
Modestas parecerán tus primeras riquezas, comparadas con tu prosperidad futura. (Job 8:7)
Cuando aceptamos a Cristo, literalmente nacemos de nuevo. Tal como está escrito en 2 Corintios 5:17, «¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!», pasamos a vivir lo nuevo del Evangelio.
Todo aquel que nace en Cristo es un bebé espiritualmente hablando y necesita del alimento básico: la Palabra de Dios. A medida que aprendemos, comenzamos a progresar en todas las áreas de nuestra vida.
Vivir con Dios es un aprendizaje diario. Siempre hay una oportunidad para ser mejores y para servir más al Reino. No estés ansioso por tu progreso o tu situación. ¡Dios cuidará siempre de ti!
Tu futuro le pertenece a Dios
Deja tu futuro en las manos de Dios, avanza en fe.
No tengas ansiedad por las cosas materiales. Busca sobre todo las cosas de lo alto (Mateo 6:31-34). Dios proveerá lo suficiente para una vida digna.
No quieras todo de inmediato. El tiempo le pertenece a Dios y él sabe cuál es el momento correcto para actuar.
Para orar:
Señor, quiero aprender más de ti. Tu Palabra me conduce y me ayuda a crecer. Soy mejor que antes gracias a ti. Muchas gracias, mi amado Dios. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario