión libre cuando convive y comparte una relación marital, pero sin haber contraído matrimonio según los requisitos de la ley.

La cohabitación o unión libre es muy común, tanto en parejas heterosexuales como en relaciones de personas del mismo sexo.

¿Que se entiende por concubinato?

Es la unión de hecho en la que interviene sólo la voluntad de las partes sin que medie ninguna formalidad para su constitución; así, al entenderse esta figura como una situación de hecho con ciertas consecuencias jurídicas, se considera que de la misma forma puede darse por terminado, pues los concubinos ...

¿Qué es el matrimonio?

El artículo 102 del Código Civil define el matrimonio como:
 
“Un contrato solemne por el cual un hombre y una mujer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, con el fin de vivir juntos, de procrear, y de auxiliarse mutuamente”.

El amor verdadero, según la definición de Dios, tiene límites claros para las relaciones sexuales. 

El principio del amor verdadero requiere que la felicidad, la salud y el crecimiento espiritual de la otra persona nos importen tanto como los nuestros antes de que el amor justifique las relaciones sexuales.

Frecuentemente les digo a los jóvenes que creo que «el amor lo justifica».  

Esa declaración invariablemente evoca miradas extrañadas, especialmente entre los adultos del público. 

Así que paso rápidamente a aclarar el principio del «amor verdadero».

Digo:

«¿Esperan que el amor verdadero produzca intimidad? 

¿Esperan que resulte en un acercamiento y una conexión, una fusión de dos personas?

» El público inevitablemente responde con gestos de afirmación.

Continúo:
«¿Esperan que el amor verdadero sea generoso y confiado, un amor que los envuelve en sus brazos y dice: “No importa lo que pase yo te amaré”?

»Nuevamente las cabezas asienten y la gente sonríe demostrando su conformidad con entusiasmo.

Sigo:
«¿Opinan que el amor verdadero es seguro, leal y eterno?»

Sin excepción, el público está de acuerdo con ese principio del «amor verdadero».

Efesios 5:28 nos ayuda a entender aun más el principio bíblico del amor: «De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. 

El que ama a su esposa, a sí mismo se ama» 

¿Qué significa amar a nuestro propio cuerpo como manda la Escritura? 

El próximo versículo explica: 

«Porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo, más bien, lo sustenta y lo cuida, tal como Cristo a la iglesia» (énfasis añadido).

El principio del amor de Dios significa valorar la felicidad, la salud y el crecimiento espiritual de otra persona tanto como la felicidad, la salud y el crecimiento espiritual propios.

La norma bíblica del sexo es una norma de pureza: 

«Honroso es para todos el matrimonio, y pura la relación conyugal; pero Dios juzgará a los fornicarios y a los adúlteros» (Heb 13:4). 

La norma de Dios para el sexo demanda que la relación sexual sea pura y hermosa. 

Dios diseñó el sexo para ser disfrutado en la relación marido-mujer, para la procreación (Gn 1:28), para la unidad espiritual (Gn 2:24) y para la unidad espiritual (Gn 2:24) y para la recreación (Prv 5:18, 19). 

El propósito es de formar un círculo perfecto, una unión pura: dos vírgenes que entran en una relación exclusiva.

Ese círculo, esa unión, puede romperse incluso antes del matrimonio, si uno o ambos compañeros no mantienen el lecho matrimonial puro no esperando a tener relaciones sexuales hasta poder hacerlo en la  pureza de la relación marido-mujer.

La norma bíblica del sexo también es una norma de fidelidad: 

«Amor y Lealtad se han dado cita» dice la Biblia (Sal 85:10 BJ). 

En términos prácticos, esto significa que la norma bíblica sobre el sexo requiere el compromiso de dos personas de permanecer fieles la una a la otra. Por eso el matrimonio es central en la sexualidad según las normas bíblicas, porque une a dos personas en un compromiso de por vida. 

Si el acto del amor ha de producir la intimidad emocional, física y espiritual para la cual fue diseñado, debe estar comprometido,  
debe ser fiel.

Los preceptos de Dios en cuanto a la sexualidad humana se basan en los principios bíblicos del amor, la pureza y la fidelidad. 

A su vez, esos principios reflejan la persona de Dios mismo.





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