"Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo…(Filipenses 3:20) "
¿Cuantas veces olvidamos que somos peregrinos en esta tierra y que a donde pertenecemos realmente es al reino de los cielos?
La vieja manera de vivir es rechazada justamente cuando Jesús comienza a reinar en nuestras vidas y así permanecemos hasta su segunda venida o hasta partir de este mundo.
Pero tristemente solemos echar un vistazo atrás y traemos al presente nuestra pasada manera de vivir.
Nuestra naturaleza pecaminosa desea traer al presente vivencias pasadas.
“NO VUELVAS A VER HACIA ATRÁS” fue la advertencia que Dios dio a Lot al salir de Sodoma y Gomorra.
¿Cuantas veces olvidamos que somos peregrinos en esta tierra y que a donde pertenecemos realmente es al reino de los cielos?
La vieja manera de vivir es rechazada justamente cuando Jesús comienza a reinar en nuestras vidas y así permanecemos hasta su segunda venida o hasta partir de este mundo.
Pero tristemente solemos echar un vistazo atrás y traemos al presente nuestra pasada manera de vivir.
Nuestra naturaleza pecaminosa desea traer al presente vivencias pasadas.
“NO VUELVAS A VER HACIA ATRÁS” fue la advertencia que Dios dio a Lot al salir de Sodoma y Gomorra.
Sin embargo la mujer de Lot desobedeció, y atada a todo lo que había dejado en el pasado obtuvo un gran castigo:
“Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.”
Génesis 19:26
Dios nos rescata de la perdición y desea que jamás regresemos a esa vida cautiva.
Cuan lamentable es que después de recibir y conocer el maravilloso amor del Padre, anhelemos volver a la vida antigua donde estábamos hundidos en el pecado y no teníamos paz.
La Escritura expresa claramente lo que sucede, cuando después de recibir a Cristo volvemos a las practicas del mundo: “Y cuando la gente escapa de la maldad del mundo por medio de conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero luego se enreda y vuelve a quedar esclavizada por el pecado, termina peor que antes”.
“Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.”
Génesis 19:26
Dios nos rescata de la perdición y desea que jamás regresemos a esa vida cautiva.
Cuan lamentable es que después de recibir y conocer el maravilloso amor del Padre, anhelemos volver a la vida antigua donde estábamos hundidos en el pecado y no teníamos paz.
La Escritura expresa claramente lo que sucede, cuando después de recibir a Cristo volvemos a las practicas del mundo: “Y cuando la gente escapa de la maldad del mundo por medio de conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero luego se enreda y vuelve a quedar esclavizada por el pecado, termina peor que antes”.
Por ello es tan real lo que dice en 2 Pedro 2:22
“Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cien".
¿Estamos amando más a Dios que al mundo?, ó ¿Estamos amando más al mundo que a Dios?
Tu y yo somos responsables de como vivimos, nuestra condición espiritual no es culpa de otros, sino de nosotros mismos,
¿Estamos amando más a Dios que al mundo?, ó ¿Estamos amando más al mundo que a Dios?
Tu y yo somos responsables de como vivimos, nuestra condición espiritual no es culpa de otros, sino de nosotros mismos,
Dios nos llamó a vivir una RELACIÓN PERSONAL con Él y nos corresponde mantener esa comunión diariamente.
Si nos dejamos atraer por las cosas del mundo tenlo por seguro que esto nos llevará a la perdición.
El amor de Dios es verdadero, NO vuelvas atrás
¡Vuélvete a Él!
Si nos dejamos atraer por las cosas del mundo tenlo por seguro que esto nos llevará a la perdición.
El amor de Dios es verdadero, NO vuelvas atrás
¡Vuélvete a Él!
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