Aportacion de: Ben Ayala A comienzos del 2000, Ricardo Oliveira era uno de los delanteros más codiciados del fútbol mundial. Jugó en España, en el Valencia, el Betis y el Zaragoza; y en Italia, en el Milan. Cuando Ricardo era niño (tenía ocho años), su padre murió, así que tuvo que ganarse la vida vendiendo lo que encontraba en la basura por la calle. No tiene amigos de la infancia, porque todos los niños que jugaban con él murieron por enfermedades o debido a las drogas. Los más «afortunados» fueron a parar a las cárceles del Estado. Ricardo siempre dice que la diferencia en su vida la hizo Dios. Muchos de sus compañeros adolescentes rechazaron el mensaje del evangelio, a pesar de vivir en lugares dónde las personas sabían lo que Jesucristo podía hacer. «Es tiempo de buscar al Señor, hasta que Él venga y traiga lluvia de salvación sobre nosotros» ( Oseas 10:12 ). Este es el versículo clave del libro del profeta Oseas, y hoy puede ser también la promesa clave en tu vid...
On Line... Proclamar, enseñar, evangelizar, discipular, ganar y capacitar. Sin almas ganadas, no hay nadie para enseñar.