Ir al contenido principal

Tránslate / Traducción

Más de lo Merecido / More Than We Deserve

Aportacion de: Ben Ayala
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
A veces, cuando la gente me pregunta cómo estoy, respondo: «Mejor de lo que merezco». Recuerdo que una persona bienintencionada me dijo:
«Ay, no, Ben, mereces mucho»; a lo cual contesté:
«En realidad, no».
Pensaba en lo que de verdad merezco: el juicio divino.

Fácilmente, olvidamos la pecaminosidad que yace en lo profundo de nuestro ser. Al creernos más de lo que somos, disminuye nuestro sentido de profunda deuda a Dios por su gracia. Olvidamos el precio que pagó para rescatarnos.

¡Es hora de recapacitar! Como nos recuerda el salmista, Dios «no ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados» (Salmo 103:10). Si consideramos quiénes somos a la luz de un Dios santo y justo, lo único que merecemos de verdad es el infierno, y el cielo es una imposibilidad absoluta… si no fuera por el regalo del sacrificio de Cristo en la cruz. Si Dios no hiciera nada más después de habernos redimido, ya habría hecho mucho más de lo que merecemos. Con razón el salmista declara: «… como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen» (v. 11).

Si somos conscientes de nuestra verdadera condición, no podemos evitar decir: «¡Sublime gracia del Señor!». ¡Nos da tanto más de lo que merecemos!


Señor, gracias por NO tratarme según

a mis pecados. Estoy en deuda por el amor y

gracia demostrada en la cruz para

comprar mi perdón - mucho más allá de lo que me merezco!

Si Dios no hace nada más después de redimirnos, ya hizo mucho más de lo que merecemos.
********************************
 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Sometimes when people ask how I’m doing, I reply, “Better than I deserve.”
I remember a well-meaning person responding, “Oh no, Ben, you deserve a lot,”
to which I replied, “Not really.”
I was thinking about what I truly deserve— God’s judgment.

We easily forget how sinful we are at the core of our being. Thinking of ourselves more highly than we should diminishes our sense of deep indebtedness to God for His grace. It discounts the price He paid to rescue us.

Time for a reality check! As the psalmist reminds us, God “has not dealt with us according to our sins, nor punished us according to our iniquities” (Ps. 103:10). Considering who we are in light of a holy and just God, the only thing we truly deserve is hell. And heaven is an absolute impossibility—except for the gift of Christ’s sacrifice on the cross. If God never does anything more than redeem us, He has already done far more than we deserve. No wonder the psalmist says, “As the heavens are high above the earth, so great is His mercy toward those who fear Him” (v.11).

Knowing ourselves for what we are, we can’t help but say, “Amazing grace, how sweet the sound!” He gives us so much more than we deserve.


Lord, thank You for NOT dealing with me according

to my sins. I am indebted to You for the love and

grace that You demonstrated on the cross to

purchase my pardon and forgiveness—far beyond what I deserve!
 
If God never does anything more than redeem us, He has already done far more than we deserve.
 

Comentarios

NOVEDADES

LA UNIDAD DE EL CRISTIANO: Estudio Bíblico

¿CON QUÉ AUTORDAD? “Mas no ruego sólo por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como tu, oh Padre, estas en mi y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tu me enviaste” ( Hechos 17:20-21 , LBLA). INTRODUCCIÓN Este pasaje del evangelio según Juan capitulo 17:20-21 muestra claramente cuál es la voluntad de Dios en cuanto a la clase de unidad que Dios desea de los creyentes. Animo a todos los lectores a que presten mucha atención a este tema ya que es uno de mucha importancia. Les animo a que practiquen los siguientes tres pasajes Bíblicos ( Hechos 17:11; 1 Tesalonicenses 5:21 & 1 Juan 4:1 ). Espero que después que haya leído estos pasajes usted crea lo que dice la Biblia y no lo que yo digo. Lo que siempre debe de importarnos es lo que dice Dios y no lo que los hombres, y sus doctrinas enseñan. La unidad del cristiano es un tema muy importante a considerar. Dios desea que Su pueblo este...

No le des la espalda a Dios, por tu propio bien!

No te expongas al peligro, por tu propia voluntad Muchos sabemos lo que es estar en una situación difícil, cuesta arriba  o en una pendiente muy inclinada y resbaladiza, ya sea por agua, lodo,  hielo o cascajo suelto. Hace años atrás, hablaba con un amigo y hermano en cristo, acerca de las entonces dificultades y obstáculos que un cristiano suele enfrentar en su diario vivir. Cuando alguien usa estas palabras  «estoy en una situación difícil y no quiero fallarle a Dios»  para tratar de evitar un paso en falso, aunque sea pequeño, en una dirección peligrosa, entendemos muy bien la advertencia. Sentimos ansiedad por una decisión que, de pronto, podría colocarnos en un terreno perjudicial (peligroso). Muchos también sabemos que la Biblia describe los caminos resbaladizos en los que terminamos cuando deliberadamente le damos la espalda a Dios. El profeta Jeremías se refiere a aquellos que voluntariamente ignoran el peligro real, la palabra d...

No confundas los desafíos con derrotas

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33) En la vida es común enfrentar momentos en los que todo parece desmoronarse. Las puertas se cierran, soplan vientos contrarios y el alma se siente abatida. En momentos así, muchos confunden el desafío con la derrota. Pero es importante entender que el desafío es una parte esencial del crecimiento, no el final del viaje. Los desafíos nos moldean, nos fortalecen y nos acercan a Dios. Nos enseñan a confiar más, a orar con más fervor y a depender completamente de la gracia de Dios. Cuando David se enfrentó a Goliat, fue un desafío, no una derrota. Cuando José fue vendido por sus hermanos y arrojado a la cárcel, fue un proceso, no el final de la historia. Dios nunca prometió una ausencia de luchas, pero garantizó su presencia constante en medio de ellas. Él convierte el desierto en un camino y el dolor en un propósito. Si hoy estás enfrentando algo difícil,...