Aportacion de: Ben Ayala
La música está profundamente arraigada en nuestra alma. Y, para los seguidores de Cristo, es un medio maravilloso de alentarnos unos a otros en el sendero de la fe.
Pablo exhortó a los creyentes de Colosas:
«La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales» (Colosenses 3:16).
Cantar juntos al Señor incorpora el mensaje de su amor en nuestra mente y corazón, y ejerce un poderoso ministerio de enseñanza y estímulo.
Ya sea que nuestro interior clame angustiado: «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio» (Salmo 51:10).
O que exclame con gozo: «El reinará por los siglos de los siglos» (Apocalipsis 11:15), el poder de la música que exalta a Dios eleva nuestro espíritu y nos da paz.
O que exclame con gozo: «El reinará por los siglos de los siglos» (Apocalipsis 11:15), el poder de la música que exalta a Dios eleva nuestro espíritu y nos da paz.
Cantemos hoy al Señor !
Oremos:
"Gracias, Señor, por la música,
y por poder alabarte cantando."
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Adorarte
Solo Creo en Ti
Te Vere
El Volvera
Necesito de Ti
Tu Felicidad
Señales
Siento Tu Presencia
Te Abrazo
Guiame Jesus
Prefiero a Mi Cristo
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