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Tránslate / Traducción

El poder del evangelio. SALVACIÓN POR LA FE (ROMANOS 1.16--11.36).

Advertencia al que peca deliberadamente.

El evangelio, es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramenten y también del griego, pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe: «Mas el justo por la fe vivirá».

La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad,   porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó:

Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas.

La culpabilidad de la humanidad. 

Por lo tanto, no tienen excusa, ya que, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias.  

Al contrario, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. 

Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

Por lo cual, también los entregó Dios a la inmundicia, en los apetitos de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. 

Del mismo modo también los hombres, dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzoso hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no deben. Están atestados de toda injusticia, fornicación,a perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y perversidades. 

Son murmuradores, calumniadores, enemigos de Dios, injuriosos, soberbios, vanidosos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia. 

Esos, aunque conocen el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 

El que viola la Ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.

¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisotee al Hijo de Dios, y tenga por inmunda la sangre del pactos en la cual fue santificado y ofenda al Espíritu de gracia? 

Pues conocemos al que dijo: «Mía es la venganza, yo daré el pago» --dice el Señor--. 

Y otra vez: «El Señor juzgará a su pueblo». ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis un fuerte y doloroso combate; por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo, y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante: porque de los presos también os compadecía Teis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos. 

No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene una gran recompensa, pues os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. 

« Porque aún un poco y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; pero si retrocede, no agradará a mi alma». 

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

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