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Haciendo Amigos Verdaderos, Primera Parte

ESTABLECER RELACIONES CORRECTAS

La soledad ha sido el problema más común de nuestros tiempos. 

Este mundo está lleno de gente solitaria.

Una persona puede estar rodeada de gente y aún así sentirse sola, porque no tiene amigos verdaderos.

¿Por qué esa profunda necesidad de tener amigos?

La razón es que fuimos hechos con una necesidad de amistad y compañerismo.

En cuanto al hombre que había creado, 

Dios dijo:

No es bueno que el hombre esté solo (Génesis 2:18).

Somos seres sociables y necesitamos la compañía y el ánimo que nos proporcionan los amigos.

El sentirse solo y rechazado puede hacer la vida casi insoportable.

La soledad ha sido nombrada el problema más común de nuestros tiempos.

Este mundo está lleno de gente solitaria.

Una persona puede estar rodeada de gente y aún así sentirse sola, porque no tiene amigos verdaderos.

¿Por qué tenemos esa profunda necesidad de amigos?


La razón es que fuimos hechos con una necesidad. 

Aprenderemos un principio muy importante sobre la amistad. 

¿cómo formar buenas relaciones?

La Influencia de los Amigos

No todas las amistades son iguales.

En cuanto a nuestras relaciones con los demás, debemos comprender que hay diferentes niveles.

Hay amistad con los: conocidos - amigos ocasionales - amigos cercanos - amigos íntimos

Los conocidos y amigos ocasionales no tienen mucha influencia sobre nosotros, pero sí somos influidos por aquellos que escogemos como amigos cercanos y amigos íntimos.

Ésto nos lleva a un importante principio con relación a la amistad: 

Llegamos a parecernos a quienes escogemos como amigos.

Hay ciertos contactos sobre los cuales no tenemos control.

Estos por lo general no tienen gran influencia sobre nosotros.

Pero la gente que escogemos como amigos, aquellos con quienes pasamos voluntariamente el tiempo libre, sí nos influyen mucho.

Esta influencia puede ser buena o mala, según el carácter de la persona.


La Biblia dice:

El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado (Proverbios 13:20).

Algunas Amistades se deben Evitar

Al ver la necesidad del compañerismo, podríamos pensar que necesitamos todos los amigos que podamos tener. 

Pero ésto no es cierto.

Es mejor no tener amigos que tener amigos malos.

La Biblia nos dice claramente que debemos evitar ciertas amistades:

Debemos evitar la amistad intima con incrédulos.

Cuando una persona es recién salva, por lo general tiene muchos amigos no salvos. 

Los amigos no salvos presentan un grave peligro para un nuevo creyente

El peligro es que le alejarán de Dios y le atraerán nuevamente a la vida mundana.

No puedes mantener una amistad profunda con un incrédulo sin ser influido por él y sin que llegues a parecerte a él en su punto de vista y en su conducta.

La Biblia dice:

No os dejéis engañar.

Las malas compañías corrompen las buenas costumbres (1 Corintios 15:33,

La Biblia de Las Américas).

Tal vez sigues queriendo a un antiguo amigo, pero ahora tu meta debe ser guiarlo a Cristo.

Después de un tiempo, si él continúa rechazando a Cristo, tú no debes mantener esa amistad íntima con él.

Si lo haces, te hará caer.

En una ocasión, una jovencita se acercó al gran predicador Charles H. Spurgeon.

Le contó de una amistad intensa que sostenía con un joven incrédulo.

Dijo que su meta era llevarlo a Cristo y que había decidido comprometerse con él dentro de poco.

En vista de que ella había venido a pedir su consejo, Spurgeon le pidió que se parara sobre una mesa.

Luego le indicó que lo tomara de la mano e hiciera todo lo posible para subirlo a la mesa también.

Ella lo intentó, pero desde luego no pudo hacerlo. Entonces Spurgeon le dijo: “Ahora, mire lo que sucede cuando trato de tirarla yo”.

Con un solo y suave tirón, la hizo bajarse de la mesa. Spurgeon dijo: “Es fácil ser jalado hacia abajo, pero muy difícil jalar a alguien hacia arriba”.

Con esto, la joven vio claramente lo que sucedería en su relación con el joven incrédulo.

Lo decimos de nuevo: no debes tratar de mantener una relación íntima con una persona no salva.

Si lo haces, puede haber un solo resultado: serás derribado.

Debemos evitar la amistad con burladores y “necios”.

Dios nos advierte contra la amistad con burladores y “necios”. 

La palabra “necio” en la Biblia no se refiere a personas deficientes mentales, sino a personas tercas, que mantienen una actitud de rebeldía contra Dios y Su Palabra.

Burladores son aquellos que hacen mofa de las cosas de Dios y se burlan de la Biblia. 

Debemos evitar andar con esas personas.

David dijo:

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado (Salmo 1:1).

Si queremos la bendición de Dios en nuestra vida, no debemos “andar en consejo de malos”; es decir, no debemos ni buscar ni aceptar su consejo.

No debemos “estar en camino de pecadores” significa que no debemos ir a los lugares donde ellos van.

Y no debemos“sentarnos en silla de escarnecedores”; es decir, no debemos tener compañerismo con aquellos que se ríen de la Biblia y desprecian las cosas de Dios.

Debemos evitar la amistad íntima con aquellos que tienen ciertos defectos de carácter.

La Biblia no sólo nos advierte en contra de asociarnos con burladores y necios, sino también nos advierte contra la amistad con aquellos que presentan ciertos defectos de carácter.

• El chismoso. 

Esta es la clase de persona que siempre tiene noticias negativas acerca de alguien y que las da con mucho gusto.

La Biblia dice:

El que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas, pues, con el suelto de lengua (Proverbios 20:19).

• El criticón y descontento. 

Cuídate de hacer amistad con aquellos que tienen un espíritu de crítica y amargura, especialmente aquellos que son resentidos y rebeldes con los que están en autoridad.

Si andas con ellos, te contagiarán ese espíritu crítico a ti.

• El de mal genio. 

La persona de mal genio no sabe controlar su ira. Si te juntas con ella, aprenderás sus modales.

La Biblia dice:

No te entremetas con el iracundo,

Ni te acompañes con el hombre de enojos,

No sea que aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma (Proverbios 22:24–25).

• El inmoral. 

La Biblia nos dice que evitemos asociarnos con las personas inmorales (LeeProverbios 7).

Si ando con aquellos cuyas normas y conducta son contrarias a la Palabra de Dios, voy por el camino de la destrucción.

Una y otra vez, la Biblia nos advierte con este mensaje: llegamos a parecernos a aquellos que escogemos como amigos.

Aprende a Decir "NO"

Para tener amigos que te convienen, debes decir “no” a los amigos que no te convienen.

La mayor lección que Dios quiere que saquemos del libro de Proverbios es ésta: no permitas que otras personas te induzcan a hacer lo malo.

La Biblia dice:

Hijo mío, si los pecadores te quisieran engañar, No consientas (Proverbios 1:10).

Una de las palabras más importantes que debemos aprender a decir, es la pequeña palabra de dos letras: “no”.

Debemos aprender a decirla amigable, firme y definitivamente.

Cuando se te pide hacer algo que viola las convicciones que Dios te ha dado, di “No” y al mismo tiempo identifícate con Jesucristo.

Eso termina con el asunto. Aquí hay un ejemplo de lo que queremos decir:

El amigo: “¡vamos, hagamos tal cosa!”

Tú (sonriendo): “no, gracias”.

El amigo: “oye, ¿Por qué no?”

Tú (sonriendo): “porque le he entregado mi vida al Señor Jesucristo”.

He aquí, el relato verdadero de un cristiano que no pudo decir “No”:

Antes que Tomás llegara a ser cristiano, le gustaba mucho beber cerveza con sus amigos en la cantina local.

Luego Tomás se hizo creyente y todo cambió.

Ya no quería ir a la cantina y a sus amigos no les gustó esto.

Lo molestaban e insistían hasta que al fin Tomás cedió.

Pronto andaba con sus amigos bebedores de nuevo.

Eso le dio a Satanás la ocasión que esperaba.

Una noche Tomás y sus amigos jugaron “gallina” (reto con automóviles), y Tomás perdió. 

Su automóvil se dio vueltas y luego chocó.

Los amigos de Tomás lo sacaron del auto y lo tendieron en el suelo.

Estaban demasiado borrachos como para darse cuenta de que debían esperar que llegara un médico.

Tomás se rompió la columna debajo del cuello. 

Pasó muchos días en el hospital con pesas atadas a sus caderas, piernas y brazos.

Los días tormentosos y las largas noches de tristeza y cansancio se sucedían unos a otros en agobiante secuencia.

Actualmente Tomás tiene que usar una silla de ruedas para movilizarse.

Jamás volverá a caminar.

Tiene aparatos especiales que substituyen la función de las manos, que están ahí pero no se mueven.

¿Se reconcilió con el Señor Jesucristo?

No lo sé. 

Sólo sé cómo sufrió y cómo sufrí yo con él ya que yo fui su enfermera en el hospital.*

Las Amistades que Necesitamos

Hemos visto cómo los amigos pueden influir en nosotros para mal. 

También es verdad que los buenos amigos pueden influir para bien.

Pero, ¿cómo conseguir amigos buenos?

Solemos creer que el tener un buen amigo depende de que encontremos a la persona apropiada.

Pero la Palabra de Dios nos enseña que depende más de que nosotros seamos la persona apropiada. 

En otras palabras, para tener un amigo apropiado, yo debo ser un amigo apropiado.

Consideremos ahora las cualidades que queremos y necesitamos en un verdadero amigo.

A medida que vayamos viendo cada una de estas cualidades, preguntémonos: "¿soy yo esa clase de persona?

¿Tengo esta cualidad en mi vida?”

• Necesito un amigo que ame al Señor Jesucristo.

Puesto que llegamos a parecernos a aquellos que escogemos como amigos, debemos cuidar que nuestros mejores amigos sean aquellos que conocen y que aman al Señor Jesús.

David, un hombre “conforme al corazón de Dios”, escogió sus amigos sabiamente.

David dijo:

Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos
(Salmo 119:63).

• Necesito un amigo que me ame y me acepte.

Una de las necesidades más profundas es la de ser aceptado y amado por alguien que sea importante para mí.

Un conocido psicólogo dijo:

En todos los momentos de nuestra vida, debemos tener por lo menos una persona a quien le importemos y quien nos importe a nosotros.

Si no la tenemos, no podremos suplir nuestras necesidades básicas.*

Cuando tenemos un amigo que nos ama y nos acepta como somos, nos sentimos libres para disfrutar de esa amistad.

Para tener esa clase de amigo, yo también debo ser esa misma clase de amigo.

• Necesito un amigo que comparta mis problemas.

Un verdadero amigo está dispuesto a involucrarse en mis problemas y a compartir mis pesares.

Si quiero esa clase de amigo, yo debo ser un amigo que comparta las cargas de los demás. 

La Biblia dice:

Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo
(Gálatas 6:2).

• Necesito un amigo que me sea leal.

Una característica de un verdadero amigo es que está ahí cuando lo necesitas. 

Puedes contar con él. 

¿Soy yo esa clase de persona?

• Necesito un amigo que me anime.

Todos necesitamos que nos animen.

Alguien ha dicho:“vivimos alentados por otros, y sin este aliento, morimos lenta, triste y airadamente”.

¿Animo yo a otras personas?

• Necesito un amigo que sea confiable.

Una amistad sólida se basa en la mutua honradez y confianza.

Si quiero un amigo en quien puedo confiar, yo debo ser confiable.

• Necesito un amigo que sea sincero y franco conmigo.

Un verdadero amigo es alguien que me quiere y es franco conmigo, alguien a quien yo le importo tanto como para corregirme.

La Bibla dice:

Fieles son las heridas del que ama (Proverbios 27:6).

• Necesito un amigo que sea considerado conmigo.

La atención o consideración es una cualidad que apreciamos en otras personas.

En igual forma podemos estar seguros que los demás aprecian esa cualidad en nosotros.

¿Soy yo considerado con los demás?

Formando Buenas Relaciones

Hemos visto las cualidades que deseamos encontrar en un amigo.

Consideremos ahora las actitudes nuestras que pueden ayudarnos a formar buenas relaciones.

“Me acepto a mi mismo”.

Si no me he aceptado a mí mismo, me será difícil tener amigos y compartir mi fe con los demás.

Aceptarme a mí mismo no significa creer que yo sea todo lo que quiero o debo ser. 

Significa simplemente que me veo como una persona valiosa, creada por Dios, redimida por Dios y preciosa para Él.

A la misma medida que aprendo a aceptarme a mí mismo, podré aceptar a otras personas y expresarles el amor de Dios.

“Te acepto a ti”.

Todo el mundo tiene una profunda necesidad interior de ser aceptado. 

Mostrando a los demás con mi actitud y mis hechos que los acepto, abro la puerta para que ellos me acepten a mí.

“Creo que eres valioso”.

Una de las razones porque la gente fue atraída a Jesús era porque Él los estimaba.

Él no consideraba a ninguna persona sin importancia.

Veía en cada persona una creación de Dios muy especial y de gran valor para Él.

“Expresaré el amor de Dios hacia ti”.

El amor es el fundamento sobre el cual se edifica la amistad.

A quienquiera que encontremos, podemos estar seguros de que Dios les ama y desea que nosotros les expresemos Su amor a ellos.

“Seré amistoso”.

Si queremos tener amigos debemos ser amistosos.

La Biblia dice:

El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo (Proverbios 18:24).

“Eres importante para mi”.

Te harás de más amigos cuando te intereses genuinamente en las otras personas, que cuando trates de hacer que otros se interesen en ti.

Si estamos pensando constantemente en nosotros mismos o en lo que la gente piensa de nosotros, nos sentiremos incómodos y tímidos cuando estamos con otras personas.

Debemos pedirle a Dios que nos libre de nuestra preocupación por nosotros mismos, de modo que podamos acercarnos a los demás con amor y sincero interés.

Si tu actitud necesita un cambio, puedes cambiarla con la ayuda de Dios.

Una forma de mostrar a la gente que nos importa, es escuchándoles.

Una parte vital de una buena relación es compartir las cargas y buscar soluciones para los problemas.

Ésto significa escucharles atentamente sin interrumpir.

Es importante que desarrollemos esta virtud. Los que no saben escuchar no llegan a ser buenos amigos.

“Me comportaré con otros como quiero que se comporten conmigo”.

Jesús nos entregó la regla de oro para usar al relacionarnos con otras personas.

¿Cuál es? 

Es sencillamente ésto: trata a los demás como quieres que te traten a ti.

Jesús dijo:

Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos . . . (Mateo 7:12).

Tú Necesitas Amigos Verdaderos

Necesitas por lo menos unos cuantos amigos íntimos de los que puedes depender.

Si no los tienes, pídele a Dios que te guíe a aquellos que Él quiere que sean tus amigos. Hazte el propósito de ser tú un buen amigo para ellos.

Haciendo esto, te encontrarás con que ellos llegarán a ser verdaderos amigos tuyos.

Al escoger los amigos, nuestra preocupación primordial debe ser que aquellos que van a influirnos más directamente, sean personas que conozcan y obedezcan al Señor Jesús.

La amistad más fuerte y perdurable entre dos personas es aquella en la que ambas están creciendo espiritualmente y están procurando seguir a Dios y hacer Su voluntad.

A la medida que los dos amigos se acerquen a Dios, se acercarán el uno al otro.

Recuerda siempre que el Señor Jesús es el mejor de todos los amigos.

La Biblia dice:

“Amigo hay más unido que un hermano”(Proverbios 18:24).

Jesucristo mismo es ese amigo y Él debe ser tu más cercano e íntimo amigo. 

Pasando más tiempo con Él, llegarás a parecerte más a Él.

La Biblia dice:

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor (2 Corintios 3:18).





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